Vie, 26 Abr 2024 03:32 AM

Como cucaracha en baile de gallina

   La escalofriante falta de información que están mostrando los Cerveceros de Milwaukee y los Yanquis de Nueva York en los casos de Norichika Aoki y Hiroyuki Nakajima, respectivamente, no sólo se traduce en una seria falta de respeto hacia ambos jugadores sino que también coloca a todos los involucrados en la difícil situación que describe este popular dicho.
 
   Después de ganar los derechos exclusivos para negociar con ellos a través del llamado Sistema de Traspasos (y tras pagar una suma relativamente baja de 2,5 millones de dólares), ahora ambos conjuntos explican que sólo están interesados en contratarlos como suplentes y, en el caso de Aoki, sólo después de superar un entrenamiento de prueba.
 
   Varias preguntas se nos vienen a la mente. ¿Por qué compitieron por ganar los derechos de negociación con esos jugadores si no estaban dispuestos a ofrecerles buenos contratos y un puesto como titulares? ¿Acaso no saben cómo funciona el Sistema de Traspasos y que si no llegan a un acuerdo éstos no tendrán más remedio que regresarse a jugar a Japón?
 
   ¿Qué necesidad tienen los Yanquis de contratar a un campo corto como Nakajima cuando todas las posiciones de su infield ya están cubiertas? ¿Por qué Milwaukee le pidió a Aoki hacer un entrenamiento de prueba para verlo en acción, acaso no saben qué tipo de jugador es? ¿Y si no lo saben, entonces por qué están tratando de contratarlo?
 
   Nos oponemos rotundamente a esta falta de respeto hacia estos dos jugadores y los exhortamos a ambos a que pongan a un lado por un momento sus sueños de jugar en las Grandes Ligas, juzguen sus situaciones sobriamente y se hagan respetar.
 
   Entendemos por completo el recelo de los equipos de las Grandes Ligas hacia los jugadores japoneses, luego de ver a tantos de ellos fracasar en su intento de adaptarse a las mayores, pero una cosa es tener cautela a la hora de contratar a un jugador nipón y otra muy distinta es faltarle el respeto tratándolo como un novato desconocido del que nadie sabe nada.
 
   Tanto Nakajima como Aoki son jugadores talentosos de probada experiencia tanto en Japón como a nivel internacional. El primero ha participado 7 veces en la Serie de las Estrellas en su país, ha sido seleccionado 3 veces al Equipo Ideal de la Liga del Pacífico y ha ganado dos guantes de oro, mientras que el segundo tiene también 7 participaciones en la Serie de las Estrellas, 7 selecciones al Equipo Ideal de la Liga Central, 6 guantes de oro, 3 títulos de bateo, uno de bases robadas y un premio al Novato del Año.
 
   Adicionalmente, ambos participaron con su selección nacional en los Olimpiadas de Beijing en 2008 y en el Clásico Mundial de Béisbol de 2009, en el que ambos fueron campeones y además brillaron ofensivamente al registrar promedios de .364 y .324, respectivamente. Aoki también fue campeón con Japón en el Clásico Mundial de 2006.
 
   No estamos pidiendo que se le ofrezcan contratos exorbitantes a los dos, pero sí que la oferta sea decente. Lo más importante es que el equipo que se interese en ellos tenga una necesidad real de contratar sus servicios. Eso de competir por ganar los derechos exclusivos de negociación para luego ofrecerles jugar como suplentes es, de plano, una falta de respeto, y lo de pedirle a Aoki que haga un entrenamiento de prueba para ver cómo juega es francamente una humillación.
 
   Luego hay que ofrecerles, al menos, el mismo salario que ganan actualmente en Japón, que no es nada exorbitante. El de Nakajima es $3,6 millones de dólares anuales y el de Aoki es $4,2 millones.
 
   Así mismo, no hay necesidad alguna de ofrecerles contratos a largo plazo, un contrato de 2 o tres años con opción a más de acuerdo a sus resultados es más que suficiente. Los Orioles de Baltimore dieron un buen ejemplo en la materia al contratar al lanzador Tsuyoshi Wada por 2 años y 8 millones de dólares.
 
   El Sistema de Traspasos, con todos sus defectos, tiene ya 13 años funcionando y a pesar de todo le ha permitido a los equipos de las Grandes Ligas competir de manera justa por contratar a aquellos jugadores japoneses en los que estén interesados. A esta altura ya no se puede utilizar la excusa de que se trata de un sistema nuevo del que se desconocen las reglas.
 
   El caso de Aoki se ha puesto particularmente turbio luego de que un reporte reciente del diario Sankei Sports pusiera al descubierto un conflicto interno de la gerencia de Milwaukee en relación a su contratación. Una parte de la misma estaba en desacuerdo y la otra, que sí estaba interesada, al parecer presionó a última hora para presentar una oferta por el jugador.
 
   Ahora que la misma fue aceptada y el equipo se encuentra dentro del límite de 30 días para llegar a un acuerdo contractual con él el conflicto parece haber revivido, por lo que de pronto se planea utilizarlo como suplente, obligarlo a hacer un entrenamiento de prueba (al parecer el club no tiene ningún scout en Japón y nunca lo ha visto jugar directamente) y ofrecerle apenas un cuarto de su salario actual.
 
   Para agravar las cosas, Aoki parece haber aceptado la prueba y viajará pronto al campo de entrenamientos del equipo en Arizona con la esperanza de que su buena forma física los convenza de contratarlo. No obstante, todas las señas indican que, repentinamente, el club ya no está interesado en él y está haciendo todo lo posible por forzarlo a que rechace la oferta.
 
   Ambos casos se resolverían con facilidad si ambos clubes acuerdan contratar a los jugadores para luego venderlos a otros equipos. De esta manera, éstos no tendrán que esperar un año más antes de poder jugar en las Grandes Ligas, pero no es seguro que tal propuesta sea aceptada.
 
   Desde esta columna esperamos que ambos jugadores tengan la valentía de decir “gracias, pero no estoy interesado”, rechacen las ofertas de ser suplentes y se hagan respetar. Es cierto que será duro tener que regresar a Japón a jugar una temporada más luego de haberse preparado mentalmente para irse a las Grandes Ligas, pero siempre será mejor jugar en casa, manteniendo su estatus de estrellas y con el fiel apoyo de sus fanáticos, que pasar la mayor parte del año en la banca sin contar con suficientes oportunidades para demostrar su talento y ver su sueño perderse en la nada.
 
   Nakajima se convertirá en agente libre tras finalizar la campaña 2012, por lo que podrá intentar de nuevo irse a las Grandes Ligas con todas las libertades que ese estatus le otorga. Aoki tendrá que esperar dos años más para ganarse ese derecho, pero podría utilizar el Sistema de Traspasos una vez más a finales de este año para ver si tiene mejor suerte.
 
   Cualquiera de estas dos opciones será siempre mejor que pasar años en la banca, o incluso en las ligas mejores, como le ocurrió al lanzador Kei Igawa, que pasó el 80% de sus 5 años de contrato con los Yanquis en triple A.
 
   Los 30 días de plazo para llegar a un acuerdo contractual culminarán el 8 de enero, en el caso de Nakajima, y el 17 de enero, en el caso de Aoki. Pronto sabremos cómo terminan ambos casos.
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