El reciente asesinato del ex primer ministro japonés Shinzo Abe en Nara -con un arma de fuego, para colmo- es una de las noticias más sorprendentes que han salido de Japón en los últimos años y sin duda alguna ha conmocionado a todo el país.
Un noticiero anuncia la noticia del asesinato de Abe
El archipiélago nipón tiene décadas siendo uno de los países más seguros del planeta debido a sus estrictas leyes de control de armas de fuego y espadas, por lo que un suceso de este calibre es prácticamente inconcebible para la mayoría de sus habitantes.
Según lo que han dado a conocer hasta ahora las autoridades locales, el asesino es un hombre de 41 años llamado Tetsuya Yamagami, quien formó parte en el pasado de la marina japonesa y por lo tanto estaba entrenado en el uso de armas de fuego.
Como resulta imposible obtener una de ellas legalmente y es extremadamente difícil hacerlo de manera ilegal, éste se tomó la molestia de construir su propia arma, que al final terminó asemejándose a una escopeta corta con capacidad para dos balas.
Debido a lo inusual de un atentado de este tipo, el equipo de seguridad de Abe no sospechó nada en particular de la gente que lo estaba rodeando en la calle durante su discurso en apoyo a un candidato local para las próximas elecciones parlamentarias.
Así, el asesino se le acercó por la espalda y cuando estaba a pocos metros de él, le disparó en dos ocasiones. La primera bala lo hirió en el cuello y la segunda le perforó el corazón, lo que le hizo caer al suelo y perder conciencia.
Como los locales no están acostumbrados a escuchar disparos de armas de fuego, nadie entendió lo que estaba ocurriendo hasta que Abe cayó al suelo sangrando, momento en el cual su cuerpo de seguridad detectó y atrapó de inmediato al asesino, quien ni siquiera intentó escaparse.
Abe recibió atención médica en pocos minutos y hasta fue trasladado a un hospital local donde se le hicieron varias transfusiones de sangre, pero ya había perdido sus signos vitales al momento de ser herido por lo que nada pudo hacerse para salvarle la vida.
El asesino explicó que decidió matarlo debido a su conexión con un influyente grupo religioso local, pero esa explicación no suena demasiado convincente, si bien es la típica razón que suelen ofrecer los perpetradores de este tipo de actos en el país.
Abe participó en la ceremonia de clausura de los Juegos de Río en 2016
Abe ha sido hasta ahora el primer ministro más longevo en la historia de Japón, luego de durar 8 años y 8 meses en el cargo, hasta que decidió renunciar al mismo por razones de salud en agosto de 2020.
Uno de sus momentos más destacados fue su aparición en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, cuando disfrazado de Súper Mario apareció sobre el escenario para promocionar la cita de Tokio en 2020.
El escritor estadounidense Robert Whiting, autor de varios de los libros más importantes de historia del béisbol japonés en un idioma foráneo, recordó al ex mandatario nipón en una columna reciente, en la que alabó su preparación y su capacidad de liderazgo.
Según explicó en su artículo, Abe lucía cómodo en su cargo y siempre daba la impresión de ser la persona apropiada para el mismo -algo que nunca ocurrió con sus predecesores-, especialmente a la hora de participar en reuniones internacionales con los mandatarios de otras naciones.
No obstante, el problema aquí no es tanto su legado como político, sino el hecho de que un país tan tranquilo y seguro como Japón se haya visto envuelto en un incidente tan violento y reprobable.
Afortunadamente, nadie más resultó herido en el ataque, pero aún así es posible que pase algún tiempo antes de que los japoneses recuperen la confianza en la seguridad de su propio país.
Por supuesto, no se trata de la primera vez que ocurre un atentado de este tipo en el archipiélago y lo más probable es que tampoco sea la última.
Un foto del asesinato de Asanuma ganó el Premio Pulitzer
Quizás la más famosa de ellas fue el asesinato del líder del Partido Socialista Japonés Inejiro Asanuma en Tokio en 1960, que ocurrió durante un discurso público y quedó grabado para la historia debido a una foto que capturó el momento justo del incidente.
Un joven radical de la extrema derecha, Otoya Yamaguchi, se montó al escenario en el que Asanuma estaba hablando y sacó una espada que luego procedió a enterrarle en el estómago. La famosa foto, que ganó el Premio Pulitzer, capturó el instante preciso en el que la espada estaba en el aire.
Otro incidente muy recordado en la historia del país fue el intento de asesinato del fundador de los Gigantes de Yomiuri Matsutaro Shoriki, quien también fue atacado por un radical de la extrema derecha en febrero de 1935 cuando se disponía a entrar a la sede del Diario Yomiuri, donde trabajaba.
El atacante lo interceptó antes de que llegara a la entrada del edificio y le pegó con su espada en la cabeza. El golpe fue tan fuerte que lo tumbó al piso y lo dejó sangrando, hecho que convenció a su atacante de que ya estaba muerto.
Afortunadamente para él y para el béisbol profesional japonés, Shoriki sobrevivió y con las pocas fuerzas que tenía logró arrastrarse hasta la entrada del edificio, donde recibió atención médica y fue trasladado luego a un hospital, en el que pasó casi 2 meses internado hasta que logró recuperarse.
En su calidad de dueño del Diario Yomiuri, Shoriki había patrocinado una gira de estrellas de las Grandes Ligas por Japón en noviembre de 1934, que incluyó a jugadores del calibre de Babe Ruth, Lou Gehrig, Jimmy Foxx y Charlie Gehringer y al legendario manager Connie Mack.
Los ultranacionalistas japoneses consideraron una falta de respeto el hecho de que los americanos jugasen varios de sus partidos en el Estadio Meiji Jingu de Tokio, que fue construido en un terreno sagrado dedicado al Emperador, y por lo tanto tildaron a Shoriki de traidor.
Shoriki, el padre del béisbol profesional japonés, sobrevivió un intento de asesinato en 1935
Después de considerarlo y planearlo por un tiempo decidieron llevar a cabo el asesinato, pero al final no tuvieron éxito porque, entre otras cosas, la víctima era un ex policía y maestro de judo que contaba con las condiciones físicas suficientes como para resistir el ataque.
El susto no interrumpió para nada los planes de Shoriki, quien a finales de 1934 ya había fundado el primer equipo de béisbol profesional de Japón, los Gigantes de Yomiuri, y a principios de 1936 ayudó a crear la primera liga profesional del país, que su club terminó dominando por varias décadas.
La visión y ambición de Shoriki no sólo llevaron al Diario Yomiuri a convertirse en uno de los más influyentes y de mayor circulación del mundo, sino también a su conjunto a convertirse en el más ganador y popular de todo el país.
En los años previos a su muerte en 1969, cuando su equipo se encontraba en el mejor momento de su historia, su mayor sueño fue realizar una “verdadera Serie Mundial”; es decir, un torneo que enfrentara a los campeones de la MLB y la NPB para determinar al mejor conjunto del planeta.
Desafortunadamente para él, los americanos nunca accedieron a competir con los japoneses de manera oficial, pero sí aceptaron varias invitaciones para viajar a Japón y disputar distintas series amistosas contra su querido club.
La más exitosa de ellas fue la visita de los Dodgers de Los Ángeles en 1966, cuando los campeones de la Liga Nacional registraron una modesta marca de 9-8-1 en 18 juegos y perdieron 4 de los 7 encuentros que disputaron ante los Gigantes de Yomiuri.
Esa actuación desató una serie de halagos por parte de los americanos que causaron una euforia absoluta en Japón. No obstante, apenas 2 años después los Cardenales de San Luis visitaron el país y ganaron 8 de los 10 juegos que disputaron ante Yomiuri y se despidieron con una marca general de 13-5.
Si bien su sueño nunca se hizo realidad, el legado de Shoriki al béisbol japonés es invalorable y se materializó gracias al hecho de haber sobrevivido ese fallido intento de asesinato en 1935.