Fukuoka, Japón. Especial – Veterano de seis temporadas en el béisbol profesional japonés el dominicano José Ortiz confiesa haberse enamorado del país y su cultura desde que llegó por primera vez en 2003 a defender los colores de la Ola Azul de Orix (hoy Búfalos de Orix).
“Desde que llegué nunca me he querido ir”, confiesa sentado en el dugout del Yahoo Dome de Fukuoka luego de una práctica de los Halcones de SoftBank, equipo para el que juega desde la temporada 2009.
“Yo de verdad que le doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de mantenerme jugando en esta pelota por seis campañas. Hay muchos peloteros que apenas juegan un año aquí y después se van, pero yo gracias a Dios he podido quedarme por seis temporadas”, explica.
Luego de cumplir dos años de contrato con Orix en 2003 y 2004 no consiguió continuar en Japón y tuvo que moverse a la liga mexicana, pero para su fortuna los Marinos de Lotte lo invitaron a regresar a mediados de la temporada 2007 y se mantuvo con ellos hasta el final de la campaña 2008. Regresó a jugar a México al año siguiente y una vez más un equipo japonés lo llamó para regresar, en este caso SoftBank.
“Yo estaba jugando en México el año pasado y me llamaron en abril para que regresara a Japón. Es la segunda vez que me pasa, porque antes Lotte también me había traído desde México para que me uniera al equipo a mediados de 2007. Recuerdo que cuando llegué SoftBank estaba en muy mala forma, pero después empezamos a batear más y a mejorar y logramos clasificar a la postemporada como terceros en la Liga del Pacífico”, añade.
“Me siento muy bien jugando en esta liga y más aún con este equipo. Nos está yendo muy bien. El año pasado fuimos terceros y este año fuimos campeones de liga. Eso fue muy importante para mí porque es el primer título que gano en Japón”.
Luego de una campaña parcial muy prometedora en 2009 con SoftBank, en 2010 jugó desde el principio y el arranque no pudo ser mejor. Incluso, fue líder jonronero y remolcador de su circuito por varias semanas, pero en agosto una lesión lo interrumpió todo.
“Lo de la lesión fue una pena muy grande, pero sólo Dios sabe porqué ocurren las cosas. Fue muy frustrante para mí, pero yo lo cogí poco a poco y lo tomé con paciencia. Tenía que operarme para recuperarme, pero yo decidí no hacerlo porque si no me hubiese perdido el resto de la temporada. En vez de eso elegí hacer rehabilitación para poder jugar otra vez y lo logré. No estoy al cien por ciento, pero sí puedo tomar turnos como bateador emergente y contribuir al equipo. Una vez que termine la temporada me operaré para recuperarme por completo para la temporada que viene”, explica.
En lo que respecta a su futuro, confirma que lo que pasará con su carrera está en manos de Dios, pero sin duda le gustaría quedarse en Japón. “Aquí los latinos venimos con la misma meta que vamos a los Estados Unidos, a buscar trabajo para llevar comida para la casa. Gracias a Dios aquí me ha ido muy bien y sin duda me gustaría terminar mi carrera aquí”, concluye.
A sus 33 años, el dominicano todavía tiene mucha pelota en su cuerpo y de mantenerse sano y en forma es muy probable que logre desarrollar una larga y exitosa carrera en la NPB. Su presencia en la nómina de SoftBank, según informó la prensa local hace pocos días, ya está asegurada por al menos un año más.
