Lun, 20 May 2024 02:18 AM

Despaigne y el alto riesgo del acuerdo con Cuba

 

   La lesión reciente de Alfredo Despaigne, quien se espera que quede fuera de acción por al menos un mes, pone en evidencia el alto riesgo que corren los equipos de la NPB al ir a Cuba a contratar refuerzos para sus nóminas.

 

   El cotizado jardinero se desgarró el ligamento medial colateral de la rodilla derecha al deslizarse en una base durante el juego entre los Marinos de Lotte y los Carpas de Hiroshima en el Estadio Mazda el pasado 27 de mayo.

 

   Ese mismo día fue diagnosticado con el problema en un hospital de Hiroshima, si bien en ese momento no se estableció un tiempo estimado para su recuperación.

 

   No obstante, una lesión de ese tipo, en su versión más leve, por lo general requiere un período de recuperación de 3 o 4 semanas, por lo que el club transfirió al jugador a su lista de lesionados el 30 de mayo.

 

   Suponiendo que pueda volver a la acción en el mínimo tiempo requerido, el toletero deberá esperar hasta el 17 de junio para poder reincorporarse a los entrenamientos de su equipo, sólo para ausentarse de nuevo unos días después ya que deberá viajar a Cuba el 23 para reportarse a su selección nacional, que debe prepararse para su participación de los Juegos Panamericanos de Toronto.

 

   Tomando en cuenta que es muy posible que el conjunto cubano se corone campeón del evento, Despaigne no podrá volar de regreso a Japón sino hasta el 20 de julio, lo que significa que sólo podrá aterrizar en Tokio en la noche del 21 y que no estará disponible para empezar a jugar con su equipo sino hasta un par de días después.

 

   Esto quiere decir que Lotte, que le pagará al cubano un mínimo de 2 millones de dólares este año, sin contar bonos e incentivos, deberá resignarse a jugar sin su ayuda por 2 meses completos, incluso después de haber tenido que esperar por él hasta mediados de abril y con la posibilidad de que vuelva a lesionarse antes de que se termine la temporada.

 

   El único consuelo que le queda al equipo es que, al menos, el poderoso toletero ha rendido bien cuando ha estado activo. En los 32 partidos que ha jugado este año batea para .279, con 8 jonrones y 22 empujadas, pero esos números no son mejores ni tampoco se acercan a los de otros latinos que ganan apenas un tercio de su salario, o incluso menos, como el mexicano Luis Cruz o el venezolano Francisco Caraballo, por citar dos ejemplos.

 

   El acuerdo entre la NPB y la Federación Cubana de Béisbol (FCB) para llevar temporalmente a los peloteros que están activos en Cuba a Japón ha sido, desde el principio, claramente desfavorable para los clubes nipones.

 

   Éstos no sólo deben pagar altas sumas de dinero para poder firmar a los atletas en cuestión, sino que además tienen que esperar a que los mismos terminen su participación en la Serie Nacional cubana antes de poder tenerlos en sus respectivas nóminas, y eso por lo general no ocurre sino hasta principios de abril o incluso en mayo.

 

   Esto quiere decir que cualquier pelotero que sea contratado deberá perderse los dos intensos meses de pretemporada que realizan los clubes japoneses y quizás hasta el primer mes completo de la temporada regular, sin contar además con el período de adaptación a la liga que necesitará todo aquel que esté debutando en la misma antes de poder saltar al terreno por primera vez.

 

   Por si esto fuera poco, también están los compromisos internacionales a los que los isleños están obligados a asistir, como el caso de los Juegos Panamericanos que mencionamos anteriormente, que no sólo les restan más tiempo de juego aún a los peloteros sino que además aumentan el riesgo de que se lesionen.

 

   Parece increíble que ante condiciones tan adversas los clubes de la NPB hayan aceptado firmar el acuerdo y comenzar a traer peloteros de Cuba para reforzar sus nóminas, pero al final lo hicieron y ahora están cosechando los frutos de su inversión, ya sean buenos o malos.

 

   Por un lado, resulta maravilloso para los fanáticos del béisbol poder ver en acción a una serie de peloteros de gran calidad que, de otra forma, sólo podrían jugar en la liga de su país y con su selección nacional en torneos internacionales.

 

   Sin embargo, por el otro lado resulta decepcionante ver cómo el jugador en cuestión, que se supone que llegó para reforzar a su equipo, debe ausentarse del terreno constantemente y por largos períodos de tiempo debido a las razones mencionadas anteriormente.

 

   Considerando todos los obstáculos que éstos deben superar para poder completar una temporada decente en términos de partidos disputados en la NPB, la única manera en que los clubes japoneses de verdad podrían beneficiarse con su presencia sería con la contratación de los mismos, bajo un salario mínimo, sólo por la segunda mitad de la temporada y que éstos rindiesen de una manera tal que ayudasen a su equipo a clasificar a la postemporada e incluso a la Serie de Japón. Cualquier otro acuerdo parece destinado a terminar mal para los conjuntos de la NPB.

 

   Creemos que una firma de ese tipo sería beneficiosa, además, en un caso como el de Despaigne, que ya ha demostrado que puede rendir bien en el circuito, porque si tomamos como referencia los casos del veterano Frederich Cepeda o el de los hermanos Yulieski Gourriel y Lourdes Gourriel hijo, entonces no habría forma alguna de que los equipos japoneses ganasen algo con el acuerdo.

 

   Cepeda, que fue el primero en llegar a Japón en mayo del año pasado, ha desilusionado por completo a sus fanáticos al batear para apenas .194 en 52 partidos en su primera temporada en la liga y mantener su promedio en .000 en lo que va de ésta, tras no haber podido conectar ni un solo hit en 18 turnos.

 

   Debido a sus problemas sobre el plato fue bajado al equipo menor de los Gigantes de Yomiuri el pasado 21 de abril y desde entonces no ha podido volver a subir.

 

   Yulieski, que sí registró buenos números en su debut en la liga el año pasado (bateó para .305, con 11 jonrones y 30 empujadas en 62 juegos), no dejó sin embargo la mejor de las impresiones debido a los varios problemas que tuvo fuera del terreno, como su desagrado por la comida japonesa (lo que obligó al equipo a contratar a un chef que le preparase comida cubana 3 veces al día) y su miedo a volar (lo que lo obligó a perderse algunos juegos).

 

   Como si eso ya no fuera suficiente, este año acordó regresar a las Estrellas de DeNA por 3 millones de dólares anuales, sólo para negarse luego a reportarse a su equipo debido a una supuesta lesión que sólo deseaba tratarse en su país.

 

   Tal fue la debilidad de su argumento que el club se cansó de esperar por él y decidió anular de un golpe su contrato y, por ende, su carrera en Japón.

 

   Su hermano menor Lourdes hijo, quien también acordó defender los colores de DeNA este año, siguió sus pasos y se negó a reportarse al equipo, lo que llevó a éste a colocarlo en su lista de jugadores reservados, hecho que le impedirá firmar con cualquier otro club profesional del planeta hasta que cumpla su contrato.

 

   Héctor Mendoza, el único otro jugador que ha llegado a Japón directamente desde Cuba, apenas debutó hace unos días en la liga tras pasar todo el año pasado en el conjunto menor de los Gigantes de Yomiuri.

 

   Su primera aparición desde el bullpen fue exitosa, pero no la segunda, en la que permitió una carrera en una entrada. No obstante, al tratarse de un relevista intermedio que por su juventud está considerado como una apuesta a largo plazo del club, su actuación no ha sido tan determinante para su equipo como la del resto de los jugadores mencionados hasta ahora.

 

   Cuando Cepeda, Gourriel y Despaigne llegaron a Japón el año pasado en medio de un revuelo mediático, el panorama del acuerdo entre la NPB y la FCB lucía mucho más prometedor. Cuba se perfilaba como una nueva cantera de jugadores de calidad que se podrían contratar en el futuro.

 

   No obstante, el rotundo fracaso de Cepeda en su adaptación al estilo de juego de la liga, sumado a la bochornosa salida de Yulieski Gourriel de DeNA, al congelamiento de la situación contractual de su hermano Lourdes hijo y a la reciente lesión de Despaigne, ha cambiado por completo el panorama de esa relación, que ahora en lugar de continuar expandiéndose lo que ha hecho es empezar a contraerse.