Vie, 19 Abr 2024 13:31 PM

Alvarado: “he aprendido a ser paciente en Japón”

   Yokohama, Japón. Especial – A pesar de los buenos resultados que cosechó en las dos últimas temporadas con los Carpas de Hiroshima, el lanzador puertorriqueño Giancarlo Alvarado fue dejado en libertad durante el invierno y pareció por un momento que su carrera en el béisbol profesional japonés había llegado a su fin.
 
   No obstante, la nueva gerencia de las Estrellas de DeNA, necesitada de refuerzos para darle vida a un equipo que ha quedado último en la clasificación de la Liga Central en los últimos cuatro años, reconoció de inmediato la oportunidad y lo contrató para elevar la calidad de su cuerpo de abridores.
 
   La oferta no pudo ser más bienvenida, ya que el espigado derecho no sólo quería continuar jugando en la liga sino también mudarse a un lugar más cercano a Tokio, una ciudad cosmopolita que ofrece muchas comodidades, no sólo para él sino también para su familia.
 
   Durante una práctica reciente de su equipo en el Estadio de Yokohama Béisbol Japonés.com tuvo el placer de conversar brevemente con el serpentinero boricua acerca de su experiencia jugando en la NPB.
 
¿Cómo te sientes en el que es ya tu tercer año en el béisbol japonés?
   Me siento súper bien. Estoy con una organización que se está renovando completamente y uno puede sentir la pasión con la que todos trabajan. No sé cómo era el ambiente antes de que yo llegara, pero lo que veo me gusta mucho. Yo quería venirme a este equipo porque ahora puedo estar más cerca de Tokio y eso hace que todo sea más fácil, yo ya no quería seguir en Hiroshima. Yo tenía una opción para un tercer año con ellos, pero como no completé el mínimo de entradas requeridas entonces no se dio. Igual, ellos tienen bastantes abridores y yo sabía que no iba a regresar con ellos, salvo que tuviese una temporada de ensueño. Yo les agradezco la oportunidad que me dieron, pero de verdad que Hiroshima queda muy lejos de todo. Aquí, en cambio, estoy cerca de Tokio, que era lo que yo quería. Si mi familia me viene a visitar aquí hay más cosas americanas y todo está cerca, así que yo me quedo más tranquilo.
 
¿Qué tal ha sido la experiencia de jugar en Japón en estos tres años?
   A mí me encanta Japón. Mi sueño fue siempre venir para acá porque mis últimas tres temporadas en los Estados Unidos fueron muy buenas, pero a pesar de eso no pude llegar a las Grandes Ligas. La última fue la más grande de todas porque casi gano la triple corona, pero al final no se dio. A pesar de eso no me subieron al equipo grande porque el costo de la nómina ya era muy elevado. Al año siguiente me ofrecieron regresar, pero yo preferí darle una mejor vida a mi familia así que me vine para acá.
 
¿Tienes alguna meta en particular que te gustaría alcanzar esta temporada?
   Sí, me gustaría lanzar por lo menos 200 entradas. Creo que el primer año lancé ciento y pico pero como estuve un tiempo en el equipo menor debido a una lesión no pude llegar a ese número. Lo mismo me pasó el año pasado. Me lesioné en el primer juego de la temporada cuando me lancé de cabeza en una jugada y estuve como 50 días en el equipo menor, así que tampoco pude llegar a ese número. Ése es mi objetivo este año, tratar de lanzar 200 entradas, mantenerme saludable y ayudar al equipo a clasificar al playoff, que sería algo muy grande para mí y para la organización completa.
 
Hablando de eso, ¿cómo ves las posibilidades del equipo este año?
   A mí me encanta esta organización, todos son veteranos y todos muestran una gran pasión por el juego, así que uno aprende mucho de ellos. Comenzamos un poco lentos y todo el mundo se puso nervioso, pero el béisbol es así, a veces hay momentos malos y a veces momentos buenos. Si uno se deja llevar por los malos resultados y no cambia con el paso de los días entonces te va a consumir. Personalmente, todos los días me siento bien, gracias a Dios. Todo es cuestión de que cuando uno salga al terreno el plan que uno tiene resulte. También hay que confiar en Dios, porque si uno se pone a pensar demasiadas cosas en el terreno termina no haciendo el trabajo y poniéndose tenso. No hay que preocuparse por los malos resultados, si el sol vuelve a salir todos los días, ¿por qué desesperarse?
 
¿Qué tal está el ambiente en el equipo con la compañía de otros dos latinos, los venezolanos Alex Ramírez y Oscar Salazar?
   Imagínate, Ramírez es una eminencia. Es muy gratificante estar en Japón, en una liga que es tan fuerte y con uno de los mejores bateadores de la historia de la liga, que además es latino, como compañero de equipo. También tenemos a Oscar Salazar y a Leo, el traductor, que también habla español, así que el ambiente en el equipo es muy bueno. Gracias a Leo me siento muy cómodo en el equipo porque ahora entiendo mejor todo lo que está pasando y lo que se habla dentro del equipo.
 
¿Cuánto tiempo más te gustaría quedarte por aquí?
   Yo quiero jugar hasta que el cuerpo decida que es suficiente y Dios me dé el chance de seguir lanzando, pero también tengo un niño de cuatro años al que me gustaría ver más. Como él está muy lejos y yo tengo que trabajar no puedo verlo mucho. Él tiene que ir a la escuela, así que no puede venir siempre a visitarme. Yo soy joven, tengo 34 años, y quisiera retirarme mucho antes de los 40 para poder disfrutar su vida y pasar más tiempo con él. Por eso es que estoy aquí, para que tenga un mejor futuro.
 
¿Hay algo que, como lanzador, hayas aprendido aquí que nunca aprendiste en Estados Unidos o Latinoamérica?
   Sí, la paciencia. Aquí los lanzadores son muy pacientes. En Estados Unidos y Latinoamérica somos muy ansiosos, todo es un grito, todo es un deseo. Aquí ellos mantienen siempre una gran calma, que es muy difícil de mantener, pero esa es la forma en la que ellos juegan.
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