Cuando el fiscal del Distrito Central de California anunció oficialmente este jueves un cargo de fraude bancario en contra del ex intérprete de Shohei Otani, también confirmó algo que casi todos los medios decidieron obviar en sus titulares: la inocencia absoluta del astro japonés en el asunto.
Las autoridades anunciaron el jueves el resultado de su investigación
La mera posibilidad de que el jugador más famoso de béisbol en la actualidad pudiera estar envuelto en apuestas ilegales tenía en suspenso no sólo a las Grandes Ligas, sino también a los fanáticos del deporte alrededor del mundo y al público en general.
De manera que cuando se dio a conocer que la estrella asiática fue estafada por Ippei Mizuhara, quien hasta hace poco fue también su asistente y su amigo más cercano, la expectativa era que los medios resaltarían más ese aspecto, pero ese no fue el caso.
Entendemos que pueda existir escepticismo con respecto a su inocencia, sobre todo por las muchas dudas que dejaron las declaraciones originales de Mizuhara a ESPN con respecto al caso, pero sólo falta leer las 37 páginas del cargo presentado por el fiscal el jueves para entender claramente lo que ocurrió.
Antes analizar los detalles más importantes del documento, hay que entender primero quién realizó la investigación, la calidad y profundidad de la misma y cómo su desarrollo y ejecución estuvo fuera del control o la influencia de la MLB.
Tres organizaciones de primera categoría trabajaron en conjunto para determinar con todo detalle lo acontecido: la fiscalía del Distrito Central de California, el Departamento de Impuestos de los Estados Unidos (IRS, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security).
La información recaudada por todas ellas, que no sólo se limita a entrevistas a las personas involucradas sino que también abarca mensajes de texto, actividad bancaria, llamadas telefónicas y transmisiones de dispositivos electrónicos, arrojó los siguientes resultados.
Mizuhara abusó de la confianza que le tenía Otani para sacar, sin su permiso ni conocimiento y durante un período de más de 2 años, unos 16 millones de dólares de la cuenta bancaria en la que éste recibía su salario de los Angelinos de Los Ángeles y, posteriormente, de los Dodgers de Los Ángeles.
Las transferencias de dinero fueron realizadas desde la computadora de Mizuhara
¿Cómo se sabe que Otani no le dio permiso para hacerlo? Porque todas las transacciones fueron realizadas desde la computadora y el teléfono de Mizuhara y porque éste llamó al banco, haciéndose pasar por Otani, para aprobar las transferencias de dinero a la cuenta del corredor de apuestas ilegales.
En su entrevista a ESPN, Mizuhara había dicho que él le había pedido ayuda a Otani, que éste aceptó hacerlo y que con ese fin hizo una transferencia de dinero desde su computadora personal, pero la evidencia demuestra que todas las transferencias fueron hechas desde la computadora de Mizuhara.
Adicionalmente, las autoridades revisaron casi 10 mil mensajes de texto intercambiados entre Otani y Mizuhara durante los últimos 4 años y no encontraron ni una sola mención de apuestas, de los corredores con los que trabajaba Mizuhara o de nada relacionado a la cuenta bancaria de Otani.
El teléfono de Mizuhara, por el contrario, estaba repleto de mensajes de texto con un corredor de apuestas ilegales y su asistente que confirman que el cliente de esos servicios fue siempre él y no el jugador. Adicionalmente, su historial de Internet mostraba acceso constante a páginas de apuestas.
El propio Otani le dio acceso a los investigadores a su teléfono y su computadora personal y éstos no pudieron encontrar nada en sus correos electrónicos o sus búsquedas de Internet relacionado a apuestas o a las páginas que visitaba Mizuhara para realizarlas.
Otani también tiene otras cuentas bancarias que son manejadas por la agencia que lo representa, en las que recibe las ganancias de sus acuerdos de patrocinio y sus inversiones, pero todas ellas son monitoreadas por la agencia, ya que ésta utiliza esa información para calcular y pagar sus impuestos.
Sin embargo, su agencia nunca tuvo acceso a la cuenta en la que recibía su salario de pelotero porque Mizuhara les dijo siempre que Otani quería mantener esa cuenta privada y como éstos no tenían razones para dudar de su palabra aceptaron no revisar la misma.
Mizuhara admitió en un mensaje de texto haberle robado dinero a Otani
Otro punto clave que demuestra que Mizuhara estaba trabajando a espaldas de Otani fue que él sacaba dinero de la cuenta del jugador para pagar las deudas de sus apuestas, pero sus ganancias eran siempre depositadas en su cuenta personal, no en la de Otani.
Finalmente, está un intercambio de mensajes de texto entre Mizuhara y su corredor de apuestas, que tuvo lugar poco después de que el escándalo salió a la luz pública, en el que el primero confiesa haberle robado dinero Otani.
Mizuhara escribió: “¿viste los reportes de los medios?”. El corredor le respondió: “sí, pero eso es mentira. Obviamente, tú no le robaste el dinero. Entiendo que lo estás protegiendo”. Mizuhara aclaró entonces: “técnicamente, sí le robé el dinero. Se acabó todo para mí”.
Desde noviembre de 2021 hasta enero de ese año, Mizuhara realizó más de 19 mil apuestas, con un promedio de 25 apuestas diarias de 12 mil dólares cada una. En total, ganó 142 millones de dólares y perdió 182 millones, lo que le dejó un saldo negativo de 40 millones.
Está claro que sufre de una severa adicción a las apuestas que nunca pudo superar, porque cada vez que se metía en problemas debido a sus deudas siempre cometía una falta más grave que la anterior para tratar de mantenerse a flote.
La primera vez que llamó al banco haciéndose pasar por Otani lo rechazaron y congelaron la cuenta como medida de seguridad. Eso lo hizo entrar en pánico y volvió a llamar horas después, haciéndose pasar otra vez por Otani, para resolver el problema.
En esa segunda ocasión respondió correctamente todas las preguntas de seguridad y le dieron acceso a la cuenta y él aprovechó eso no sólo para realizar grandes transferencias de fondos sino también para cambiar el teléfono y el correo electrónico de la misma a sus números personales.
Mizuhara planea declararse culpable
Toda esta información recaudada por las autoridades no convierte automáticamente a Mizuhara en un delincuente, pero obviamente será utilizada en una corte legal en su contra y lo más probable es que éste sea encontrado culpable del delito de fraude bancario del que está siendo acusado.
El viernes en la mañana Mizuhara se entregó a las autoridades y en la tarde fue dejado en libertad a través de un bono de 25 mil dólares. Las condiciones de su liberación incluyen no salir de la ciudad sin permiso, no contactar a Otani y buscar tratamiento para su adicción a las apuestas.
Esa misma noche, su abogado publicó un comunicado en el que Mizuhara le ofrece disculpas a Otani, los Dodgers, MLB y su propia familia por todo lo ocurrido y explica que está negociando para declararse culpable lo antes posible, de manera de poder ponerle fin al asunto.
Seguramente habrá quienes seguirán pensando que Otani es culpable de algo, a pesar de que toda la evidencia que ha sido recopilada hasta ahora demuestra lo contrario y de que el propio Mizuhara ya ha confesado que utilizó el dinero del jugador sin su permiso.
La MLB, que todavía está realizando su propia investigación con respecto a lo ocurrido, emitió un comunicado el jueves en el que explicó que esperará hasta que finalice el proceso legal en contra de Mizuhara para sacar sus propias conclusiones.
Resulta evidente que la investigación de las autoridades estatales y federales de los Estados Unidos es mucho más exhaustiva que la que jamás hubiese podido realizar esa organización por su cuenta, ya que la misma nunca hubiese podido tener acceso a transacciones bancarias o llamadas telefónicas.
De manera que tan pronto como Mizuhara regrese a la corte el próximo 3 de mayo y se declare culpable del cargo de fraude bancario del que está siendo acusado, la MLB seguramente concluirá su investigación sin tener que aplicar ninguna sanción a Otani y todos podremos cerrar este desafortunado capítulo de su carrera.