Mié, 08 May 2024 18:04 PM

El béisbol japonés no es ajeno al robo de señas

 

El escándalo del robo de señas ha conmocionado al mundo del béisbol

 

   El escándalo del robo de señas que explotó esta semana en las Grandes Ligas y que promete afectar mucho su imagen en el futuro no es del todo ajeno a la NPB, que ya ha pasado por situaciones similares en el pasado.

 

   En realidad, no existe nada de malo con prestar atención a las señas que realizan los coaches del equipo rival para tratar de deducir su significado, como un posible robo de base o un intento de squeeze play en un partido cerrado.

 

   Esa es una parte fundamental del juego en cualquier parte del mundo y sobre todo en Japón, donde los conjuntos se precian de sus extraordinarias habilidades para decodificar los planes de los clubes rivales.

 

   Sin embargo, una cosa es tratar de adivinar lo que el otro equipo planea hacer y otra muy distinta valerse de la tecnología para captar de manera sistemática y transmitir en tiempo real las señales del receptor rival al bateador de turno.

 

   Eso fue precisamente lo que hicieron los Astros de Houston durante la temporada 2017, incluyendo los playoffs y la Serie Mundial, según reveló un informe publicado por la oficina del comisionado el pasado lunes.

 

Este video explica el sistema utilizado por los Astros

 

   El club, que capturó ese año su primer y único título hasta ahora de la Serie Mundial, utilizó la transmisión televisiva de sus juegos para leer las señas del receptor rival y transmitirlas luego a sus bateadores a través diversas señales.

 

   Las estadísticas demuestran que esa información fue determinante para que Houston ganara esa serie, razón por la cual el rechazo de la prensa y los fanáticos en general por todo lo ocurrido ha sido tan contundente.

 

   El comisionado de la MLB, Rob Manfred, suspendió ese mismo día por un año al gerente general de club y a su manager, quienes fueron despedidos poco después por el dueño de la franquicia.

 

   Por si eso fuera poco, los puertorriqueños Alex Cora y Carlos Bertrán fueron también despedidos por los Medias Rojas de Boston y los Mets de Nueva York, respectivamente, por estar acusados de ser las mentes maestras del sistema utilizado por Houston.

 

   Los medios estadounidenses calificaron el castigo del comisionado Manfred como “duro”, pero en realidad será muy suave si no se despoja a Houston y a sus jugadores de todos los títulos, tanto de conjunto como individuales, obtenidos ese año.

 

   Si el fin justifica lo medios, como dice el dicho, entonces otros equipos de la MLB apelarán también a sistemas similares en el futuro porque siempre podrán retener los títulos que obtengan ilegamente, incluso si les descubren la trampa.

 

Marion Jones fue despojada de 5 medallas olímpicas por dopaje años después de ganarlas

 

   Así como un atleta olímpico es despojado de una medalla por dopaje, incluso años después ocurrido el hecho, entonces lo mismo debería ocurrir con Houston en ese caso.

 

   Algunos reporteros se apresuraron a decir que Manfred no tiene el poder de quitarle el título a Houston, pero no existe ninguna regla que le prohiba hacerlo, así como tampoco existía una norma que le impidiera al comisionado Kenesaw Landis vetar de por vida a 8 jugadores de los Medias Blancas de Chicago luego del escándalo de la Serie Mundial de 1919.

 

   Lo ocurrido en la NPB en el pasado no alcanzó el nivel de sofisticación de los Astros, pero en esencia fue un robo muy similar, si bien sus repercusiones en los resultados de los partidos no fueron tan importantes como lo acabamos de ver en las mayores.

 

   El reportero estadounidense de la agencia de noticias Kyodo Jim Allen explicó recientemente en su blog personal la versión japonesa del robo de señas, que descubrió a través de una conversación con un jugador local ya retirado.

 

   Según éste, la práctica del robo de señas en el béisbol japonés era común en los años 80 y 90 y casi todos los equipos la ejecutaban. Algunos conjuntos, incluso, escondían a alguien detrás de la pizarra (que no era electrónica en ese momento) para leer las señas del receptor rival y transmitírselas al bateador de turno a través del movimiento de una de las letras de la misma.

 

Los Halcones de Daiei fueron el centro de un escándalo de robo de señas en 1999

 

   A pesar de que todos sabían lo que estaba ocurriendo, a nadie se le ocurrió tratar de denunciar o detener el problema, hasta que el diario Nishinihon Shinbum publicó en 1999 un reportaje que acusaba a los Halcones de Daiei (hoy SoftBank) de “espiar” a sus rivales.

 

   Según el artículo, empleados del club decodificaban las señas del receptor utilizando monitores de televisión y luego se las enviaban a estudiantes contratados por el equipo que estaban sentados en las gradas del jardín central. Éstos, a su vez, transmitían la información a los bateadores moviendo los megáfonos que tenían en sus manos.

 

   La NPB, tal como lo hizo el comisionado Manfred en esta ocasión, se declaró profundamente indignada por lo ocurrido y lanzó una serie de investigaciones destinadas a limpiar el juego, si bien ninguna de ellas llegó a probar nada.

 

   No obstante, todos estaban tan seguros de que el robo de señas estaba ocurriendo que el presidente de los Halcones fue suspendido y el comisionado de la liga promulgó 6 medidas para tratar de eliminar el problema, incluyendo la prohibición de cualquier tipo de transmisión al banquillo desde fuera del terreno de juego.

 

   Al día siguiente, los 6 equipos de la Liga del Pacífico se reunieron para acordar que, en defensa del juego limpio, ninguno de ellos intentaría de nuevo espiar o tratar de robar señas a sus rivales, iniciativa que fue copiada poco después por la Liga Central.

 

Las estadísticas demuestran que el rendimiento de José Altuve en casa fue mucho mejor que en la carretera en 2017

 

   La diferencia de lo ocurrido en aquella ocasión en Japón y lo que estamos viendo hoy día en las Grandes Ligas es que la versión japonesa pareció ser generalizada a todos sus clubes, mientras que la norteamericana, al menos por el momento, parece estar limitada a unos pocos, en especial Houston y Boston.

 

   Así mismo, el robo de señas en Japón no parece haber alterado demasiado los resultados que ya se estaban dando sobre el terreno, mientras que el en caso de Houston sí, ya que su rendimiento en casa fue claramente superior al que mostró en la carretera.

 

   La NPB ha mejorado mucho como liga desde los años 80 y 90. Así como los equipos se espiaban mutuamente, los fanáticos eran mucho más agresivos con los fanáticos y los jugadores rivales, especialmente los extranjeros.

 

   El Estadio Koshien, el más antiguo e idolatrado del béisbol japonés, tuvo en algún momento alambre de púas en las gradas para evitar que los fanáticos saltaran al terreno después de terminados los partidos.

 

El comportamiento de los fanáticos japoneses hoy día es ejemplar

 

   Hoy día, los fanáticos japoneses son un ejemplo mundial de comportamiento y respeto en los estadios y siguen una rutina muy específica para animar a sus equipos que evita que se interrumpan los unos a los otros.

 

   Así mismo, los 12 clubes que conforman el circuito se han desarrollado y especializado hasta alcanzar niveles de Grandes Ligas tanto en lo deportivo como en lo organizacional, sobre todo en áreas como la asistencia promedio a los estadios, en la que ya superan a la MLB.

 

   Aunque no haya manera de comprobarlo, no existen indicios o sospechas de que el robo de señas haya vuelto o se esté practicando del alguna forma en los estadios japoneses, por lo que podemos mantenernos tranquilos y seguir disfrutando del gran nivel que posee la NPB en este momento.