Vie, 26 Abr 2024 06:35 AM

Las carreras de Rosario y Navarro contra el tiempo

 

Rosario conectó su 7mo jonrón del año en la jornada de ayer

 

   No es un secreto que los Tigres de Hanshin están teniendo una temporada para el olvido en 2018 y si hay 2 jugadores que están encaminados a pagar todos los platos rotos de esa decepcionante actuación son el dominicano Wilin Rosario y el mexicano Efren Navarro.

 

   El primero llegó al club a principios de este año con el aura de un mesías. Luego de registrar números excepcionales en las dos campañas anteriores en la Liga de Corea del Sur, muchos daban por sentado que en 2018 se convertiría en el motor ofensivo del conjunto.

 

   El segundo acaba de llegar a la liga y lo ha hecho con la difícil misión de salvar, en un cortísimo período de tiempo, un barco que se está hundiendo, por lo que no es mucho lo que se espera de él. Sin embargo, eso no lo salvará de ser culpado a finales de año por el fracaso del equipo.

 

   Analicemos primero el caso del dominicano. Rosario firmó con el club a mediados de diciembre por una temporada y 1,3 millones de dólares, con la opción de extender ese contrato a un segundo año.

 

   En la Liga del Corea del Sur, registró un promedio ofensivo de .330, con 70 cuadrangulares y 231 carreras emujadas en apenas 2 campañas disputadas, por lo que, como era de esperarse, las expectativas acerca de lo que pudiera hacer en Japón eran grandes.

 

   Su debut en los entrenamientos primaverales fue fantástico. Conectó varios jonrones en juegos amistosos y se perfilaba como la bujía del conjunto para la inminente campaña. No obstante, tan pronto como comenzaron los juegos oficiales de pretemporada todo cambió.

 

   Tanto su promedio como sus números de jonrones y empujadas cayeron al piso, pero a pesar de ello el equipo le dio un gran voto de confianza al otorgarle la responsabilidad de ser su cuarto bate titular desde el día inaugural.

 

Rosario se poncha 3 veces en un mismo partido ante Tomoyuki Sugano

 

   Lamentablemente, las cosas no cambiaron. Al primero de junio, fecha en la que fue bajado al conjunto filial para que trabajase en su mecánica de bateo, estaba bateando para .230, con apenas 4 estacazos y 22 remolques, además de 7 errores defensivos.

 

   Tal fue la decepción de la gerencia que hace una semana declaró públicamente que si el caribeño no tenía un dramático repunte en su rendimiento en la segunda mitad de la campaña entonces dejaría de ejercer la opción de extender su contrato por un segundo año.

 

   Por supuesto, antes de que el milagro pudiese ocurrir el equipo tenía que subirlo a la máxima categoría para que éste pudiese tener la opción de redimirse y eso fue precisamente lo que hizo el pasado miércoles 18 de julio.

 

   El caribeño, consciente del difícil reto que tiene por delante, no perdió tiempo en demostrar su potencial. En ese primer juego, se fue de 3-1, con un doble y una anotada. El viernes, se fue de 4-1, con un sencillo, una anotada y una empujada.

 

   El sábado se fue de 4-3, con 2 jonrones, un doble, 2 anotadas y 3 empujadas y el domingo se fue de 4-1, con un jonrón, una anotada y 2 remolcadas para elevar su promedio a .242 y sus totales de cuadrangulares y empujadas a 7 y 28, respectivamente.

 

   No hay garantía de que este fantástico rendimiento que ha registrado en los pocos juegos que ha disputado desde su regreso se mantendrá igual hasta finales de año, pero al menos ofrece esperanzas de que las cosas podrían terminar bien para él.

 

   Hanshin ocupa en este momento el cuarto lugar de la clasificación de la Liga Central y posee tanto el promedio ofensivo más bajo del circuito (.244) como el menor número de victorias (37). Sin embargo, está apenas a medio juego del tercer lugar, que es el último que da acceso a la postemporada, y su posición en la tabla podría mejorar en cualquier momento.

 

   Si éste logra extender esa buena producción ofensiva que ha demostrado en los últimos días y eso ayuda al equipo a meterse de nuevo en los playoffs, entonces podrá decirse que habrá cumplido su misión.

 

   El problema es que, incluso en ese caso, es posible que el equipo decida dejarlo en libertad a finales de campaña, pero al menos nadie podrá decir que fue sólo por su culpa. Como mínimo, su talento con el bate y su capacidad para triunfar en la NPB habrán quedado demostradas.

 

   Es por esto que afirmamos que ahora se encuentra en una carrera contra el tiempo. Cada juego que dispute de aquí en adelante se convertirá en una oportunidad crucial para demostrar lo que puede hacer sobre la caja de bateo.

 

   Si triunfa, su premio será continuar defendiendo los colores del equipo por una temporada más. Si registra buenos números, pero no lo suficientemente convincentes, será dejado en libertad a finales de año, tal como ocurrirá también si fracasa.

 

Navarro conectó un sencillo y remolcó una carrera en su 1er turno en la NPB

 

   En lo que respecta a Navarro, se debut ha sido prometedor, pero no deslumbrante hasta el momento. Conectó un hit y remolcó una carrera en su primer turno en la liga, que lo tomó en calidad de emergente. Luego, empujó 3 carreras y conectó un doble en sus 5 primeros partidos, pero su promedio sólo ascendió a .286.

 

Navarro conectó su 1er jonrón en la NPB en el juego de ayer

 

   Las cosas mejoraron bastante en sus 6 últimos encuentros, en los que sumó al menos 2 imparables en 3 juegos consecutivos, conectó el primer jonrón de su carrera en la NPB y 2 dobles, remolcó 3 carreras y llegó a colocar su promedio temporalmente en .370.

 

   No obstante, apenas ha sumado un cuadrangular hasta ahora y su total de 6 empujadas en 12 partidos disputados no es precisamente una cifra que le pueda quitar el sueño a la gerencia o los fanáticos del club.

 

   El mexicano llegó a Japón con la presión adicional de haber abandonado las Grandes Ligas a mediados de campaña con la esperanza de encontrar en la NPB el éxito que le fue esquivo a ese nivel, por lo que si las cosas no le salen bien podría verse obligado a regresarse a Norteamérica a finales de año.

 

   Es por eso que decimos que él también, al igual que Navarro, se encuentra en una carrera contra el tiempo. Su misión es triunfar de inmediato para convencer a la gerencia de renovar su contrato y poder así construir una carrera exitosa en el circuito nipón.

 

   Si no lo logra, como ya mencionamos, será dejado en libertad a finales de temporada y no tendrá otro remedio que regresarse a las ligas menores de los Estados Unidos o incluso a alguno de los dos circuitos de su país.

 

   Insistimos, no es mucho lo que se espera de él porque fue contratado como un refuerzo de emergencia a mediados de junio y no ha tenido el tiempo suficiente como para adaptarse bien a la liga y a su estilo de juego.

 

   En comparación, los importados que son contratados a principios de año pasan por 2 meses completos de entrenamientos primaverales para llegar al día inaugural de la campaña en condiciones óptimas para triunfar.

 

   Sin embargo, esa urgencia con la que fue firmado no lo va a salvar de ser criticado ni de convertirse en uno de los chivos expiatorios si el club termina el año con malos resultados y queda fuera de los puestos de postemporada.

 

   Sus números no son malos. Un cuadrangular, 6 remolques y un promedio de .333 en 12 juegos no son cifras decepcionantes ni mucho menos, pero quizás no tan deslumbrantes como para asegurar su renovación para el año que viene.

 

   Sólo el tiempo dirá lo que ocurrirá tanto como Rosario como con Navarro a finales de año, pero lo que sí está claro es que ambos se encuentran en una carrera contra el tiempo y los dos tienen en sus bates la posibilidad de extender sus estadías en Japón.