Sáb, 27 Abr 2024 07:22 AM

El insípido 90 aniversario de la liga japonesa

   La Liga Japonesa de Béisbol Profesional (NPB, por sus siglas en inglés) cumple 90 años de existencia esta temporada, pero salvo un insípido logo para recordar el hito no hemos visto hasta ahora otros planes para celebrar tan importante aniversario.

 

La NPB sólo maneja los derechos de la Serie de las Estrellas y la Serie de Japón

 

   La razón de ello es muy sencilla y ya la hemos explicado con anterioridad en este mismo espacio. A diferencia de lo que ocurre en las Grandes Ligas, donde el comisionado está en la cúspide de la pirámide organizacional, la NPB es básicamente una secretaría que recibe órdenes en lugar de darlas.

 

   Imagínense, por ejemplo, una compañía famosa como Google o Amazon celebrando un aniversario importante. El CEO de la misma dirigiría todos los esfuerzos para resaltar la ocasión y se aseguraría de que todos los empleados disfruten de la fiesta.

 

   En el circuito nipón, por el contrario, el aniversario de la liga equivale a celebrar la llegada de un veterano empleado del departamento de limpieza a un número importante de años de servicio. La gente se acerca a ofrecer sus felicitaciones, se pica una torta y listo, no ocurre nada más que eso.

 

   En la MLB, el comisionado dirige el negocio. Se encarga de supervisar sus operaciones, sugiere e implementa cambios para mejorar el producto, se ocupa de comercializarlo y luego reparte las ganancias entre todos los equipos de la liga.

 

   En la NPB, por el contrario, el comisionado es un secretario cuyas únicas obligaciones son organizar el calendario de juego, asegurarse de que las reglas sean respetadas y darle un aire de respetabilidad a la organización. 

 

   El cargo suele ser ocupado por un hombre ya retirado de su trabajo original (normalmente un abogado o juez), que por lo general no sabe mucho de béisbol y que sólo acepta el puesto porque puede ganar un dinero decente sin tener que trabajar demasiado.

 

   Su salario, así como el del grupo de empleados que lo acompañan, proviene de las cuotas que le pagan los equipos y de los ingresos de taquilla y venta de derechos de transmisión de los juegos de la Serie de las Estrellas y la Serie de Japón.

 

   Es decir, en lugar de producir dinero y repartirlo luego entre los clubes del circuito, son éstos los que tienen que producir sus propios ingresos y luego utilizar una pequeña parte de los mismos para financiar el funcionamiento de la oficina del comisionado.

 

   La raíz de esta fórmula de trabajo proviene de la forma tan peculiar en la que nació la NPB. Por lo general, varios conjuntos se reúnen y deciden formar una liga entre ellos, que funcionará de acuerdo a las reglas que ellos mismos establezcan.

 

El béisbol profesional nació en Japón gracias al esfuerzo de un solo hombre, Matsutaro Shoriki

 

   En Japón, el béisbol profesional nació gracias al esfuerzo de un solo individuo, Matsutaro Shoriki, el dueño del Diario Yomiuri, quien fundó el primer equipo profesional del país, los Gigantes de Tokio, y luego procedió a crear una liga en la que éste pudiera jugar.

 

   Como consecuencia, Shoriki fue siempre la cabeza de la organización, a pesar de que nunca fue oficialmente su comisionado. De hecho, fue él quien negoció con el comisionado de las Grandes Ligas las giras de varios equipos de ese circuito por Japón, no el comisionado de la NPB.

 

   Aunque parezca mentira, esa dinámica se mantiene hoy día. El dueño de los Gigantes de Yomiuri todavía posee una gran influencia sobre el resto de la liga, especialmente sobre los otros 5 equipos de su circuito, que rara vez se atreven a hacer algo sin su consentimiento.

 

   En contraste, los 6 clubes de la Liga del Pacífico hace tiempo que aprendieron a trabajar por su cuenta y a comercializar su producto en conjunto, de manera de poder generar mayores ganancias que después se reparten entre ellos.

 

   La Liga Central, por el contrario, no encuentra la manera de sacudirse el yugo de Yomiuri. Cada equipo trabaja por su cuenta y comercializa su producto, con muchas limitaciones y distintos niveles de eficiencia, también por su cuenta.

 

   Los juegos de la NPB casi no se ven fuera de Japón precisamente por este problema, ya que los clubes de la Liga Central, especialmente Yomiuri, se niegan a trabajar con sus pares de la Liga del Pacífico para vender sus productos a nivel internacional.

 

   Nuestros seguidores suelen preguntarnos cuándo la NPB decidirá hacer esto o lo otro, exasperados por su falta de acción en temas tan importantes como ese, pero ahí es donde está la clave de todo: el comisionado no tiene la potestad de tomar ese tipo de decisiones.

 

   Por años, los dueños de los clubes japoneses han pedido seleccionar a un comisionado con experiencia en el mundo de negocios que sea capaz de promocionar la liga a nivel internacional, pero como Yomiuri se sigue oponiendo a la idea nada ha ocurrido todavía.

 

La NPB no ha anunciado ningún plan especial para celebrar sus 90 años

 

   Por eso es que ahora, cuando la liga está cumpliendo 90 años de actividad, lo que vemos es un logo rudimentario para resaltar la ocasión y ningún plan concreto para celebrar el hito como una organización unida y exitosa.

 

   Tal como ocurre con el resto del país, resulta increíble ver cómo una organización que está tan mal organizada ha podido avanzar tanto con el pasar de los años, al punto de que recientemente ha podido superar 3 veces a la MLB en asistencia promedio por partido.

 

   Como explica el escritor estadounidense Robert Whiting en su libro Tokyo Underworld, la mafia japonesa fue la que rescató al país después de terminada la segunda guerra mundial, cuando todo estaba en ruinas y la gente se estaba muriendo de hambre.

 

   A través de sus contactos, la mafia logró adquirir, distribuir y vender la comida y los productos que le permitieron a los habitantes sobrevivir durante el difícil período de reconstrucción, y más adelante fue igualmente crucial en la modernización del país.

 

   A pesar de la corrupción y la ineptitud de sus políticos más importantes, Japón llegó a ser en un momento la principal economía del mundo y todavía se mantiene como una de las naciones más ricas y desarrolladas del planeta.

 

   Lo mismo ha sucedido con la NPB, que todavía está estancada en el modelo de negocios que utilizaba en los años 90, pero que a pesar de ello se ha desarrollado en una liga que puede equipararse a la MLB en varios aspectos y que es capaz de producir peloteros tan extraordinarios como Shohei Otani.

 

   Sin duda, es una lástima que no exista una mayor motivación por parte de sus equipos para trabajar en conjunto, porque de lo contrario la NPB estaría generando más dinero cada año y su producto podría verse en muchos más países alrededor del mundo.

 

A pesar de sus limitaciones, la NPB ha llegado muy lejos como liga

 

   No obstante, hay que reconocer y hasta celebrar lo mucho que ha logrado hacer a través de los años con todas las limitaciones que se ha impuesto hasta ahora. Puede que se tarden mucho en ocurrir, pero los cambios en Japón siguen llegando y casi siempre son positivos.

 

   Así, no debemos esperar una gran celebración de la NPB por motivo de sus 90 años de existencia. Después de todo, la liga ha avanzado gracias al esfuerzo individual de todos sus equipos, no al trabajo de su comisionado, que muchas veces ni siquiera sabe qué es lo que tiene que hacer.

 

   Lo que sí es probable que veamos es una gran celebración por parte de los Gigantes de Yomiuri, quienes llegarán en diciembre a las 9 décadas de su fundación y quienes ya crearon un logo para resaltar la ocasión que es mucho más elegante y vistoso que el de la NPB.

 

   Independientemente de lo que ocurra en esos dos frentes, lo que sí podremos celebrar todos este año será el desarrollo de otra emocionante campaña del circuito, que con la presencia de al menos 38 peloteros hispanos promete brindarnos muchas alegrías.