Mié, 08 May 2024 13:12 PM

La consistencia de Otani durante el proceso de negociación

 

   Cuando el fenómeno japonés Shohei Otani eliminó a 23 equipos de las Grandes Ligas de la carrera por firmarlo el domingo pasado, varios de ellos, en especial los Yanquis de Nueva York, pusieron el grito en el cielo.

 

   Lo acusaron de gallina, de tenerle miedo a la gran ciudad, de preferir equipos pequeños de la costa del Pacífico y de haber tomado esa decisión, en palabras de Enrique Rojas de ESPN Deportes, “sin ninguna razón o sentido común”.

 

   Nada podría estar más alejado de la verdad. Todo lo contrario, Otani fue muy consistente en su razonamiento para escoger el club con el que comenzará su carrera en las mayores.

 

   El hecho de que se vino completamente solo a los Estados Unidos para negociar con los clubes de las mayores demuestra que no es ninguna gallina. Un joven inseguro que no sabe lo que está haciendo hubiese viajado con sus padres, coaches o cualquier otro consejero que lo hubiese podido ayudar a tomar sus decisiones.

 

   Sapporo, la ciudad en la que vive Otani en Japón, no es ningún pueblecito. Se trata de una de las urbes más grandes y vibrantes de Japón. Además, su carrera en la NPB lo llevó a visitar constantemente todas las grandes ciudades de su país, incluyendo Tokio, que es una metrópolis más grande y mucho más poblada que Nueva York.

 

   La supuesta preferencia por equipos pequeños de la costa del Pacífico de la que lo acusó Brian Cashman, el gerente general de los Yanquis, quedó desmentida al momento de anunciar los 7 clubes con los que se reuniría.

 

   Los Dodgers de Los Ángeles, Cachorros de Chicago, Gigantes de San Francisco y Vigilantes de Texas, más de la mitad de los elegidos, ven acción todos en cuatro de los mercados más grandes de los Estados Unidos.

 

   Finalmente, aquello de haber tomado su decisión “sin ninguna razón o sentido común” quedó también desmentido cuando su agente explicó, a través de un comunicado, que éste había leído cada página de cada cuestionario que recibió y escuchado cada palabra de cada reunión a la que asistió antes de tomarla.

 

   Cuando a finales de 2016 comenzaron a circular rumores de que Otani se vendría a las Grandes Ligas después de terminada la campaña 2017, varias cosas ya habían quedado claras en relación a sus preferencias, tanto a través de sus propias declaraciones como a las de personas cercanas a él.

 

   Su desinterés por el tema monetario, su intención de lanzar y batear en las mayores y el hecho de no tener un destino predilecto ya se conocían desde entonces, si bien fueron ampliamente ignoradas en Norteamérica.

 

   Al decidir venirse ahora a la Gran Carpa y dejar sobre la mesa los 200 millones de dólares que hubiese recibido si hubiese esperado 2 años más para firmar como agente libre, dejó más que claro que el dinero no era su prioridad a la hora de escoger su nuevo equipo.

 

   De hecho, así mismo lo confirmó hace 2 semanas cuando le envió un cuestionario a los 30 clubes de MLB, en el que les pidió que le explicaran los planes que tenían para él y además les prohibió que mencionaran los términos monetarios de un posible contrato.

 

   Finalmente, para no dejar lugar a dudas, eligió a los Angelinos de Los Ángeles como el conjunto con el que desea comenzar su carrera en las mayores. Si el dinero de verdad hubiese sido su principal motivación, hubiese firmado con los Yanquis o los Dodgers.

 

   Muchos analistas y hasta los gerentes de los clubes rivales habían colocado a los Yanquis como los favoritos para firmarlo, pero estaba muy claro que ese no iba a ser su destino.

 

   Los Yanquis estaban contando con su prestigio, sus títulos, su dinero y su glamour como institución como las razones por las cuales la llegada de Otani a Nueva York era una conclusión lógica, pero eso no era lo que éste estaba buscando.

 

   Con una madurez extraordinaria para un joven de 23 años, Otani estaba claro en que para poder tener éxito en su objetivo de lanzar y batear en las Grandes Ligas, debía elegir un equipo que no sólo estuviese abierto a esa posibilidad sino que además tuviese la paciencia suficiente como para trabajar con él hasta que lo lograse.

 

   Los Yanquis, que están obligados a ganar en todo momento, no están en capacidad de tener esa paciencia. Después de uno o dos meses de temporada, si el experimento de jugar ambas posiciones no funcionaba lo hubiesen tenido que elminar por completo.

 

   Los Angelinos, por el contrario, no trabajan con ese tipo de presión, por lo que sí pueden tomarse su tiempo experimentando hasta encontrar la fórmula correcta para que el joven talento triunfe en ambos roles.

 

   Ken Rosenthal, el respetdado reportero norteamericano de la cadena de televisión Fox, apuntó en una de sus columnas a la posibilidad de que Otani ya había tomado su decisión con anterioridad, debido a la rapidez con la que navegó por todo el proceso de negociación.

 

   Sin embargo, ese no fue el caso. Como ya lo mencionamos, su agente explicó que éste leyó cada página de cada cuestionario que recibió y escuchó cada palabra de cada reunión a la que asistió y al final, cuando decidió firmar con los Angelinos, lo hizo simplemente porque sintió una fuerte conexión con esa organización.

 

   “Shohei se siente conmovido y halagado por todo el tiempo y esfuerzo que tantos equipos pusieron en sus presentaciones y les agradece sinceramente todo su profesionalismo. Al final, sintió una fuerte conexión con los Angelinos y cree que ellos son los que mejor pueden ayudarlo a alcanzar sus objetivos en MLB”, explicó el comunicado que su agente envió a todos los medios el día en el que éste tomó su decisión.

 

   El caso de Otani representa una gran lección moral para un mundo tan obsesionado con el dinero como el de las Grandes Ligas.

 

   A pesar de que estaba claro que esa no era su principal motivación, los medios norteamericanos se cansaron de publicar listas de clubes que más dinero podían ofrecerle a través de su presupuesto para firmas internacionales, como si eso hubiese hecho alguna diferencia después de haber dejado 200 millones sobre la mesa al venirse ahora a MLB.

 

   Su caso contrasta enormemente con el de Giancarlo Stanton, el otro gran nombre del que se hablaba en el mercado invernal de MLB. Los Marlins de Miami querían deshacerse de su costoso contrato y llegaron a acuerdos básicos con los Gigantes de San Francisco y los Cardenales de San Luis para su traspaso, pero éste los rechazó a ambos.

 

   No obstante, tan pronto como los Yanquis mostraron interés en él, su traspaso se concretó en cuestión de horas. Sin duda, él sí estaba en busca del dinero, el prestigio y los títulos que ofrece la franquicia más famosa de la Gran Carpa.

 

   Es por eso que resuta tan refrescante y admirable ver lo que ha hecho Otani, quien ha podido recibir lo mismo, o incluso más de lo que se le está dando a Stanton, pero en su lugar se mantuvo fiel a su filosofía y no dudó en seleccionar el destino que le pareció más apropiado para sus aspiraciones.

 

   Japón, al igual que su liga de béisbol, es un país del que se pueden aprender muchas cosas y si bien no todos sus habitantes son tan excepcionales como Otani, éste sin duda demostró con sus acciones que el dinero no lo es todo en la vida y que las relaciones humanas tienen igual o mayor importancia que éste a la hora de hacer un trato.