Vie, 26 Abr 2024 18:01 PM

DeNA, Ramírez y los juegos interligas de la NPB

 

   A falta de que se dispute la última jornada del mes este martes, las Estrellas de DeNA del manager venezolano Alex Ramírez han registrado en mayo de 2016 una de las mejores marcas de su historia: 15 victorias, 7 derrotas y un empate.

 

   Ganaron 7 de las 8 series que disputaron en ese período (la otra la empataron), completaron una racha de 6 victorias seguidas por primera vez en un año y, a la fecha de hoy, han ganado 7 de los últimos 9 partidos que han jugado.

 

   Por si eso fuera poco, lideran la NPB en efectividad (3.06) y poseen el segundo total de jonrones más alto de la Liga Central (42), por lo que no cabe duda de que los dirigidos por el veterano toletero criollo están atravensando un extraordinario momento de juego.

 

   Esta actuación tan destacada le ha permitido al club salir del foso de la clasificación de la Liga Central, donde se mantuvo desde casi del inicio de la temporada, ascender al cuarto puesto de la tabla y colocarse a sólo 3 juegos del liderato del circuito.

 

   De continuar como va, es muy probable que pueda meterse pronto en la lucha por el primer puesto de la clasificación, pero para poder lograrlo deberá superar primero uno de sus obstáculos más temidos: la serie de juegos interligas.

 

   Históricamente, DeNA ha sido el conjunto que peores resultados ha arrojado en el evento desde que comenzó a disputarse en 2005. Ha terminado en el último lugar de la clasificación en 5 ocasiones y entre los últimos 3 puestos 8 veces. Considerando que sólo se han realizado 11 ediciones hasta ahora, no es exagerado afirmar que al club le ha ido muy mal en la serie.

 

   La campaña 2015 representa un claro ejemplo de lo mal que luce cada vez que le toca enfrentarse a los equipos de la Liga del Pacífico. En esa oportunidad, registró un récord de 3 victorias, 14 derrotas y un empate para ocupar, por quinta vez en su historia, el último lugar de la tabla.

 

   Ese fracaso echó por tierra sus aspiraciones de tener un buen año, ya que el club llegó al inicio de los juegos interligas con 13 victorias y 7 derrotas en el mes de mayo y tenía su mira puesta en no sólo clasificar por primera vez a los playoffs de la Liga Central, sino también en luchar por su primer título de liga en 17 años.

 

   No obstante, en lugar de mantener su buen juego lo que hizo fue comenzar un declive que lo vio caer al último lugar de la clasificación del circuito por sexta vez en las últimas 8 temporadas.

 

   Teniendo en cuenta todo esto, no podemos sino recibir el comienzo de la serie de este año con mucha inquietud, ya que lo último que deseamos es que le vuelva a ocurrir lo mismo de siempre al modesto conjunto de Yokohama.

 

   La gran ventaja que tiene en este momento es que comenzará los juegos interligas con la mejor efectividad de la NPB y es probable que eso le permita ser competitivo en la mayoría de los juegos, pero al mismo tiempo no podrá llegar muy lejos si no logra mantener su ofensiva a un nivel similar o superior al que tiene ahora.

 

   No debemos olvidarnos que fue su limitada ofensiva, que estuvo prácticamente en coma en marzo y abril, la que relegó al equipo al foso de la clasificación del circuito y lo mantuvo ahí hasta hace unos días.

 

   Ramírez, cuya filosofía de juego ha empezado a florecer y a arrojar los frutos esperados, ya había anunciado públicamente antes del inicio de la temporada que una de sus metas para este año sería mejorar el rendimiento del club en los juegos interligas.

 

   Por su propia experiencia como jugador, sabe que se trata de una tarea difícil, pero al mismo tiempo está consciente de que es un reto que debe afrontar y lo más seguro es que ya tenga un detallado plan de ataque para evitar otro fracaso en el evento.

 

   Este, sin duda, es un ejemplo que el resto de los conjuntos de la Liga Central deberían seguir ya que, históricamente, a todos ellos les ha ido igual de mal en la serie, con la única excepción de los Gigantes de Yomiuri, que se han coronado campeones de la misma en 2 oportunidades.

 

   La Liga del Pacífico ha superado en victorias a la Liga Central en 10 de las 11 ediciones realizadas hasta ahora y en 5 de ellas su dominio fue tal que le sacó un mínimo de 17 triunfos de ventaja. Adicionalmente, uno de sus equipos se ha alzado con el título del evento en 9 de las 11 citas, por lo que la superioridad del primero resulta indiscutible.

 

   En la campaña 2010, el dominio fue tan absoluto que los 6 clubes de la Liga del Pacífico ocuparon los 6 primeros lugares de la tabla de clasificación y relegaron a sus rivales de la Liga Central a los últimos 6 peldaños.

 

   En la edición 2015, la ventaja de 17 triunfos que obtuvo el circuito oceánico sobre su rival tuvo un efecto negativo tan contundente que terminó haciendo historia. Por primera vez, todos y cada uno de los 6 equipos que conforman la Liga Central registraron, en dos ocasiones distintas, un récord perdedor. Es decir, todos llegaron a tener, de manera simultánea, más derrotas que victorias.

 

   Lo más interesante de todo es que la hegemonía de la Liga del Pacífico no se limita sólo a la destacada actuación de un club, si bien los Halcones de SoftBank han capturado el título en nada menos que 5 ocasiones, sino al gran desempeño de todos sus equipos.

 

   Los Marinos de Lotte se coronaron campeones de las dos primeras ediciones del evento y los Búfalos de Orix y los Luchadores de Nippon Ham terminaron en el primer lugar de la tabla en una oportunidad cada uno.

 

   Esto significa que 4 de los 6 conjuntos de la Liga del Pacífico han resultado vencedores de la justa en al menos una vez, mientras que en la Liga Central sólo los Gigantes de Yomiuri han podido celebrar ese éxito.

 

   Las teorías para tratar de explicar este innegable dominio abundan. Hay quienes dicen que la Liga del Pacífico cuenta con mejores lanzadores; otros alegan que sus estadios son más grandes y eso les dificulta a sus rivales conectar jonrones; y también hay quienes señalan al bateador designado como la clave de todo.

 

   Como los equipos de la Liga del Pacífico están acostumbrados a utilizarlo, los de la Liga Central dicen estar en inferioridad de condiciones cuando les toca jugar como visitantes, ya que ellos no cuentan con un bateador especializado que esté acostumbrado sólo a batear y a producir carreras y, por lo tanto, sus ofensivas no son tan buenas como las de sus rivales.

 

   Sin embargo, la teoría más sencilla de todas parece ser la más acertada: la Liga del Pacífico es, sencillamente, mejor que la Liga Central. Cuenta con mejores lanzadores y bateadores, defiende mejor y juega un béisbol más rápido, avanzado e inteligente que el de su rival.

 

   ¿Será este el año en el que se inviertan los papeles y los equipos de la Liga Central terminen dominando a sus rivales de la Liga del Pacífico en la serie? Todo parece indicar que no.

 

   Los 6 conjuntos de la Liga Central están muy parejos en este momento (sólo 5,5 juego separan al primer del último lugar) y ninguno de ellos parece tener la capacidad de asumir el liderato y mantenerse en él sin interrupciones hasta el final de la campaña.

 

   Por lo tanto, una vez que les toque enfrentarse a unos equipos que sí están más claros en lo que están haciendo y que además batean, lanzan y defienden mejor que ellos, lo más probable es que vuelva a repetirse la misma rutina de siempre.

 

   La edición 2016 de la serie de juegos interligas de la NPB comenzará mañana martes 31 de mayo y en las próximas 3 semanas confirmará o desmentirá todas las observaciones que les presentamos hoy en esta columna.