Lun, 20 May 2024 00:18 AM

Shohei Otani se irá a las Grandes Ligas, pero no este año

 

   Ahora que la temporada 2016 de la NPB ha llegado a su fin, los medios norteamericanos han empezado a especular acerca de la posibilidad de que el fenómeno Shohei Otani sea puesto a la venta a los clubes de las Grandes Ligas este invierno.

 

   Después de todo, el joven de 22 años acaba de completar una campaña involvidable. Como abridor, dejó una marca de 10-4, con 174 ponches y una efectividad de 1.86 en 20 salidas, mientras que como bateador designado registró un promedio de .322, con 22 jonrones y 67 empujadas en 104 partidos.

 

   Adicionalmente, ganó por primera vez el título de la Liga del Pacífico y el de la Serie de Japón con los Luchadores de Nippon Ham y además es el virtual ganador del galardón al Jugador Más Valioso de su circuito, un candidato firme a ser electo al Equipo Ideal del mismo, tanto como lanzador como bateador, e incluso podría alzarse con un Guante de Oro.

 

   Ante un éxito tan rotundo, pareciera que no le quedara nada más por hacer en Japón y que lo más lógico sería que diese el salto a las mayores en este momento. Después de todo, el mercado invernal de la Gran Carpa cuenta con una escasez de lanzadores tan seria que si Otani entrase al mismo se convertiría de inmediato en la figura más cotizada del mismo y eso le garantizaría con contrato astronómico.

 

   No obstante, los clubes de las Grandes Ligas deben dejar de hacerse ilusiones. Las posibilidades de que Otani sea colocado a la venta este invierno son inexistentes. ¿Por qué? Por las razones que explicamos a continuación.

 

   Primero y principal, porque la decisión no depende de él. Su contrato con Nippon Ham lo obliga a disputar 9 temporadas completas con el club para poder convertirse en agente libre y hasta ahora sólo ha finalizado 4 de ellas.

 

   Segundo, porque para ser vendido a los clubes de las mayores antes de que complete esas 9 temporadas Nippon Ham deberá aprobar su venta y eso es algo que el equipo, en realidad, no desea hacer. Todo lo contrario, de estar a su alcance lo mantendría en sus filas hasta su retiro como jugador.

 

   De hecho, la única razón por la que lo colocará a la venta en el futuro es porque, a la hora de firmarlo, le prometió que lo haría como incentivo para que éste aceptara su oferta para comenzar su carrera profesional en Japón.

 

   Finalmente, hay que tomar en cuenta el punto de vista del propio Otani, quien recientemete declaró estar muy feliz de haberse quedado en su país para comenzar su carrera en la NPB y que, en su opinión, todavía no está listo para irse a las mayores.

 

   No cabe duda de que eso ocurrirá en el futuro, ya que él mismo ha dicho que ese es su deseo desde que firmó con Nippon Ham, pero no será este invierno y lo más probable es que tampoco ocurra el próximo.

 

   El interés de los medios norteamericanos con respecto a su traspaso deriva del hecho de que, si ocurre, se convertiría en la mayor noticia del invierno, pero como ya explicamos el suspenso que están tratando de crear con respecto a su disponibilidad carece de fundamentos. Eso no va a ocurrir en este momento.

 

   Resulta incluso alarmante leer un análisis como el que presentó este sábado Mike Axisa en la página web de la cadena estadounidense CBS Sports, ya que demuestra un desconocimiento total y absoluto de cómo se manejan las cosas en el béisbol japonés.

 

   En su artículo, Axisa afirma que Nippon Ham vendería a Otani a las Grandes Ligas por el dinero, ya que el actual Sistema de Traspasos le permitiría pedir hasta un máximo de 20 millones de dólares por él y ese es un monto “que llega lejos en Japón”.

 

   Es cierto que 20 millones de dólares podrían cubrir la mayor parte de la nómina anual de los equipos más modestos de la NPB, pero tal aseveración no podría estar más alejada de la realidad.

 

   Como ya mencionamos antes, de poder hacerlo, Nippon Ham nunca vendería a Otani, sino que lo mantendría en sus filas hasta el final de su carrera.

 

   Si de dinero se trata, el equipo hubiese ganado MUCHO más dinero bajo el Sistema de Traspasos anterior, en el cual el mayor postor ganaba los derechos exclusivos de negociación con el jugador sin ningún tipo de límite en cuanto a la oferta.

 

   Los Medias Rojas de Boston le pagaron 51 millones de dólares en 2006 a los Leones de Seibu por el traspaso de Daisuke Matsuzaka y los Vigilantes de Texas le pagaron el mismo monto en 2011 a Nippon Ham para firmar a Yu Darvish.

 

   Las Águilas de Rakuten hubiesen obtenido como 70 millones en 2013 por Masahiro Tanaka de no ser porque los clubes de MLB presionaron a última hora para cambiar las reglas del sistema e insistieron en imponerle un límite de 20 millones al traspaso, para que así todos los equipos de las mayores tuvieran a su alcance firmar al jugador en cuestión.

 

   Por lo tanto, si Nippon Ham de verdad quisiera ganar dinero vendiendo a Otani ya estaría presionando para cambiar de nuevo las reglas del Sistema de Traspasos para poder sacarle el mayor provecho posible a la venta, que en el caso del derecho de 22 años seguramente superaría los 70 millones de dólares.

 

   Adicionalmente, esa afirmación omite el hecho de que Nippon Ham trabaja con el presupuesto que le asigna su compañía matriz y no con el dinero que él mismo genera como franquicia, por lo que en el caso de una venta las ganancias no se quedarían en los bolsillos del club sino en las arcas de la empresa.

 

   El comentario es incluso denigrante, porque hace lucir a los clubes japoneses como organismos deportivos del tercer mundo que sólo contratan jugadores con el objetivo de revenderlos por cifras multimillonarias en el futuro.

 

   Todo lo contrario, una de las máximas preocupaciones de los clubes de la NPB en la actualidad es encontrar una manera de convencer a sus jugadores de NO irse a las Grandes Ligas sino de quedarse jugando en Japón hasta que se retiren.

 

   Más adelante, el artículo de Axisa señala que a Otani le interesaría irse a las Grandes Ligas por el dinero que ganaría allá, que sería infinitamente mayor al que recibe en Japón.

 

   Eso también es cierto, pero si su único interés fuese el dinero él se hubiese ido directamente a las mayores después de graduarse de la escuela secundaria, en lugar de quedarse jugando en la NPB con un club que apenas le paga 1,8 millones de dólares por año.

 

   Aproximadamente un tercio de los jugadores de la NPB ganan más de un millón de dólares por temporada y alrededor del 70 por ciento gana más de 100 mil dólares. Esas cifras son muy modestas comparadas con MLB, pero son buenos salarios en cualquier parte del mundo.

 

   Además, esos peloteros no sólo ganan un buen dinero sino que también son celebridades en su país. Sus imágenes aparecen en distintos comerciales en todos los medios locales y son invitados constantemente a participar en programas de televisión y eventos de todo tipo.

 

   ¿Por qué querrían irse a un país con un idioma y una cultura desconocidas, donde ya no serían celebridades ni el foco de atención de todo el mundo sino jugador importado más en un equipo que podría no ser muy popular?

 

   ¿Por el dinero? Lo dudamos, porque cada vez que algún japonés expresa su deseo de irse a las Grandes Ligas su motivación es siempre la misma: probarse en el mejor béisbol del mundo. De hecho, varios de ellos han renunciado a todo lo que tenían en su país por la más mínima oportunidad de ver acción a ese nivel.

 

   Tomemos como ejemplo el caso de Norichika Aoki, una de las máximas estrellas del béisbol japonés de la última década, quien en 2011 le pidió a las Golondrinas de Yakult que lo pusieran a la venta a los conjuntos de la Gran Carpa.

 

   En ese momento, el jardinero de 29 años era uno de los jugadores mejor pagados de la NPB ($4,5 millones anuales), un titular fijo con su equipo que tenía trabajo garantizado hasta su retiro y toda una celebridad en su país, además de estar casado con una modelo hermosísima.

 

   Los Cerveceros de Milwaukee ganaron los derechos para negociar con él y desconocían tanto su trabajo que hasta le pidieron que fuera hacer una prueba en enero de 2012 para verlo en persona y decidir si lo firmaban o no.

 

   A pesar del gran insulto que eso representaba para un jugador de su categoría, Aoki aceptó y realizó el viaje, tras el cual se ganó un contrato de apenas un millón de dólares al año que no le garantizaba la titularidad. ¿Por qué aceptó una oferta tan modesta? Por la oportunidad de medirse ante los mejores del mundo y, sin duda, por el estatus que eso le daba como jugador.

 

   Hoy día, luego de haber rendido bien por 5 temporadas en las mayores, su salario apenas ha ascendido a 6 millones de dólares, de manera que incluso ahora no gana mucho más de lo que recibía durante la cúspide de su popularidad en Japón.

 

   ¿Se ha quedado todo este tiempo en las mayores por el dinero? Lo dudamos, porque el salario que recibió en sus primeros cuatro años en MLB fue inferior al que ya estaba recibiendo en Japón antes de trasladarse a Norteamérica.

 

   Cuando Darvish decidió irse a las mayores en 2011 lo hizo por decepción, ya que su dominio sobre los bateadores rivales era tan grande que éstos mismos declaraban en público que ya ni se esforzaban cuando lo enfrentaban porque sabían que no le iban a poder hacer contacto. Eso le restó motivación al derecho y lo convenció de ir a probarse ante los mejores del mundo.

 

   Además, a pesar de lo costoso de su traspaso, el salario que recibió en su primera campaña en las mayores fue menor al que ganaba en Japón ($5,5 millones vs $6,4 millones) e incluso hoy ($11 millones) todavía no llega a duplicar aquel monto.

 

   Otros jugadores japoneses de renombre aceptaron irse a las Grandes Ligas con una reducción de salario en comparación a lo que ganaban en la NPB son Hisashi Iwakuma ($3,8 millones vs $1,5 millones) y Munenori Kawasaki ($2,1 millones vs $625 mil), por citar sólo 2 ejemplos.

 

   De manera que esa teoría de que Otani se estaría yendo a las Grandes Ligas sólo por el dinero que ganaría allá carece de lógica. Cuando le llegue el momento de dar el salto, el salario que le ofrezcan sin duda influirá en su decisión, pero no será la única ni mucho menos la más importante de las razones por las que decida firmar.

 

   De ser posible que Nippon Ham decida vender a Otani a las Grandes Ligas este invierno, lo es. Lo único que haría falta para que eso ocurra es que éste lo solicite y que el equipo acepte su petición, pero al menos en este momento no existe ningún indicio de que eso vaya a ocurrir.