La Liga Central está estudiando la posibilidad de comenzar a anunciar a los lanzadores abridores en todos los partidos de la temporada regular con el objetivo de atraer más fanáticos a los partidos, según informa la agencia de noticias Kyodo.
“No podemos negar la posibilidad de que podríamos empezar a hacerlo este mismo año. Lo decidiremos durante la reunión de dueños del primero de marzo, aunque será difícil implementarlo si recibimos muchas objeciones”, declaró el representante de los Dragones de Chunichi y director de la junta de dueños del circuito Ryohei Sato.
Durante muchos años los equipos japoneses se negaron a anunciar a los lanzadores abridores de cada partido con antelación bajo la excusa de que estarían revelando su estrategia de juego al equipo rival y simplemente se negaban a hacerlo.
No obstante, la Liga del Pacífico, que ha estado siempre un paso adelante de la Central en términos de progreso del juego, modernización y tecnología, comenzó a hacerlo en 1994 y lo ha mantenido desde entonces. La única excepción ocurre durante los juegos interligas.
Entre las décadas de los 50 y los 70, era común que un manager japonés utilizase a su mejor lanzador dos veces durante una serie de tres juegos y que escogiera a su abridor durante la práctica previa al partido de acuerdo al que se viese en mejor forma, por lo que de todas maneras hubiese sido casi imposible anunciar al abridor con un día de antelación.
Pero en los últimos 20 o 30 años, los conceptos de la rotación de los abridores y el conteo de pitcheos para preservar la salud de los lanzadores se han ido asimilando cada vez más y eso es lo que ha permitido que esta decisión tenga lógica en este momento.
Según explican los expertos en la materia, el principal objetivo de anunciar a los lanzadores abridores de cada partido es venderles un mejor producto a los fanáticos, que a fin de cuentas son los que permiten con su apoyo la existencia del deporte a nivel profesional.
Si ellos conocen con antelación el día en que su lanzador favorito va a subirse al montículo, es más probable que decidan comprar una entrada y vengan a verlo en vivo al estadio. De lo contrario, simplemente se quedarán en casa y verán el juego por televisión.
Este tipo de cambios, que en occidente parecen tan lógicos, han sido asimilados muy lentamente por el béisbol japonés, pero al final han terminado por llegar y eso ha permitido que el nivel del juego en ese país haya ascendido hasta el gran nivel que tiene hoy.
