La cercanía de la fecha límite para hacer cambios en las Grandes Ligas, que este año será el primero de agosto, ha calentado de nuevo el debate acerca del futuro del fenómeno Shohei Otani, quien muchos esperan que firme el contrato más caro en la historia de la MLB en los próximos meses.
El debate acerca del futuro de Otani se calienta de nuevo
Los Yanquis de Nueva York dicen estar “muy motivados” para firmarlo, diversos analistas pierden sueño tratando de calcular su valor en el mercado y casi todos los reporteros que cubren las mayores no hacen sino elevar el hipotético monto récord que habrá que pagar para asegurar sus servicios.
No obstante, como ya lo hemos explicado en varias ocasiones en este espacio, dudamos mucho que eso ocurra y no podemos sino sorprendernos ante lo poco que han aprendido esos periodistas acerca de la personalidad del pelotero nipón en los últimos 6 años.
Para los que no lo recuerdan, cuando Otani decidió dar el salto a la Gran Carpa a finales de 2017 su situación fue totalmente única. Por ser menor de 25 años, las reglas del convenio laboral entre la MLB y su Asociación de Peloteros lo obligaban a firmar como jugador amateur internacional.
Eso limitaba el bono que los equipos le podían ofrecer a un máximo de 5 millones de dólares y además lo obligaba a disputar al menos 6 temporadas con el conjunto que lo firmara y cobrar salario mínimo, por lo que los 30 clubes del circuito lo tenían a su alcance.
Sin embargo, esa limitación inclinó la balanza de la negociación a su favor y éste aprovechó esa ventaja para pedirle a todos los interesados que le enviaran sus ofertas por escrito y traducidas al japonés, explicando en detalle qué planes tenían para él y cómo planeaban utilizarlo sobre el terreno.
Esa solicitud no le cayó muy bien a muchos de los clubes, no sólo por el poco tiempo que tenían para presentar su propuesta sino sobre todo porque el joven talento nunca especificó lo que quería, por lo que éstos no tenían idea alguna de cómo convencerlo de firmar con ellos.
Así, cuando éste rechazó de un golpe y sin ofrecer explicación alguna a 23 de los 30 equipos, incluyendo a los Yanquis de Nueva York y los Medias Rojas de Boston, muchos pegaron el grito en el cielo y hasta lo acusaron de ser un cobarde, como famosamente lo hizo el diario New York Post en su portada.
Pocos entendieron el porqué Otani firmó con los Angelinos
Luego, cuando finalmente seleccionó a los Angelinos de Los Ángeles como su nuevo destino y comentó que había tomado esa decisión porque ese fue el conjunto que más le gustó, menos personas aún entendieron su forma de pensar.
En su momento explicamos la situación con claridad. El dinero no lo iba a convencer de firmar con nadie, lo que realmente lo iba a atraer era un detallado plan de trabajo y, sobre todo, la disposición del club a atender todas sus necesidades.
Ahora, 6 años después, la historia se repite. Otani ha declarado públicamente que su mayor deseo es ganar un título, por lo que está más que claro que un contrato de 600 millones de dólares por 12 años no es lo que lo va a convencer de firmar con un equipo particular.
Lo que hay que hacer para convencerlo es extremadamente sencillo, si bien implica realizar un esfuerzo que casi ninguna franquicia de la Gran Carpa está dispuesta a hacer: presentarle un detallado plan de trabajo para ganar la Serie Mundial en el futuro cercano.
Antes que nada, el conjunto que desee firmarlo tiene que hacer su tarea. Primero, debe sacar sus cuentas, hacer sus proyecciones y decidir si tiene una posibilidad real de ganar un título o no, y luego ver cuánto dinero tiene disponible para ofrecerle.
Finalmente, debe presentar su oferta y explicarle lo siguiente: “estos son los jugadores que tenemos, estos son los que planeamos contratar y este es el rol que tú cumplirías en nuestro proyecto. Si te animas a jugar con nosotros, estamos convencidos de que podremos ganar la Serie Mundial en 2 o 3 años”.
Siempre y cuando el proyecto tenga sentido, sea viable y éste se sienta a gusto con la nueva ciudad y sus fanáticos, lo más probable es que acepte firmar con ese conjunto, independientemente de la cantidad de dinero que le ofrezcan.
Parece muy poco probable que Otani firme con los Yanquis
Hagamos un ejercicio de imaginación. Supongan que Otani recibe dos ofertas. Una de los Yanquis de Nueva York por 12 años y 600 millones de dólares y otra de los Bravos de Atlanta por 3 años y 35 millones anuales.
La primera le ofrece, antes que nada, fama, fortuna y prestigio, y luego una pequeña posibilidad de ganar la Serie Mundial en el futuro cercano. La segunda le ofrece, primordialmente, una alta probabilidad de ser campeón el mismo año en el que firme, y luego un poco de fama y fortuna.
¿Cuál creen que será su decisión? Muchos pensarán que será la primera, porque muy pocos son capaces de concebir la posibilidad de que un pelotero profesional no desee ser rico y famoso y jugar con los Yanquis, pero lo más probable es que se incline por la segunda.
Como ha explicado en varias ocasiones nuestro amigo Arturo Marcano, cuyo podcast Endorfinas recomendamos ampliamente, los clubes de la MLB son muy reacios a tomar riesgos, por lo que siempre esperan que otro conjunto tome la iniciativa para después tratar de copiarla.
Tal como ocurrió a finales de 2017, firmar a Otani no requiere principalmente de dinero, sino de esfuerzo, investigación, planificación y, sobre todo, la voluntad para darle todo el respaldo que necesita para ganar un campeonato.
Los Angelinos de Los Ángeles ya hubiesen logrado renovarlo si en lugar de estar pensando en que no tienen suficiente dinero para hacerlo, se hubiesen preocupado en armar un equipo competitivo que le permitiera aspirar a ser campeón cada año.
Si ese conjunto hubiese clasificado a la postemporada en 2021 y 2022 y estuviese camino a hacerlo otra vez este año, nadie estuviese pensando en la posibilidad de que éste se fuera a otro equipo sino sólo en los términos de su nuevo contrato.
No obstante, al parecer no quieren hacer ese esfuerzo, como tampoco desean hacerlo los otros equipos que siguen insistiendo en tratar de reunir la mayor cantidad de dinero posible para presentarle “una oferta que no podrá rechazar”.
Otani muestra la misma nobleza de Kambei, el líder de los 7 samurai
Un perfecto ejemplo de la personalidad y las motivaciones de Otani lo podemos encontrar en la famosa película Los Siete Samurai de Akira Kurosawa. Un grupo de campesinos que está siendo acosado por bandidos decide contratar a un samurai que los defienda.
El problema es que son pobres y no tienen dinero para pagarle, lo único que le pueden ofrecer son 3 comidas diarias mientras dure su trabajo. Al principio, son rechazados por todos los samurai que logran entrevistar, pero al final se encuentran con uno dispuesto a considerar su propuesta: Kambei.
A pesar de su nobleza, Kambei no está inclinado a aceptar el trabajo debido al enorme riesgo que implica, pero cuando se da cuenta que los campesinos se están limitando a comer mijo para poder darle el arroz que trajeron de su pueblo, éste entiende el sacrificio que están haciendo y decide ayudarlos.
Otani es Kambei y lo único que necesita es que un equipo que se le acerque con un plan viable para ganar la Serie Mundial en el futuro cercano para aceptar firmar con ellos, independientemente de lo mucho que le puedan pagar.
No olviden que Otani gana más dinero por concepto de patrocinios que por el salario que recibe de los Angelinos. Si de finanzas se trata, siempre conseguirá mayores ingresos con sus sponsors que con cualquier conjunto de las mayores.
Sin ir muy lejos, es muy probable que en este momento esté aceptando sólo el 10 o 20 por ciento de las ofertas de patrocinio que recibe, por lo que si su deseo es ser millonario lo único que tiene que hacer es darle el visto bueno al otro 80 por ciento para elevar sus ingresos a 80 o 100 millones de dólares anuales.
Sin embargo, está claro que ese no es su deseo. Lo único que quiere es ser campeón.