Jue, 25 Abr 2024 21:12 PM

Latinos de Chunichi peligran con la partida de Ochiai

   La partida a finales de esta temporada del que ha sido hasta ahora el mejor manager en la historia de los Dragones de Chunichi, Hiromitsu Ochiai, representa un peligro inminente para la continuidad del grupo de jugadores latinos que actualmente forma parte del roster del club de Nagoya.
 
   A pesar de haber ganado 4 títulos de la Liga Central, una Serie de Japón –la primera en 53 años– y haber clasificado al equipo a la postemporada en 7 de los 8 años en los que ha estado al mando, la gerencia del club decidió no extender su contrato y reemplazarlo con un amigable dirigente de 70 años que nunca ganó un título en su corta carrera como manager.
 
   Bungo Shirai, el dueño del equipo, no pudo ser más claro en su mensaje: “hemos decidido que ya es hora de dejar atrás la era Ochiai”, declaró a los medios a finales de septiembre cuando hizo público el anuncio de que no renovaría el contrato del laureado estratega.
 
   Independientemente de las razones que dieron origen a esta decisión (ya las explicamos en una columna anterior: Chunichi y la (poca) importancia del triunfo), lo importante aquí son las consecuencias que traerá la misma.
 
   Está claro que el club no sólo quiere deshacerse de un manager taciturno que habla muy poco con los medios y que no es demasiado amable con los fanáticos, sino que también quiere dejar atrás sus técnicas austeras para ganar encuentros, y esto puede que signifique el adiós de los varios latinos que han llegado al equipo año tras año de la mano del estratega.
 
   Durante sus 8 años al frente del equipo, Ochiai ha apostado fuertemente por el talento latino para reforzar su alineación, ya que es más barato y sencillo de adquirir que el norteamericano o el surcoreano y que, por lo general, arroja mejores resultados.
 
   Esta tendencia se hizo particularmente clara en 2009, cuando decidió no renovarle el contrato al norteamericano Tyronne Woods, que tuvo una carrera muy productiva con el club pero que en ese momento ya estaba en declive y además estaba pidiendo mucho dinero para su renovación, para apostar en su lugar por un virtual desconocido: Tony Blanco.
 
   Procedente de la República Dominicana y con un paso muy breve por las Grandes Ligas, el robusto latino respondió con creces a la confianza que le dio el dirigente al capturar las coronas de jonrones y carreras empujadas de la Liga Central ese mismo año con 39 vuelacercas y 110 remolques.
 
   Ya en 2008 le había dado la oportunidad a otro dominicano, el lanzador Máximo Nelson, cuya experiencia fuera de su país se reducía a un breve paso por la joven liga de béisbol profesional de Israel. El espigado derecho no arrojó a primeras de cambio resultados tan impresionantes como los de Blanco, pero sí mostró un potencial que el club se dedicó a desarrollar pacientemente.
 
   Un lamentable incidente que lo llevó a ser detenido dos días por la policía luego de que se le encontrase una bala en su equipaje de mano cuando llegó a los entrenamientos primaverales en 2010, lo forzó a perderse la mitad de la temporada por sanción y casi le cuesta su puesto en el conjunto, pero el manager mantuvo su confianza en él y este año floreció finalmente como un abridor de alto calibre que registró la novena mejor efectividad de su circuito.
 
   Incluso en aquellos casos en los que el importado latino estaba claramente fracasando en su proceso de adaptación a la liga, Ochiai mantuvo su apoyo en todo momento, como ocurrió este año con el también dominicano Joel Guzmán, quien continuó formando parte de la alineación titular del equipo por varios meses a pesar de mantener siempre su promedio ofensivo por debajo de .200.
 
   Tan satisfecho ha quedado con los resultados arrojados por los jóvenes talentos latinoamericanos que en los últimos 3 años, con la excepción del lanzador taiwanés Weiyin Chen quien ya tiene varios años con el equipo, todos los importados que ha firmado el club han sido latinos.
 
   No obstante, la llegada del nuevo manager, Morimichi Takagi, puede que ponga fin a esta tendencia, precisamente porque para eso ha sido contratado, para “dejar atrás la era Ochiai”.
 
   Parece difícil que el club quiera deshacerse de Nelson de inmediato luego de la gran temporada que ha tenido, pero Blanco ya forma parte de los rumores de cambios del equipo en los que el consenso general parece ser, “si puedes conseguir al alguien mejor, déjalo ir”.
 
   Luego de su gran debut en 2009, Blanco tuvo una campaña más modesta en 2010, pero a pesar de todo conectó 32 cuadrangulares y empujó 86 carreras. Este año una lesión lo obligó a sentarse por 3 meses, pero una vez que regresó a la acción a finales de agosto no paró de producir para terminar la temporada con 16 estacazos y 48 remolques en 78 partidos.
 
   Sus números son lo suficientemente buenos como para que el equipo lo renueve, pero como la tendencia ahora es hacerle grandes cambios al mismo, es muy probable que el caribeño se convierta en víctima de la etapa de transición del club.
 
   Guzmán y su compatriota Félix Carrasco, quien sólo vio 4 turnos con el primer equipo en todo el año y se ponchó en todos y cada uno de ellos, muy probablemente sean los primeros en irse debido a sus pobres rendimientos. No obstante, el futuro del zurdo venezolano Enyelbert Soto constituye un enigma.
 
   Luego de debutar como relevista intermedio con cierto éxito, fue convertido sorpresivamente en abridor a mediados de campaña y ganó 5 aperturas consecutivas tras las cuales dejó su efectividad en 1.12. Si bien su rendimiento cayó un poco después de eso, su récord final del año quedó en 5-1, con efectividad de 1.73.
 
   Sus números le ameritarían una extensión de su contrato en cualquier otro equipo, pero en Chunichi, bajo las actuales circunstancias, cualquier cosa puede ocurrir.
 
   Nuestra esperanza en esta columna es que juzguen a los latinos del conjunto por sus rendimientos y no por el hecho de haber sido traídos por Ochiai, pero todo parece indicar que ese será el caso y, de ser así, puede que todos ellos estén a punto de jugar sus últimos encuentros con el equipo.
 
   Lo más triste del asunto es que Takagi sabe que su puesto ya tiene los días contados, pues más que el líder de un nuevo proyecto el club ve en él a un puente para la llegada de su nuevo gran estratega, preferiblemente un gran ex jugador del equipo que aún no ha recibido la oportunidad de trabajar de nuevo con la organización.
 
   Sea como fuere, Chunichi podría pasar del club con la mayor cantidad de importados latinos en toda la NPB al que tiene menos, si no ninguno, en su roster. Esperemos que ese nos sea el caso, pero…
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado