Dom, 05 May 2024 21:11 PM

González: “Aunque me vaya mal yo sigo lanzando”

   Nagoya, Japón. Especial – Aunque esta haya sido la peor temporada de su ya larga carrera en el béisbol profesional japonés, el lanzador puertorriqueño de los Gigantes de Yomiuri, Dicky González, no deja de estar siempre dispuesto a continuar lanzando todo el tiempo que sea necesario y su manager lo requiera.
 
   “A mí siempre me ha gustado guapear, yo nunca tengo miedo de salir a lanzar. Aún cuando tenga un mal día y me peguen varios jonrones yo siempre estoy dispuesto a seguir lanzado y a ir por la goma. Eso le gusta a mi manager y por eso es que me sigue utilizando. Aunque me haya ido mal en un juego, al terminar yo siempre le digo que estoy disponible para el próximo y a él le gusta eso”, explica el boricua sentado en uno de los dugouts del Nagoya Dome luego de una práctica de su equipo.
 
   Luego de cuatro campañas con las Golondrinas de Yakult, equipo que lo trajo a Japón en 2004, el caribeño fue traspasado a Yomiuri en 2009 y allí completó la mejor temporada de su carrera: 15-2, con 2.11 de efectividad y 113 abanicados. No obstante, las cosas se invirtieron este año y los números acumulados fueron los peores de su carrera: 5-13, con 5.29 de efectividad.
 
   “No sé qué paso. Yo este año trabajé igual de duro que el año pasado. Yo le doy el crédito a los bateadores, porque muchos de ellos son buenísimos, yo los compararía con los de las Grandes Ligas. Yo sé que ellos han visto mis videos y conocen mis lanzamientos y simplemente se ajustaron a ellos. Yo creo que esa fue la diferencia, ellos ya sabían lo que yo les iba a lanzar”, analiza, para luego agregar que “este fue un año difícil para el equipo. Cambiamos de coach de pitcheo y varios lanzadores no se sentían a gusto, así que eso nos incomodó un poco”.
 
   González debutó en las Grandes Ligas con las Mantarrayas de Tampa Bay a la edad de 23 años, pero la experiencia en vez de ser feliz fue muy frustrante. “Me subieron al primer equipo y después de sólo dos juegos me bajaron otra vez. No me sentí muy a gusto con eso y hablé con mi abogado para que me consiguiera trabajo en otro sitio y así fue que llegué a Japón para jugar Yakult” relata.
 
   Siete años después de esa apuesta improvisada, el isleño aún se encuentra activo en la pelota nipona. “Yo nunca pensé que me iba a quedar tanto tiempo aquí. De hecho, mi segundo año no fue muy bueno y pensé que ya ese iba a ser el final de mi carrera, pero la gente de Yakult habló conmigo y me explicó que me habían utilizado de una forma equivocada y que me querían dar una nueva oportunidad. Yo la aproveché y 7 años después todavía estoy aquí”, añade.
 
   Tantos años de experiencia en una liga en la que el desarrollo de los lanzadores es la principal prioridad no puede sino haber dejado un gran aprendizaje en el serpentinero caribeño. “Yo he aprendido mucho aquí, me he desarrollado mucho como lanzador. Cuando miro 10 años atrás y me comparo con lo que soy hoy la diferencia es notoria. El jugar con tantos veteranos, como Alex Ramírez y Alex Cabrera y muchos japoneses que son muy buenos sin duda te enseña muchas cosas. A todos ellos les encanta este deporte y lo juegan con mucha pasión y siempre le enseñan a uno muchas cosas. Yo ya me siento un veterano, pero aún así aprendo algo nuevo todos los días”.
 
   Con respecto a su futuro sus planes son claros, sólo se trata de decidir el mejor momento para llevarlos a cabo. “No sé cuánto tiempo más voy a jugar, es una decisión difícil. Yo tengo 5 hijos y les quiero dedicar tiempo. Yo creo que jugaré unos dos o tres años más y después me dedicaré a ellos. Ya tengo siete años aquí y cada temporada dura 10 meses. Si juego dos o tres temporadas más ya tendré 10 años en Japón y eso es mucho tiempo. Mis hijos me necesitan y yo quiero dedicarles tiempo. Yo hablé con ellos y les pedí que me dieran la oportunidad de jugar dos o tres años más para luego dedicarme a ellos”.
 
   Continuar trabajando en el mundo del béisbol no es una prioridad, pero si lo hace espera que sea en categorías infantiles en las que pueda contribuir a la formación de futuros peloteros. “Yo siempre he dicho que cuando me baje de esa loma no vuelvo, lo que quiero es dedicarme a mis hijos. Si me convierto en manager, lo haría sólo en ligas infantiles para ayudar a los niños a desarrollarse como peloteros. En Puerto Rico el nivel del béisbol ha bajado muchísimo, así que si surge la oportunidad de ayudar para mejorarlo yo estaré disponible”.
 
   Con su constante disposición a seguir lanzando a pesar de las adversidades y su veteranía en la pelota japonesa es muy probable que Dicky González logre su objetivo de mantenerse activo en la NPB por dos, tres o quizás varios años más.
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