Sáb, 27 Abr 2024 07:33 AM

Características del béisbol japonés

 

   Aunque el béisbol japonés posee básicamente las mismas características que el jugado en el resto del mundo, se diferencia de otras ligas en una serie de detalles que le otorgan una identidad única y que vale la pena destacar aquí para el conocimiento y disfrute de nuestros lectores.

 

 

Los equipos llevan los nombres de sus compañías

 

   Quizás el primer detalle curioso que notará en el béisbol japonés es que, a diferencia de las Grandes Ligas o de los equipos que compiten en las ligas profesionales de América Latina, los nombres de los clubes nipones no corresponden a sus ciudades sedes sino a las compañías a las que pertenecen.

 

   Los Gigantes de Yomiuri, por citar un ejemplo, juegan en Tokio, pero el nombre del equipo hace referencia al Diario Yomiuri, que es la compañía dueña del club. Lo mismo ocurre con los Leones de Seibu, que juegan en Tokorozawa, un suburbio ubicado al noroeste de Tokio. El nombre del club hace referencia no a su ciudad, sino al grupo Seibu, un conglomerado comercial que incluye líneas de trenes de pasajeros y tiendas por departamentos.

 

   Esto sería el equivalente a encontrar en México un equipo llamado los Naranjeros de Corona, en el caso hipotético de que la Cervecería Corona fuese la dueña del equipo, o que en Venezuela existiesen los Leones de Polar, un equipo que perteneciese a la empresa de bebidas y alimentos Polar.

 

 

Los partidos pueden terminar empatados

 

   Otro detalle que notará de inmediato es la posibilidad de que los partidos puedan terminar empatados. En Japón, si al término de nueve episodios no se ha decidido el ganador, el juego va a entradas adicionales, pero si después de doce capítulos el empate persiste se da por terminado el partido (el limite se extiende a 15 episodios en la Serie de Japón).

 

   La razón de esta regla es muy sencilla. La gran mayoría de los fanáticos -entre el 90 y el 95%- que asisten a los estadios a ver los partidos se trasladan utilizando el transporte público (trenes, metro, autobuses, etc.) y éste sólo presta servicio hasta las 11:30 o 12:00 de la noche, por lo que si los juegos se extendiesen más allá de esa hora varias decenas de miles de personas no tendrían cómo regresarse a sus casas. Pero más importante que la razón son las consecuencias que trae esta regla. El hecho de que los partidos puedan terminar empatados abre las puertas a una serie de situaciones únicas que sólo pueden verse en Japón y que sin duda son muy curiosas.

 

   Es común, por ejemplo, ver en cada temporada varios partidos que terminan empatados a cero carreras. Si usted se pone a pensar con cuidado las implicaciones de este hecho, se dará cuenta de que un partido que termine empatado a cero después de doce capítulos podría eventualmente convertirse en un doble no hit, no run, es decir, en un partido en el que ninguno de los equipos conectó hits o anotó carreras. No ha ocurrido hasta ahora, pero es una posibilidad que está abierta y que sería fascinante ver en el futuro.

 

   Otro caso en el que los partidos empatados juegan un rol primordial es en la Serie de Japón (el equivalente nipón a la Serie Mundial). Normalmente, el campeón de la Liga Central se enfrenta al campeón de la Liga del Pacífico en una serie de siete juegos en la que el primero que gane cuatro se titula campeón nacional. No obstante, la regla del empate se mantiene vigente en esta serie y si algún partido termina en tablas básicamente no cuenta, hay que jugar un partido adicional para determinar al ganador.

 

   El ejemplo más notable de esta situación se dio en la Serie de Japón de 1986, en la que los Leones de Seibu derrotaron a los Carpas de Hiroshima 4-3 en ocho partidos. El primer encuentro de la serie terminó empatado a dos carreras y tuvieron que disputarse siete partidos más para determinar al ganador. Otro caso curioso fue el de la final de 1975, en la que los Bravos de Hankyu “barrieron” a los Carpas de Hiroshima 4-0 en seis juegos. Los encuentros uno y cuatro de la serie terminaron empatados, pero Hankyu ganó los otros cuatro para titularse campeón.

 

 

El porcentaje de triunfos determina al ganador

 

   En la liga nipona, la tabla de posiciones de la temporada regular, tanto en la Liga Central como en la Liga del Pacífico, se rige por el porcentaje de triunfos y derrotas, más que por el número de victorias, como ocurre en otras partes del mundo.

 

   Usted dirá que dicho porcentaje sólo sirve de referencia, pues el equipo con más victorias al final de la temporada también será el equipo con mejor porcentaje de triunfos y derrotas. Esto es cierto en cualquier otra parte del mundo, pero no en Japón. El hecho de que los partidos puedan terminar empatados le da una importancia primordial al citado porcentaje, pues un elevado número de empates puede reducir el número de partidos disputados de un equipo y, por lo tanto, incrementar su porcentaje de triunfos y su puesto en la tabla de posiciones.

 

   Ha habido varios casos en los que el campeón de liga ha terminado la temporada con menos triunfos que el segundo clasificado, pero como logró más empates que éste su porcentaje de triunfos fue mayor y, como consecuencia, se coronó campeón del circuito. Tomemos como ejemplo la campaña de 1986 en la Liga Central. Los Carpas de Hiroshima culminaron la temporada con récord de 73 ganados, 46 perdidos y 11 empatados, para un porcentaje de triunfos de .613. Los Gigantes de Yomiuri, por su parte, compilaron 75 triunfos, 48 derrotas y 7 empates, para un porcentaje de .610. Hiroshima ganó dos juegos menos que Yomiuri, pero como su porcentaje fue superior se coronó campeón del circuito.

 

   Un caso similar se dio en la Liga del Pacífico en 1989. Los Búfalos de Kintetsu terminaron el año con récord de 71 ganados, 54 perdidos y 5 empatados, para un porcentaje de .568, mientras que los Bravos de Orix compilaron 72 triunfos, 55 derrotas y 3 empates, para un porcentaje de .567. Kintetsu ganó un partido menos que Orix, pero terminó con mejor porcentaje, por lo que fue el campeón de la liga ese año.

 

   El porcentaje de triunfos y derrotas es también muy útil en los casos en que dos equipos culminan el año con el mismo número de triunfos. Si uno de ellos posee un porcentaje superior al otro, éste será el ganador del circuito y no hará falta disputar un partido adicional para determinar al campeón.

 

 

Se disputa no un juego, sino una Serie de las Estrellas

 

   Siguiendo la tradición de las Grandes Ligas, en Japón también se realiza un Juego de las Estrellas cada temporada en el que se enfrentan los mejores jugadores de ambas ligas. No obstante, existen dos diferencias primordiales. La primera y principal es que no se trata de un solo juego, sino de dos –en el pasado eran tres–, disputados en dos estadios distintos de la geografía nacional, probablemente con el objetivo de darle a los fanáticos de todas las latitudes el chance de ver a sus jugadores preferidos. La segunda es que los Juegos de Estrellas no se celebran justo a la mitad de la temporada, como ocurre en las Grandes Ligas, sino un poco después, normalmente a finales de julio.

 

   Las Series de Estrellas, al igual que cada uno de sus partidos, pueden terminar empatadas.

 

 

Juegos locales en estadios ajenos

 

   Otra nota curiosa del béisbol japonés es que a lo largo de la temporada todos los equipos disputan partidos en los que juegan como locales en estadios ajenos, muchos de ellos ubicados en ciudades pequeñas que no poseen un equipo profesional. A este tipo de partidos se les conoce como juegos "en casa fuera de casa”. La idea de esta estrategia es llevar el deporte a todo lo largo de la geografía nacional y darle la oportunidad a los fanáticos de todo el país de ver un partido profesional. Como los equipos representan más a una compañía que a una ciudad particular, por lo general son bienvenidos en todas partes y son animados por sus propios fanáticos dondequiera que vayan.

 

   En la temporada 2014, un total de 44 estadios ubicados a todo lo largo y ancho del país fueron utilizados para disputar partidos profesionales en ambas ligas, incluyendo los 12 estadios locales regulares de los equipos participantes. La lista incluyó ciudades como Nagasaki, Niigata, Nagano, Shizuoka y Naha, ubicadas a varias horas de distancia de cualquier otra ciudad en la que normalmente se disputan partidos profesionales de béisbol.

 

   Otra buena razón para realizar estas giras es romper la monotonía de ambas ligas. Con sólo 6 equipos por circuito, cada uno de ellos debe enfrentar a sus rivales 20 veces durante la temporada regular, lo que puede resultar bastante aburrido si todos los partidos se disputan siempre en los mismos estadios.

 

 

Los estadios techados y la grama artificial predominan

 

   Debido a la intensidad de la temporada lluviosa en Japón es una necesidad tener estadios techados que reduzcan el número de juegos suspendidos debido al mal clima. En la Liga de Pacífico, 4 de los 6 estadios utilizados regularmente por los equipos son techados: el Sapporo Dome, el Seibu Dome, el Kyocera Dome y el Yafuoko Dome. En la Liga Central existen dos más: el Tokyo Dome y el Nagoya Dome.

 

   El predominio de los estadios techados conlleva a su vez a la mayor utilización de la grama artificial, ya que no es posible mantener grama natural en un lugar que no recibe la luz del sol. Así mismo, es más sencillo y menos costoso mantener la grama artificial que la grama natural, por lo que no sólo los seis estadios techados existentes en Japón poseen grama artificial, sino también otros estadios que no son techados como el QVC Marine Filed de Chiba o el Estadio Meiji Jingu de Tokio. En total, 9 de los 12 estadios regulares en Japón poseen grama artificial.

 

 

Cada equipo tiene su himno y cada jugador su canción

 

   Algo que notará rápidamente durante un juego de béisbol en Japón es que los fanáticos de ambos equipos no paran de cantar. Eso se debe a que cada equipo tiene una lista completa de canciones para animar a sus jugadores que los fanáticos suelen cantar repetidamente de principio a fin. Cada equipo tiene su himno y, a su vez, cada jugador tiene su canción de apoyo particular.

 

   Quizás el más famoso de los himnos sea el de los Tigres de Hanshin, Rokko wo roshi. Ya sea en directo o por televisión, usted lo escuchará sonar de la voz de sus fanáticos una y otra vez, en especial durante el descanso del séptimo episodio, cuando es cantado con pasión al mismo tiempo que se lanzan globos silbantes por todo el estadio.

 

   En cuanto a las canciones de los jugadores, una de las más populares es la del jardinero de los Gigantes de Yomiuri Hisayoshi Chono, que usted escuchará frecuentemente durante los juegos del equipo.

 

 

Menos juegos, pero mayor duración

 

   La temporada regular en Japón consta de sólo 143 juegos, pero se extiende por más tiempo que la de las Grandes Ligas (en la que se juegan 19 partidos más). La campaña suele empezar a finales de marzo y no termina sino hasta la segunda semana de octubre. La postemporada de ambas ligas se disputa en la segunda mitad de octubre y la Serie de Japón entre finales de octubre y principios de noviembre.

 

   La razón de la tardanza son los días de descanso, que son mucho más comunes que en las Grandes Ligas y a veces hasta innecesarios.

 

 

El interés nacional está por encima del de los equipos

 

   Uno de los mayores ejemplos a seguir con respecto al béisbol japonés es el hecho de los equipos no dudan en dejar a un lado sus intereses individuales cuando se trata de defender el orgullo nacional. Cuando el béisbol formada parte de los Juegos Olímpicos, todos los clubes cedían a sus mejores jugadores para que formasen parte de la selección nacional que representaría al país en el evento, sin importar que el mismo tuviese lugar a mediados de temporada. Por el contrario, la liga por lo general modificaba el calendario para incluir tantos días de descanso como fueran posibles durante los días en los que se disputaban los juegos.

 

   Este hecho es más notable aún durante el Clásico Mundial de Béisbol, cuando el esfuerzo realizado es más evidente. El equipo comienza a concentrarse hasta un mes antes de que empiece el evento y a pesar de que todo esto ocurre durante los entrenamientos primaverales de los distintos equipos, todos ellos ceden sin problemas a sus estrellas para que defiendan la camiseta nacional.

 

 

Sólo cuatro extranjeros pueden estar en el roster activo

 

   La Liga Japonesa de Béisbol Profesional (NPB) sólo permite a sus equipos tener a cuatro jugadores extranjeros en su roster activo de manera simultánea. No existe un límite en cuanto al número de importados que pueden firmarse, pero sólo cuatro de ellos pueden ser incluidos en el roster activo en un momento determinado.

 

   No obstante, después de disputar 8 temporadas completas en la liga, los jugadores foráneos dejan de contar como tales y pasan a ser considerados como un jugador japonés normal. Esto les permite a los equipos añadir un extranjero más a sus filas.

 

   Los venezolanos Alex Ramírez y Alex Cabrera, por ejemplo, gozaron de ese privilegio durante los últimos años de sus largas carreras en Japón, que se extendieron a 13 y 12 temporadas, respectivamente.

 

 

Entrenamientos primaverales en Okinawa

 

   Al igual que en las Grandes Ligas, los equipos japoneses realizan entrenamientos primaverales antes de comenzar la temporada regular en el sur del país, donde el clima es más cálido que en el centro o el norte.

 

   La fecha de inicio de los entrenamientos es siempre el primero de febrero y el lugar predilecto para realizar las concentraciones es la isla de Okinawa, que representa el punto más sureño de la geografía japonesa. Ubicada más o menos a la misma altura de Florida, Okinawa ofrece el clima ideal a esa altura del año para que los equipos realicen sus entrenamientos previos al inicio de la campaña.

 

 

Cerveza de sifón y whisky en los estadios

 

   Otro detalle sorprendente es la cantidad de artículos que se ven a la venta en los estadios durante los partidos. No nos referimos con esto sólo a los artículos que se pueden comprar en los distintos puestos disponibles alrededor del estadio, que ya son bastantes, sino especialmente a los que ofrecen las vendedoras mientras uno está en su asiento viendo el juego.

 

   La cerveza, como en todas partes del mundo, es la bebida predominante, pero tiene la particularidad de ser servida directamente de un sifón, no de una lata o una botella. Pero las bebidas alcohólicas no se limitan a esto, también se vende whisky e incluso sake. El té, tanto frío como caliente, también está disponible, además de agua mineral y las típicas bebidas gaseosas. También se ven todo tipo de golosinas y hasta comida propiamente dicha, como cajas de bento o fideos instantáneos.

 

   Ver un partido de béisbol en Japón es una experiencia única que debe experimentarse si se tiene la oportunidad. El espectáculo no sólo está en el campo, sino también en las gradas.