Mar, 07 May 2024 08:40 AM

La vieja táctica de culpar a los extranjeros en la NPB

 

Ramírez salió de DeNA a finales de octubre, pero está siendo culpado del fracaso del equipo

 

   Uno de los miembros de la gerencia de las Estrellas de DeNA, que decidió permanecer en el anonimato, culpó esta semana públicamente al ex manager venezolano Alex Ramírez por la mala actuación del equipo en lo que va de temporada.

 

   Según un artículo publicado por la edición nocturna del Diario Fuji, el ejecutivo en cuestión acusó al caribeño de haber gastado a todos los jugadores la temporada pasada y afirma que el manager actual, Daisuke Miura, es simplemente una víctima del legado negativo del primero.

 

   Contradictoriamente, el mismo oficial afirma más adelante que otra de las razones del fracaso actual del conjunto es que las prácticas de Ramírez, que copiaban el estilo de trabajo de las Grandes Ligas, eran muy cortas, razón por la cual los jugadores están ahora fuera de forma.

 

   Se trata de una de las tradiciones más arraigadas del béisbol japonés: culpar a los extranjeros de todos los males de su equipo, incluso si está claro que lo que está ocurriendo no es su culpa y que las excusas que se presentan para respaldar esa idea son totalmente incoherentes.

 

   Cualquier fracaso en Japón representa una vergüenza enorme para la persona o compañía que lo sufre, por lo que inventar excusas o tratar de culpar a otra persona de lo ocurrido es una de las artes más elaboradas del país.

 

   Admitir el error, por su puesto, es una manera de afrontar el problema, pero es también la última opción en la lista ya que todo aquel que admite un error suele convertirse en el blanco de la ira de todos aquellos que quieren sacarlo de su puesto.

 

   Así, es común apuntar los dedos a personas que no tienen nada que ver con lo ocurrido, pero que aceptan la responsabilidad para quitarle presión a los verdaderos culpables. Ese sacrificio en beneficio del grupo es algo muy japonés y representa una de las mejores pruebas de lealtad que puedan existir.

 

Craig Brazell fue uno de los chivos expiatorios de los Tigres de Hanshin en 2011

 

   En el caso del béisbol japonés, los extranjeros son los chivos expiatorios ideales, ya que por lo general no hablan el idioma local y no pueden defenderse si los acusan. Además, por no conocerlos ni entenderlos bien, los fanáticos suelen aceptar su culpabilidad sin pensarlo demasiado.

 

   Para ser justos, el mencionado artículo del Diario Fuji también presenta una lista de todos los logros de Ramírez en sus 5 temporadas al mando del club, explica que ha sido el manager más exitoso del mismo en los últimos 20 años y que los fanáticos sintieron que su trabajo en el banquillo fue sensacional.

 

   Como ya lo explicamos, los propios japoneses saben que este tipo de acusaciones en contra de jugadores o managers extranjeros son absurdas y carecen de fundamento, pero al mismo tiempo forman parte del día a día del negocio del béisbol profesional local.

 

   El escritor estadounidense Robert Whiting dedica un capítulo entero de su famoso libro Tienes que tener Wa al tema de la utilización de los importados como chivos expiatorios en la NPB, por lo que no está demás hacer un repaso a los ejemplos que presenta.

 

   “Somos mercenarios, así de sencillo. Nuestro trabajo es jugar bien y dejar que los japoneses se lleven toda la gloria y además aceptar la culpa cuando las cosas salen mal”, comenta el estadounidense Leon Lee, quien jugó 10 temporadas en la liga entre 1978 y 1987.

 

   “Siempre me pareció que los japoneses no nos querían ahí. Nuestro trabajo era sólo contribuir al éxito del equipo. En lo personal, mi responsabilidad era jugar béisbol, ganar mi dinero e irme a mi casa”, explica el estadounidense Gmail Hopkins, quien disputó 3 campañas en la NPB entre 1975 y 1977.

 

Cromartie fue un gran crítico del trato dado a los extranjeros en la NPB

 

   “Eres un marginado, sin importar lo que hagas. Si te vas de 5-5, eres ignorado. Si te vas de 5-0, te echan la culpa de todo y te dicen ¡vete a tu casa yanqui!”, agrega el también estadounidense Warren Cromartie, quien vio acción 7 años con los Gigantes de Yomiuri entre 1984 y 1990.

 

   “El viejo pensamiento aislacionista todavía está vigente. Los extranjeros son útiles chivos expiatorios cuando las cosas salen mal, pero no son realmente bienvenidos por la comunidad beisbolística local”, añade el autor japonés Takenori Emoto.

 

   Los tiempos han cambiado desde que ese libro fue publicado en 1989 y afortunadamente las cosas han mejorado bastante para los importados en la NPB, que ahora son mucho más aceptados y apreciados por los equipos y sus fanáticos.

 

   Sin embargo, la necesidad de encontrar a un culpable cada vez que algo sale mal sigue tan vigente como siempre y eso lamentablemente coloca a todos los foráneos en desventaja ya que se mantienen como los blancos más fáciles a los cuales disparar.

 

   El propio Alex Ramírez fue víctima de ello en la temporada 2011, cuando la introducción de la nueva pelota oficial de la liga, que se hizo famosa por volar muy poco, echó por tierra la ofensiva de los 12 conjuntos del circuito, incluyendo la de los peloteros importados.

 

   No importó que el criollo venía de conectar 125 jonrones y remolcar 357 carreras en sus 3 primeras campañas con los Gigantes de Yomiuri, ni tampoco que se mantuviera como el bateador más productivo del equipo. Como sus números bajaron drásticamente en comparación a 2010, se le echó la culpa de la mala actuación del equipo en 2011.

 

   La misma suerte sufrieron los estadounidenses Graig Brazell y Matt Murton, quienes completaron ambos temporadas sensacionales para los Tigres de Hanshin en 2010. Como sus rendimientos ofensivos cayeron notablemente en 2011, la prensa los culpó de los malos resultados del club.

 

López fue el héroe del 6to juego de la Serie de Japón 2013, pero no fue reconocido como tal

 

   Un ejemplo más enfurecedor todavía ocurrió en la Serie de Japón de 2013 entre los Gigantes de Yomiuri y las Águilas de Rakuten, cuando el venezolano José Celestino López fue ignorado a la hora de seleccionar al héroe del sexto juego.

 

   Yomiuri llegó al mismo en desventaja de 3-2 y con la imposible misión de derrotar a Masahiro Tanaka, quien no había perdido ni un solo juego ese año. Con el marcador 2-0 a favor de Rakuten en la apertura del quinto episodio, López le conectó un jonrón de 2 carreras a Tanaka que igualó el marcador.

 

   Por si eso fuera poco, a la entrada siguiente remolcó una carrera más para colocar la pizarra 4-2 a favor de Yomiuri, que al final ganó el juego con ese marcador. Luego de irse de 4-2, con un cuadrangular, un sencillo, 3 empujadas y una anotada, lo más lógico es que López hubiese sido el héroe del juego.

 

   No obstante, cuando llegó el momento, el derecho Tomoyuki Sugano fue el único seleccionado para ser entrevistado al final del partido, luego anotarse la victoria tras permitir 2 carreras (1 limpia) y 3 hits en 7 capítulos completos. 

 

   No queremos demeritar el esfuerzo del derecho, pero sin ese jonrón de 2 carreras de López -y ante Tanaka, además- Yomiuri no hubiese podido ganar ese encuentro. Como mínimo, han debido entrevistar a López también, pero decidieron no hacerlo.

 

   Está clarísimo que Ramírez no tiene nada que ver con el abismal récord de 4 victorias, 19 derrotas y 4 empates que poseen las Estrellas de DeNA en este momento. Después de abandonar el equipo a finales de octubre del año pasado no ha tenido ningún tipo de influencia en lo que ha hecho desde entonces.

 

Miura ya ha aceptado públicamente su responsabilidad por los malos resultados de DeNA

 

   Incluso el manager actual, Daisuke Miura, ya ha aceptado públicamente la responsabilidad de los malos resultados y se ha disculpado ante los fanáticos. “Estamos intentando distintas estrategias, pero ninguna de ellas ha generado buenos resultados. Lo siento mucho, tendré que encontrar una manera de poder ganar”, declaró el estratega, según el mismo artículo del Diario Fuji. 

 

   Tal como el racismo nunca desaparecerá, porque siempre habrá quien desee asignar a otros la responsabilidad de sus propios fracasos, esa vieja táctica de culpar a los extranjeros de todos los males de la NPB tampoco perderá vigencia.

 

   La clave es tratar de reducir al mínimo el número de personas que la utilizan, para que así los jugadores importados puedan desarrollar exitosas carreras en la liga sin ser acusados injustamente de los malos resultados de sus equipos.