Las posibilidades que tiene el fenómeno Shohei Otani de alzarse por segundo año consecutivo con el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana y su futura situación contractual en las Grandes Ligas son los temas que queremos analizar en nuestra columna de esta semana.
Otani sigue siendo candidato al Jugador Más Valioso
Con el Juego de las Estrellas a la vuelta de la esquina, el debate acerca de quiénes han sido hasta ahora los peloteros más sobresalientes de la temporada 2022 de la MLB ya ha empezado y el talentoso atleta nipón está siendo ignorado en la conversación.
El hecho de que su arranque este año fue inusualmente lento y de que sus números ofensivos no son tan impresionantes como los que había acumulado a esta altura en 2021 sin duda dan la impresión de que su actuación no ha sido igual de buena, pero eso está lejos de ser el caso.
Para empezar, su pitcheo ha estado mucho mejor. Al 27 de junio de 2021, su récord era de 3-1, con 82 ponches y una efectividad de 2.58. A la fecha de hoy, su marca está en 6-4, con 90 abanicados y una efectividad de 2.90.
El año pasado, estuvo a punto de convertirse en el primer jugador en conectar al menos 10 jonrones y ganar al menos 10 juegos como abridor en ese circuito desde que Babe Ruth lo hiciera en 1918, pero se tuvo que conformar con sólo 9 triunfos debido a la falta de apoyo ofensivo de sus compañeros.
Con las 6 victorias que ya tiene en este momento, no sólo es altamente probable que llegue a las 10 esta temporada sino además que supere con creces esa cifra, y como además ya superó los 10 jonrones no cabe duda de que volverá a hacer historia este año.
Con 16 vuelacercas en su haber parece difícil que iguale el total de 46 que logró el año pasado, pero en lo que a empujadas se refiere ya acumula 47 y podría superar las 100 que registró en 2021. Lo mismo ocurre con su total de ponches, que el año pasado fue de 156 y en este momento ya está en 90.
Imaginemos por un momento que logre cerrar la campaña 2022 con 15 triunfos, 200 abanicados y una efectividad inferior a 3.00, y que además de eso supere los 30 cuadrangulares y las 100 carreras empujadas y deje su promedio en .270.
Sus números ofensivos no serían tan impresionantes como los de 2021, pero sus cifras como lanzador serían mucho mejores a las del año pasado y hasta lo colocarían como candidato al Premio Cy Young. ¿Cómo negarle el JMV a un pelotero capaz de ser nominado a ambos galardones al mismo tiempo?
Otani estableció nuevas marcas personales esta semana como bateador y como lanzador
Por si nos quedaban dudas acerca de su talento, esta semana nos dio una demostración de esas que sólo él es capaz de ofrecer. El martes se fue de 4-3, con 2 jonrones, un sencillo y 8 remolques, mientras que al día siguiente lanzó 8 entradas completas sin permitir carreras y ponchó a 13 rivales.
Es decir, en poco más de 24 horas estableció nuevas marcas personales de empujadas y ponches como abridor y además superó los récords individuales del propio Babe Ruth en ambos departamentos, a pesar de que éste no los logró en juegos consecutivos.
Por si eso fuera poco, Otani lidera a su equipo, los Angelinos de Los Ángeles, en turnos al bate (272) y entradas lanzadas (68.1). Es decir, ningún bateador del club ha tomado más turnos que él y ningún lanzador del conjunto ha trabajado más entradas que él.
Muchos periodistas y fanáticos asumen la posición de que el más “valioso” sólo puede ser el jugador que más contribuyó a la clasificación de su equipo a la postemporada, pero no podríamos estar más en desacuerdo con ese punto de vista.
Otani es claramente el pelotero más valioso de su equipo y el que mayores contribuciones ha hecho hasta ahora para su éxito. En otras palabras, hace el trabajo de dos jugadores distintos, pero sólo ocupa un puesto en la alineación y cobra un salario.
El hecho de que sus compañeros de equipo sean tan malos que su club sea incapaz de clasificar a la postemporada no es su culpa y no le resta méritos en lo absoluto a su extraordinaria actuación.
El futuro contrato de Otani promete hacer historia
En lo que respecta a su futura situación contractual en las mayores, el panorama no podría lucir más interesante debido a la expectativa de que su salario está encaminado a establecer un nuevo récord en el deporte profesional.
Su actual contrato de 2 temporadas, que le está pagando 5,5 millones de dólares este año, culminará a finales de la presente campaña, momento en el que será elegible para un arbitraje salarial. Su club deberá decidir entonces si quiere retenerlo o no.
Con lo que ha hecho hasta ahora sobre el terreno, todos los cálculos indican que para poder firmarlo en un mercado libre habría que ofrecerle tanto el salario anual más caro de la historia como el contrato garantizado más alto del que se tenga registro.
A la fecha de hoy, el lanzador Max Scherzer posee el récord del salario anual más caro en la historia de la MLB con 43,33 millones de dólares, mientras que la marca al contrato total más caro pertenece a Mike Trout (426,5 millones por 12 años).
Hay quienes piensan que Otani debería ganar entre 50 y 60 millones de dólares anuales, lo que sin duda destrozaría el salario de Scherzer, pero al mismo tiempo haría muy difícil superar el contrato total de Trout, ya que sería poco probable que algún conjunto lo quiera firmar por 10 años con ese ingreso anual.
No obstante, esos cálculos sólo toman en cuenta una parte de la ecuación. La otra parte, que es igual o quizás más importante, es la posibilidad que le ofrezca el equipo que lo firme de ganar un campeonato en el futuro.
Si Otani ha demostrado algo hasta ahora, es que el dinero no es su principal interés en la vida. Si ese fuese el caso, nunca hubiese dado el salto a las mayores a los 23 años sabiendo que tendría que hacerlo en calidad de amateur y cobrando salario mínimo.
Más que dinero, Otani lo que quiere es ser campeón
Su principal interés, como lo dijo el año pasado después de ser nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Americana de manera unánime, es ganar y ser campeón. Muchos entendieron eso como un deseo de cambiar de equipo, pero ese no es necesariamente el caso.
El Otani que conocemos hoy se lo debemos a la libertad que le dio su actual club de manejar su propio ritmo de trabajo y de decidir cuándo jugar y cuándo no. Esa es una deuda importante que seguramente querrá pagar antes de abandonar la franquicia.
Los Angelinos sin duda desean retenerlo en su nómina, pero hacerlo requeriría comprometer casi el 70% de su presupuesto en sólo 3 peloteros (Otani, Trout y Rendón) y eso limitaría mucho las posibilidades de armar un equipo competitivo para el futuro.
Otani, que ya sabemos que no sólo piensa en dinero, podría acceder a quedarse en la franquicia por sólo 30 millones anuales -por citar un ejemplo- si eso le permite a la gerencia contratar mejores refuerzos y aumentar las posibilidades del club de ser campeón.
Sin embargo, si nota que ésta no está realmente interesada en hacer un esfuerzo para tratar de ganar un título, entonces lo más probable es que decida cambiar de aires e irse a un club con mayores probabilidades de éxito.
Si eso llega a ocurrir, será interesante observar cuál destino elige para su futuro. Su club ideal será el que le ofrezca las siguientes condiciones en este orden específico: el que le dé la oportunidad de trabajar a su propio ritmo, el que le ofrezca las mayores probabilidades de ser campeón y el que le pague un mejor salario, después de haberle garantizado las dos primeras condiciones.
Varios equipos poderosos cuentan con el presupuesto necesario para cumplir con los dos últimos requisitos, pero es muy posible que ninguno de ellos esté en capacidad de garantizarle el primero, por mucho que lo diga públicamente.
Los Yanquis, los Dodgers, los Medias Rojas y hasta los Astros quedarían fuera de la ecuación según estos cálculos y eso le abriría la puerta a otros como los Mets, los Bravos, los Cardenales y hasta los Gigantes. Sólo nos queda esperar para conocer su decisión.