Mié, 26 Jun 2024 13:25 PM

El auge de los jugadores mestizos en la NPB

   A pesar de que no se trata de un fenómeno nuevo, no cabe duda de que en los últimos años ha habido un auge de jugadores mestizos en la NPB, no sólo en cuanto a cantidad sino sobre todo a calidad, ya que poco a poco se han ganado el protagonismo de la liga.

 

Darvish fue un precursor de los jugadores mestizos que vemos hoy día en la NPB

 

   Yu Darvish, de padre iraní y madre japonesa, fue un ejemplo temprano de esta tendencia que se ha popularizado en tiempos recientes. Al momento de su debut en 2005, el veterano derecho era el único jugador notablemente mestizo que estaba activo en el circuito nipón.

 

   Por supuesto, no fue ni el primero en jugar, ni tampoco el primero en tener éxito en el máximo nivel de la liga. El legendario Sadaharu Oh, de padre taiwanés, y el “hombre de hierro” Sachio Kinugasa, de padre estadounidense, son dos claros ejemplos de ello.

 

   Quizás la principal diferencia es que Darvish es claramente mestizo, mientras que Oh, por tener un padre asiático, siempre pareció un japonés común y corriente y Kinugasa, a pesar de tener la piel oscura, todavía lucía como un pelotero local.

 

   Darvish, por su parte, mantuvo el apellido de su padre y además su descendencia extranjera nunca fue un secreto, por lo que su caso abrió las puertas para las nuevas generaciones de jugadores mestizos que vemos hoy día en la NPB.

 

   El jardinero de 24 años de los Luchadores de Nippon Ham Chusei Mannami, cuyo padre es de la República Democrática del Congo, es el más famoso y exitoso de todos los peloteros mestizos que están activos en el  máximo nivel del circuito en la actualidad.

 

   Ya en su quinta campaña como profesional, se ganó la titularidad el año pasado luego de sumar 25 jonrones, 33 dobles, 74 empujadas, 69 anotadas y un OPS de 788 en 141 juegos. Gracias a ello, fue seleccionado al Equipo Ideal de la Liga del Pacífico y ganó un Guante de Oro.

 

Mannami tiene el mejor brazo de la NPB en la actualidad

 

   Todas las estadísticas defensivas avanzadas lo colocan como el mejor defensa de la NPB y su brazo es tan poderoso que está a la par con los de su compatriota Ichiro Suzuki y el puertorriqueño Roberto Clemente, por citar sólo dos ejemplos.

 

   Todavía necesita ganar experiencia y pulir un poco más las 5 herramientas que posee, pero resulta evidente que va camino a convertirse en el mejor jugador de posición de la liga y una de las principales estrellas de la selección japonesa en el futuro. Es incluso posible que termine jugando en la MLB.

 

   Su compañero de equipo Shun Mizutani, de padre nigeriano, parece encaminado a seguir sus pasos en los próximos años, ya que también puede batear para poder y brillar defensivamente en los jardines. Tal es su talento que ya se ganó la titularidad con el equipo grande, a pesar de estar debutando con el mismo.

 

   De 23 años, comenzó su carrera en el programa de desarrollo de jugadores de los Halcones de SoftBank, donde tuvo buen rendimiento pero no encontró la manera de ganarse la promoción al máximo nivel debido al exceso de buenos prospectos que posee esa organización.

 

   Debido a ello, decidió participar en la versión japonesa del draft de la regla 5 y Nippon Ham, que suele tener muy buen ojo para el talento joven, no perdió tiempo en firmarlo y en convertirlo de inmediato en uno de los jugadores fijos de su lineup.

 

   Al momento de escribir estas líneas, está bateando para .378, con 3 jonrones, 6 dobles, 16 empujadas, 10 anotadas y un OPS de .967 en apenas 27 encuentros, por lo que no cabe duda de que sus números a finales de años podrían ser muy sólidos.

 

Mune es uno de los mestizos más veteranos de la NPB

 

   El antesalista de 28 años de los Búfalos de Orix Yuma Mune, cuyo padre es originario de Guinea, es otro de los rostros mestizos que los fanáticos japoneses se han acostumbrado a ver sobre el terreno en la última década.

 

   Ya en su novena temporada como profesional, debutó con el club de Osaka en 2016 y se ganó la titularidad de la antesala en 2021. Su producción ofensiva no es tan destacada como las de Mannami y Mizutani, pero es bastante decente y su calidad defensiva es muy buena.

 

   No en vano, fue una pieza clave del equipo que ganó 3 títulos consecutivos de la Liga del Pacífico entre 2021 y 2023 y que clasificó 3 veces consecutivas a la Serie de Japón, coronándose campeón en la edición de 2022.

 

   Luego está el lanzador de los Carpas de Hiroshima Makoto Aduwa, cuyo padre también es nigeriano. De 25 años y en su cuarta campaña como profesional, comenzó su carrera como relevista, pero luego fue convertido en abridor.

 

   Debutó en la NPB en 2018 con el conjunto rojo y registró una efectividad de 3.74 en 55 apariciones desde el bullpen. En 2019 trabajó como abridor con resultados no muy alentadores, antes de sufrir un par de lesiones que le impidieron ver acción entre 2020 y 2022.

 

   En 2023 regresó al montículo como relevista y este año volvió a convertirse en abridor y su actuación ha sido muy alentadora hasta ahora. Posee un récord de 5-2, con 37 ponches y una efectividad de 3.15 en 10 compromisos.

 

Kemuna es de padre estadounidense y madre japonesa

 

   Su compañero de equipo Makoto Kemuna, de 29 años, es el mayor de todos los peloteros mestizos que están activos en este momento en el circuito nipón. De padre estadounidense y nacido en Hawai, no es tan notorio como el resto de los jugadores mencionados anteriormente debido a su piel blanca, pero resulta evidente que no es 100% japonés.

 

   Debutó en la liga en 2019 con el conjunto de Hiroshima y desde entonces ha sido un miembro fijo del bullpen del club. Sus números no son particularmente impresionantes, pero sí lo suficientemente buenos como para mantenerlo en el roster activo.

 

   El caso de Louis Okoye, de padre nigeriano, es uno de los más antiguos de este grupo, ya que su debut con las Águilas de Rakuten ocurrió en la campaña 2016. Desde el principio, las expectativas acerca de su futuro fueron grandes, pero lamentablemente nunca pudieron concretarse.

 

   Luego de pasar 6 años jugando ocasionalmente con ese conjunto, en 2023 fue seleccionado por los Gigantes de Yomiuri en la versión japonesa del draft de la regla 5 y ahora ve acción más a menudo, a pesar de que todavía no es titular.

 

   Sin embargo, se siente muy feliz jugando en Tokio -su ciudad natal-, donde el ambiente es mucho más amigable que el que lo rodeaba en Rakuten, una organización que hasta hace poco permitía libremente que sus peloteros más veteranos acosaran y abusaran de los más jóvenes.

 

   El jardinero de los Leones de Seibu Brandon Tysinger, de 25 años y padre estadounidense, también debe ser incluido en este grupo. Esta es apenas su segunda temporada con el club, después de haber debutado con el mismo en 2021 y haberse perdido los años 2022 y 2023 por distintas lesiones.

 

   Ahora está de regreso en el primer equipo, si bien todavía no ha destacado, ni mucho menos se ha ganado la titularidad en su posición.

 

El padre de Sunagawa también es estadounidense

 

   El caso de Richard Sunagawa, de los Halcones de SoftBank, es muy similar. De 24 años y padre estadounidense, debutó con ese conjunto en 2021 y conectó 7 jonrones en apenas 34 juegos, lo que despertó grandes expectativas acerca de su potencial.

 

   Lamentablemente, no ha podido cumplir con esas expectativas hasta ahora, pero sigue trabajando con el conjunto y peleando por un puesto fijo en el equipo grande que podría llegar en cualquier momento.

 

   Finalmente, está el caso del infielder de los Dragones de Chunichi Kenta Bright, quien debutó en el circuito el año pasado entre grandes expectativas por parte de medios y fanáticos.

 

   De 25 años y padre nigeriano, está apenas en su segunda temporada como profesional y todavía tiene mucho camino por recorrer, pero sin duda el equipo cuenta con él para el futuro y tiene grandes esperanzas de poder desarrollarlo en un pelotero de primera categoría.