Vie, 26 Abr 2024 03:03 AM

El mal inicio de pretemporada de Sánchez y Villanueva

 

Sánchez permitió 2 carreras en el juego del sábado ante Yakult

 

   Está claro que tanto el dominicano Ángel Sánchez como el mexicano Christian Villanueva no han tenido un buen inicio de pretemporada hasta ahora y eso es preocupante porque ya habíamos advertido anteriormente que ambos llevan todas las de perder este año.

 

   Sánchez firmó en diciembre con los Gigantes de Yomiuri por nada menos que 2 años y 3,1 millones de dólares por campaña, cifra que se suele reservar para jugadores muy reconocidos que vienen de ver acción en las Grandes Ligas.

 

   Ese no es el caso del derecho caribeño, que si bien sí jugó en las mayores en 2017, sólo lo hizo en 8 encuentros. Su gran atractivo, por el contrario, viene de las dos temporadas que disputó en la liga surcoreana en 2018 y 2019.

 

   En la primera no le fue muy bien, luego de registrar una marca de 8-8 y una efectividad de 4.89 en 26 aperturas, pero en la segunda deslumbró con un récord de 17-5 y una efectividad de 2.62 en 28 aperturas.

 

   Como consecuencia, Yomiuri se interesó en él y su agente logró astutamente conseguirle un contrato de 2 años y 6,2 millones de dólares que bien podría convertirse en la base de su fracaso en el béisbol japonés.

 

   Como ya lo explicamos en este mismo espacio el pasado 16 de diciembre, Sánchez está llegando al equipo menos paciente de la NPB y con un contrato demasiado elevado, lo que reducirá aún más la paciencia del club cuando las cosas le empiecen a salir mal.

 

   Adicionalmente, tiene la historia en su contra, porque los otros dos latinos que han llegado a Japón después de destrozar la pelota por 2 temporadas en la liga surcoreana fracasaron de manera estrepitosa en su intento de adaptarse al circuito local.

 

Navarro no cumplió con las expectativas que generó en 2017

 

   El primero de ellos fue su compatriota Yamaico Navarro, quien en 2017 firmó con los Marinos de Lotte y no pudo comenzar peor su carrera en la NPB luego de ser arrestado en el aeropuerto de Okinawa por cargar dos balas sueltas en su equipaje de mano.

 

   El segundo fue el también dominicano Wilin Rosario, quien en 2018 firmó con los Tigres de Hanshin por 3 millones de dólares y después de lucir bien en sus dos primeros juegos de pretemporada no hizo sino decepcionar durante el resto del año.

 

   Ambos jugadores recibieron suficientes oportunidades de juego, pero como no pudieron registrar números convincentes fueron dejados en libertad a finales de año, incluso en el caso de Rosario, cuyo contrato incluía una opción para un segundo año.

 

   Por si todo eso fuera poco, los medios japoneses tienen semanas diciendo que Yomiuri planea darle a Sánchez el segundo puesto en su rotación de abridores, detrás de su as Tomoyuki Sugano, por lo que la presión de generar buenos resultados es aún mayor.

 

Sánchez permitió 5 carreras en una entrada en su apertura del 24 de febrero

 

   ¿Cómo ha respondido hasta ahora a la expectativas que se tienen de él? No muy bien, lamentablemente. En su primera apertura de la pretemporada el pasado lunes 24 de febrero, permitió 5 carreras y 5 hits en apenas una entrada y terminó perdiendo el juego.

 

   Este sábado 29 de febrero, su actuación mejoró un poco al lanzar 3 episodios de relevo. No obstante, permitió 2 carreras y 4 hits para dejar su efectividad de la primavera en 15.75, cifra que no invita demasiado al optimismo.

 

   Es cierto que los partidos de pretemporada no cuentan para nada y que no se deberían sacar demasiadas conclusiones de los resultados que se ven en ellos, pero no por eso debemos ignorar los claros indicios de que algo no está bien.

 

   Cuando el dominicano Amaury Rivas fue duramente castigado en sus dos primeras apariciones de la pretemporada de 2015, su futuro no lucía muy prometedor, pero al mismo tiempo pensamos que no todo estaba perdido.

 

   Sin embargo, ese no fue el caso. Los Dragones de Chunichi lo bajaron de inmediado a su conjunto filial y allí pasó el resto del año sin recibir nunca la oportunidad de debutar al máximo nivel de la NPB.

 

   No creemos que eso le vaya a suceder a Sánchez, pues sin duda Yomiuri querrá darle al menos una oportunidad de demostrar su talento antes de tirar 6,2 millones de dólares a la basura, pero de ser posible, lo es.

 

Villanueva decepcionó durante su paso por Yomiuri

 

   El caso de Villanueva también lo analizamos en este espacio el pasado 9 de diciembre. Su gran peligro, al igual que Sánchez, es que la historia está en su contra y hasta ahora nadie ha podido salvarse de ella.

 

   Existe un axioma en el béisbol japonés que nos atrevemos a decir que no sólo afecta a los jugadores latinos sino a todos los extranjeros en general: al importado al que le fue mal en su primera año en la NPB, también le va mal en su segundo.

 

   Es decir, si un jugador foráneo no pudo adaptarse a la cultura y al estilo de juego del circuito nipón en su primer intento, difícilmente logrará hacerlo en su segundo y los ejemplos de ello sobran entre los peloteros hispanos.

 

   Lo vimos con el cubano Frederich Cepeda, con el dominicano Kelvin Jiménez, con el puertorriqueño Hiram Bocachica y, más preocupante aún para Villanueva, con los mexicanos Edgar González, Luis Alfonso García y, más recientemente, Efrén Navarro.

 

   Villanueva llegó a Japón el año pasado en medio de enormes expectativas luego de conectar 20 jonrones con los Padres de San Diego en 2018 y firmar un contrato de 2 millones de dólares con los Gigantes de Yomiuri.

 

Villanueva explica que decidió irse a Japón porque el béisbol es un negocio

 

   No obstante, las cosas empezaron a salirle mal desde que dio unas declaraciones en México diciendo que había decidido irse a Japón porque “el béisbol es un negocio" y él pensó que esa era la mejor movida para él.

 

   Todo pelotero extranjero que decida firmar con un equipo japonés sólo porque le están pagando bien y sin pararse a pesar por un minuto en el gran esfuerzo que tendrá que hacer para poder adaptarse a esa liga, está destinado a fracasar y, lamentablemente, eso fue lo que le pasó a Villanueva.

 

   Su desempeño defensivo en la tercera base con Yomiuri fue bueno, pero no ocurrió lo mismo con su actuación sobre el plato y debido a ello nunca pudo ganarse la titularidad. En los 73 partidos que disputó, bateó para .223, con apenas 8 jonrones y 24 empujadas.

 

   Como era de esperarse, fue dejado en libertad a finales de año y parecía destinado a no regresar nunca más a la NPB hasta que en diciembre Nippon Ham, de manera sorpresiva, decidió firmarlo.

 

   El manager Hideki Kuriyama justificó la decisión alegando que en Yomiuri no le dieron suficientes oportunidades de juego y que, con un poco más de paciencia, es probable que éste puedar mostrar un mejor nivel de juego.

 

   No podría pedirse un mejor voto de confianza que ese, pero tal como está ocurriendo con Sánchez, el mexicano no ha podido desmotrar en los pocos juegos de pretemporada que ha disputado hasta ahora ninguna mejoría con respecto al año pasado.

 

   Después de 5 partidos, su promedio está en un desalentador .077, producto de un doble en 13 turnos al bate. Su defensa sigue siendo buena, pero sin jonrones ni carreras empujadas nunca podrá mantenerse como titular.

 

   Todavía quedan dos semanas más de pretemporada por disputarse y las cosas podrían mejorar mucho para Sánchez y Villanueva, pero con todo lo negativo que ambos tienen en su contra nos tememos que sus probabilidades de éxito este año son muy pocas.