Vie, 26 Abr 2024 10:48 AM

La hegemonía de la Liga del Pacífico en los interligas

 

   No puede decirse que sea una sorpresa porque en realidad ocurre todos los años, pero no deja de ser increíble observar el dominio total y absoluto que ejerce la Liga del Pacífico sobre la Liga Central en los juegos interligas de la NPB.

 

   Desde que comenzaron a disputarse en 2005, los 6 conjuntos del circuito oceánico han superado en victorias a sus rivales en 10 de las 11 ediciones de la serie y en la mitad de ellas lo han hecho de forma abrumadora.

 

   En 2010, les sacaron una ventaja de nada menos que 22 triunfos. En 2011, fueron 21. En 2013, fueron 20. En 2007, fueron 8, y este año, a falta de que se disputen los últimos dos partidos, la ventaja ya está en 17.

 

   En 2010 el dominio fue tan absoluto que los 6 equipos de la Liga del Pacífico ocuparon los 6 primeros puestos de la tabla de clasificación de la serie, dejando a sus pares de la Central en los 6 últimos lugares.

 

   Sin ir muy lejos, ayer domingo los conjuntos oceánicos ganaron todos y cada uno de los 6 partidos que se disputaron en la jornada, como para disipar cualquier duda que pudiese existir acerca de quién manda en la NPB.

 

   Adicionalmente, un conjunto de la Liga del Pacífico se ha coronado campeón del evento en 9 de las 11 ediciones del mismo, contando la de este año, cuyo ganador ya se sabe que provendrá de ese circuito.

 

   Las cosas lucieron muy prometedoras para la Liga Central hace tres semanas, cuando luego de las primeras cinco jornadas sus clubes dominaban la serie y el sentimiento general era que este podría ser, por fin, el año en que la balanza se inclinase a su favor en los juegos interligas.

 

   Sin embargo, 3 semanas después nos encontramos de nuevo con la irrefutable realidad: la Liga del Pacífico ha vuelto a dominar el evento con la contundencia de siempre.

 

   Las debacles que sufrieron los Gigantes de Yomiuri y las Estrellas de DeNA, quienes actualmente ocupan los lugares primero y segundo de la clasificación de la Liga Central, fueron particularmente notables.

 

   Yomiuri comenzó ganando 6 de sus primeros 9 juegos, sólo para perder 8 de sus últimos 9 y quedar relegado al penúltimo lugar de la tabla. La única razón por la que ha podido mantener su liderato en la Liga Central es porque la debacle de DeNA fue peor aún.

 

   El conjunto de Yokohama, que este año ha mantenido esperanzados a sus fanáticos tras ocupar el liderato de su circuito por varias semanas, registró la peor marca de los juegos interligas de 2015: 3 victorias, un empate y 14 derrotas, 10 de las cuales llegaron en sus últimos 11 encuentros.

 

   Afortunadamente para sus seguidores, el club no cayó más abajo del segundo puesto porque el resto de los equipos de la liga también tuvieron récords mediocres durante la serie.

 

   Las teorías para explicar este dominio que continúa ejerciendo la Liga del Pacífico sobre la Central en los juegos interligas abundan y ya las hemos mencionados en columnas anteriores, pero nunca está demás hacer un breve recuento de las mismas.

 

   La más clara e indiscutible de ellas, si bien no puede justificar por sí sola esta hegemonía, es el hecho de que la Liga del Pacífico cuenta con mejores lanzadores que la Central.

 

   Nada menos que 9 de los últimos 10 ganadores del Premio Sawamura (el equivalente japonés al Premio Cy Young de las Grandes Ligas) han pertenecido a conjuntos del circuito oceánico y, por si eso fuera poco, 5 de ellos han ganado también el galardón al Jugador Más Valioso de la temporada regular.

 

   A diferencia de los Estados Unidos, donde se entrega un Premio Cy Young en cada liga, en Japón se otorga el Premio Sawamura al mejor lanzador de toda la NPB, por lo que la constante preferencia por los monticulistas de la Liga del Pacífico es sin duda un testamento a su calidad superior.

 

   También debemos mencionar otro dato importante. Los tres traspasos más caros de jugadores de la NPB a la Gran Carpa (Daisuke Matsuzaka, Yu Darvish y Masahiro Tanaka) han sido todos por lanzadores que han salido de clubes de la Liga del Pacífico.

 

   Otra teoría que se suele mencionar con mucha frecuencia es la utilización del bateador designado. Como la Liga Central no lo utiliza, los jugadores de ese circuito dicen estar en desventaja a la hora de jugar como visitantes porque el pelotero que seleccionen para ocupar ese rol nunca será tan bueno como el de sus rivales, que está acostumbrado a ejercerlo a tiempo completo.

 

   El tamaño de los estadios es otra de las excusas a las que se apela con frecuencia. Los parques de la Liga Central, en especial el Estadio de Yokohama (sede de las Estrellas de DeNA) y el Estadio Meiji Jingu de Tokio (sede de las Golondrinas de Yakult), suelen ser un poco más pequeños que los de sus rivales, por lo que resulta relativamente más sencillo para los clubes del circuito oceánico conectar jonrones cuando juegan como visitantes.

 

   No obstante, en este caso hay que acotar que los toleteros de la Liga del Pacífico son simplemente más productivos que sus rivales de la Liga Central.

 

   En los últimos 10 años, el campeón jonronero del circuito oceánico ha sido japonés en 9 ocasiones, mientras que en la Central un pelotero local se ha quedado con esa corona en apenas 3 oportunidades.

 

   Lo mismo ha ocurrido en el departamento de carreras empujadas, en el que un jugador nipón se ha llevado el título en 8 de 10 ocasiones en la Liga del Pacífico, pero sólo 3 veces en la Central.

 

   La superioridad de los bateadores de la Liga del Pacífico resulta evidente incluso en esta misma temporada. Los dos principales jonroneros y productores de carreras de toda la NPB, Takeya Nakamura (Leones de Seibu) y Sho Nakata (Nippon Ham), provienen ambos de clubes de ese circuito.

 

   Adicionalmente, los 3 mejores bateadores de esa liga, Yuki Yanagita (Halcones de SoftBank), Shogo Akiyama (Leones de Seibu) y Ikuhiro Kiyota (Marinos de Lotte), tienen todos promedios muy superiores al del líder de esa categoría en la Liga Central.

 

   Quizás uno de los aspectos más determinantes en la gran diferencia que existe entre ambos circuitos sea el hecho de que la Liga del Pacífico ha estado siempre un paso por delante de la Central en términos de organización y gerencia.

 

   Además de haber adoptado la figura del bateador designado, también tomó primero la iniciativa de anunciar a los lanzadores abridores con un día de antelación, es mucho mejor administrando su calendario de juego y supera con creces a su rival en términos de promoción y venta de su producto.

 

   Todos sus clubes cuentan siempre con fuerzas muy parejas y, en general, realizan un juego más completo y balanceado que sus rivales, lo que hace que la liga posea un nivel altamente competitivo.

 

   La explicación más sencilla suele siempre ser la más acertada, por lo que a fin de cuentas no queda otra que admitir que la Liga del Pacífico es, desde todo punto de vista, mejor que la Liga Central.

 

   Esta es la razón por la que cada año sus equipos continúan dominando de una manera casi imperturbable a sus rivales de circuito.