Mié, 08 May 2024 09:50 AM

México sigue haciendo historia en el béisbol japonés

 

   La reciente firma del mexicano Ramiro Peña por parte de los Carpas de Hiroshima marcó un nuevo hito para ese país latinoamericano en la NPB: por primera vez en la historia, cuatro jugadores aztecas verán acción de manera simultánea en el exigente circuito nipón.

 

   Tres peloteros mexicanos ya habían estado activos al mismo tiempo en la liga en 2015 y 2016, pero nunca cuatro, por lo que 2017 marcará un nuevo récord de presencia para esa nación en la pelota nipona.

 

   Salvo un par de hazañas muy específicas, el paso mexicano por la NPB había pasado prácticamente desapercibido hasta hace 3 años, cuando los compadres Luis Mendoza y Luis Cruz dieron inicio a la exitosa racha que estamos presenciando en este momento.

 

   No fue sino hasta 1993 cuando el ex grandeliga José Tolentino se convirtió en el primer jugador azteca en ver acción en la liga profesional japonesa. Lamentablemente para él, el experimento no tuvo el éxito esperado.

 

   El jardinero, que en ese entonces tenía 32 años, llegó al todopoderoso equipo de los Leones de Seibu con la difícil misión de reemplazar en la alineación al cubano Orestes Destrade, quien luego de ganar la corona de jonrones de la Liga del Pacífico por 3 años consecutivos se vio obligado a abandonar Japón por razones familiares.

 

   Puede que la presión de cumplir con tan grandes expectativas lo haya afectado, o que quizás el choque cultural haya sido demasiado fuerte, pero el cuento es que Tolentino sólo pudo pudo disputar 30 partidos con el primer equipo de Seibu, en los que bateó para .164, con un jonrón y 6 empujadas, y por eso fue dejado en libertad a finales de campaña.

 

   Tuvieron que pasar 6 años más para que otro mexicano recibiera la oportunidad de jugar en la NPB: el derecho Elmer Dessens, quien fue firmado por los Gigantes de Yomiuri.

 

   Al igual que ocurrió con Tolentino, el paso de Dessens por la liga fue intrascendente (dejó un récord de 0-1 y una efectividad de 3.86 en 8 juegos), si bien este tuvo la fortuna de regresar a las Grandes Ligas al año siguiente y disputar 11 temporadas más a ese nivel.

 

   El año 2000 marcó el primer gran hito de la pelota azteca en Japón. Por primera y única vez hasta ahora, 3 peloteros mexicanos fueron firmados en un mismo año para jugar en ese circuito: los lanzadores Rafael Díaz, Narciso Elvira y Roberto Ramírez.

 

   Díaz y Ramírez apenas duraron una campaña en la liga. El primero sólo vio acción en 7 partidos con el primer equipo de Seibu, en los que registró una marca de 0-0 y una efectividad de 7.56, mientras que el segundo apenas lanzó en 9 juegos con los Tigres de Hanshin, en los que dejó un récord de 1-3 y una efectividad de 5.55.

 

   Elvira, por el contrario, hizo historia. No sólo se convirtió en el primer representante de su país en jugar más de una campaña en Japón (2, 2000 y 2001), sino también en el primer y único latino hasta ahora en lanzar un juego sin hits ni carreras en la NPB.

 

   Ocurrió el 20 de junio de 2000 en el Osaka Dome, cuando defendiendo la camiseta de los Búfalos de Kintetsu (hoy Búfalos de Orix) blanqueó a Seibu en un partido que ganó 4-0, ponchando a 9 y concediendo sólo 3 boletos.

 

   Ese año registró una marca de 6-7 en 27 juegos (21 aperturas), con 73 abanicados y una efectividad de 4.46, números que le valieron una extensión de su contrato para la campaña 2001, que lamentablemente fue su última en la liga luego de sólo poder lanzar en 6 partidos.

 

   No obstante, su exitosa campaña del año 2000 colocó por primera vez el nombre de México en la primera plana del béisbol japonés y eso le abrió las puertas de la NPB a varios de sus compatriotas en los años siguientes.

 

   Los lanzadores Miguel del Toro (2001) y Rigoberto Beltrán (2002) y el inicialista Mario Valdez (2004) recibieron poco después sus respectivas oportunidades para demostrar su talento en el circuito nipón, pero ninguno de ellos pudo superar la prueba del primer año en la liga.

 

   Del Toro lanzó para Seibu y dejó una marca de 1-1 y una efectividad de 5.59 en 14 partidos, casi todos como relevista, mientras que Beltrán realizó 25 apariciones desde el bullpen para los Carpas de Hiroshima, en las que registró un récord de 0-1 y una efectividad de 9.15.

 

   Valdez, por su parte, registró números impresionantes con Kintetsu en un breve período de tiempo. Conectó 9 jonrones y empujó 29 carreras en apenas 36 juegos, pero la desaparición del equipo a finales de temporada le impidió continuar su carrera en Japón.

 

   Afortunadamente para México, el legado de Valdez no desapareció de inmediato, ya que en 2005 el legendario Karim García asumió su puesto en el recién creado Búfalos de Orix, que nació de la fusión de los Búfalos de Kintetsu y la Ola Azul de Orix.

 

   García marcó entonces el segundo gran hito de la historia del béisbol mexicano en Japón. No sólo registró números impresionantes en su primera campaña en la liga (bateó para .307, con 21 jonrones y 60 remolques 100 partidos), sino que además se dio el lujo de sumar dos partidos consecutivos con 3 cuadrangulares cada uno, algo que nunca antes había ocurrido en el béisbol profesional a nivel mundial.

 

   Por si eso fuera poco, conectó 2 jonrones más en el tercer juego y uno en el cuarto, por lo que totalizó 8 vuelacercas en 4 juegos seguidos, algo que tampoco había ocurrido antes en todo el mundo. Esa increíble racha le valió el premio al Jugador Más Valioso del mes de agosto en la Liga del Pacífico, tras batear para .341, con 10 jonrones y 23 empujadas en 23 encuentros.

 

   Luego de ese increíble éxito las negociaciones para su renovación se tornaron complicadas, pero al final llegó a un acuerdo para regresar al club en 2006, año en el que registró números decentes (.249, con 13 jonrones y 37 empujadas en 91 juegos), pero que no fueron suficientes para justificar una nueva extensión de su contrato.

 

   Varios años más tuvieron que pasar antes de que Edgar González (2010, 2012) y Luis Alfonso García (2011-2012) probasen suerte en la NPB, si bien ninguna de sus carreras en la liga, a pesar de extenderse por un par de campañas, llegó a ser trascendente.

 

   González bateó para .253, con 16 jonrones y 63 empujadas en 157 juegos para los Gigantes de Yomiuri en las dos temporadas en las que estuvo activo en Japón, mientras que García registró un promedio de .245, con 15 jonrones y 64 empujadas en 2 años con las Águilas de Rakuten.

 

   Sin embargo, todo cambió en 2014, cuando los compadres Luis Mendoza, quien pactó con los Luchadores de Nippon Ham, y Luis Cruz, quien firmó con los Marinos de Lotte, protagonizaron el primer duelo entre un lanzador y un bateador mexicano en la historia de la NPB.

 

   El enfrentamiento tuvo lugar el 18 de mayo de ese año en el Sapporo Dome y se puede decir que terminó en tablas. Por una parte, Mendoza permitió sólo 2 carreras en 8 sólidas entradas y se fue sin decisión tras no recibir el apoyo ofensivo de sus compañeros, mientras que por la otra Cruz se fue de 4-2, con un jonrón, un doble y 2 empujadas, si bien sólo el doble y el primer remolque se los produjo a Mendoza.

 

   El debut de ambos en la liga no fue el mejor, pero sí lo suficientemente bueno como para extender sus carreras por un año más. Mendoza dejó una marca de 7-13 y una efectividad de 3.89 en 26 aperturas, mientras que Cruz bateó para .238, con 16 jonrones, 32 dobles y 61 empujadas en 126 partidos.

 

   Las cosas mejoraron mucho en 2015. Mendoza dejó una marca de 10-8 y una efectividad de 3.51 en 26 aperturas, mientras que Cruz bateó para .255, con 16 jonrones y 73 empujadas en 133 juegos y además ganó el Guante de Oro en la segunda base.

 

   Esas actuaciones no sólo les permitieron a ambos extender sus contratos por dos años más, sino además convertirse, conjuntamente, en los mexicanos más longevos en la historia de la liga.

 

   La llegada de Agustín Murillo, quien fue firmado como un refuerzo de emergencia a finales de julio de 2015 por parte de Rakuten, impuso un nuevo récord de presencia azteca en la NPB al elevar a 3 el número de representantes mexicanos simultáneos en el circuito.

 

   Esa marca se repitió en 2016 con la llegada de Japhet Amador, quien también firmó con Rakuten y representó a su país junto a Mendoza y Cruz esa temporada. Murillo hubiese podido sumarse al grupo de no ser por una limpieza de casa del club de Sendai que prácticamente dejó fuera del equipo a todos los jugadores extranjeros.

 

   Es así como ahora, en 2017, estamos a punto de presenciar otra marca histórica del béisbol mexicano en Japón. Mendoza, Cruz y Amador se mantienen en el circuito y se les acaba de unir Peña, por lo que este año veremos en acción, al mismo tiempo, a cuatro jugadores aztecas, que es algo que nunca antes había ocurrido.

 

   Mendoza se convirtió el año pasado en el primer mexicano en participar y ganar una Serie de Japón, mientras que en 2015 Cruz se convirtió en el primero en ganar un Guante de Oro. ¿Será que este año podremos ver a Amador o Peña ganar el primer título de jonrones para su país? Pronto lo averiguaremos.