Fukuoka, Japón. Especial - Seis años han pasado desde que el venezolano Roberto Petagine se fue de Japón tras completar una de las mejores actuaciones que cualquier extranjero haya tenido en la liga y cuando muchos ya lo pensaron retirado del deporte, regresó a la pelota nipona a defender los colores de los Halcones de SoftBank y a demostrar que todavía sabe cómo jugar en este país.
Sentado con la pasividad que lo caracteriza en el dugout del Yahoo Dome de Fukuoka luego de una práctica de su equipo, el criollo conversó en exclusiva con Béisbol Japonés.com acerca de su nueva etapa en la NPB.
“Estoy muy contento de haber regresado, aquí siempre me han tratado muy bien. Los dos últimos años estuve jugando en Corea del Sur, pero este año me salió la oportunidad de regresar a jugar aquí y estoy muy contento de estar de vuelta”, explica.
“Los fanáticos me han recibido muy bien. Ellos saben quién soy y qué hice cuando jugué aquí en el pasado, así que me han tratado muy bien, con mucho respeto”, agrega.
En las seis temporadas anteriores que disputó en el béisbol japonés entre 1999 y 2004 defendiendo los colores de las Golondrinas de Yakult y los Gigantes de Yomiuri, Petagine bateó para .317 de promedio, con 223 jonrones y 594 remolcadas. No obstante, cuando se terminó su contrato con Yomiuri a finales de 2004 ningún otro equipo le ofreció un contrato para regresar a jugar a la liga.
“Cuando tú no juegas en un sitio la primera razón es porque no te ofrecieron un contrato. Uno no puede jugar en algún lugar sólo porque uno quiera, uno tiene que tener un contrato. En mi caso, no me ofrecieron ningún contrato en Japón, así que tuve que irme a buscar un sitio en el que ofrecieran trabajo y eso fue en los Estados Unidos”, explica.
“Siempre mis planes fueron quedarme en Japón. La idea era ver las opciones y analizarlas, pero cuando uno no tiene opciones tiene que agarrar la única que tiene”.
Seis años más tarde se le presentó la oportunidad de regresar y no la desaprovechó, pero está conciente de que ésta puede ser la última vez que juegue en la NPB. “No tengo idea de qué va a pasar cuando se acabe mi contrato aquí. Esto es un negocio de día a día, de año a año. Me ofrecieron un contrato por un año y yo lo acepté. Una vez que se termine ya ellos verán y analizarán su situación y decidirán si me quieren invitar otra vez el año que viene. Si me ofrecen para regresar, regresaré, si no, veremos que es lo que Dios decide”.
Desde que se unió al equipo a finales de mayo de este año, el venezolano bateó para .261 de promedio, con 10 jonrones y 41 empujadas. Puede que esos números, sumados a sus 39 años, no sean credenciales suficientemente buenas para ganarle una nueva invitación a regresar a la liga en año que viene, pero como él mismo dice: “esto no es algo en lo que uno pueda decir “yo quiero”, uno tiene que esperar a ver qué es lo que Dios dispone”, culmina.