Tokio, Japón. Especial – Por esas costumbres típicas que sólo se ven en Japón, nos vimos obligados recientemente a entrevistar al lanzador puertorriqueño Orlando Román a las afueras del Estadio Meiji Jingu, sede de las Golondrinas de Yakult, apenas dos horas antes de que se subiera a la lomita para abrir uno de los juegos de su equipo.
El Estadio Meiji Jingu es también la sede de varios equipos colegiales y universitarios y es muy común que éstos disputen sus partidos apenas unas horas antes de los de Yakult, por lo que los jugadores del conjunto se ven obligados a hacer sus entrenamientos previos a un juego en gimnasios o canchas adyacentes al estadio.
No obstante, esto no constituye un problema para el derecho boricua, que luego de disputar dos temporadas en la liga de Taiwán ya está acostumbrado a jugar béisbol en el continente asiático. En los pocos minutos que nos pudo regalar, nos puso al tanto de su corta carrera en la NPB.
¿Cómo llegaste a Japón?
Yo estaba jugando en Taiwán y el año pasado tuve una oferta pequeña para venirme, pero al final no se dio. Entonces me regresé a Taiwán y gracias a Dios tuve una buena actuación allá. Cuando se terminó la temporada mi agente estuvo buscando ofertas y me consiguió una invitación para venir a practicar con las Golondrinas de Yakult, así que decidí venirme. Cuando llegué a los entrenamientos simplemente me enfoqué en hacer mis números para poder ganarme un puesto en el equipo y gracias a Dios así fue.
¿Qué tal te ha parecido hasta ahora la experiencia de estar aquí?
Todo se me parece mucho a Taiwán, porque allá ellos tratan de imitar lo que hacen los japoneses, así que en este sentido la adaptación ha sido bien rápida. Como este es mi tercer año en Asia pues ya estoy más o menos acostumbrado a todo, lo único diferente es que aquí se maneja por el otro lado de la calle y que el idioma que es distinto, pero lo demás es todo más o menos igual, incluso la comida.
En términos del juego, ¿qué tan diferente es el béisbol de Taiwán comparado con el japonés?
El cambio es del cielo a la tierra, es grandísimo. Como la gente dice, estas son las segundas Grandes Ligas, y así es como lo tratan a uno, con mucho respeto, como a una estrella. En cuanto al juego en sí, es casi lo mismo. Aquí las señas son diferentes y al principio me costó un poco adaptarme porque no las entendía, pero ese fue el único problema que tuve. Ahora ya me las sé y estamos todos en la misma página. En general, esta ha sido una experiencia bien diferente y de verdad que me gusta mucho.
Las victorias no te han acompañado, pero las veces que has lanzado lo has hecho bien. ¿Qué te han dicho tus entrenadores y tus compañeros de equipo?
Me dicen que continúe trabajando duro y que haga lo que yo sé hacer, que así seguro tendré éxito. Después de cada juego, haya ganado o perdido, simplemente me enfoco en prepararme para el próximo y tratar de hacer mis números.
¿Qué consejos te ha dado tu buen amigo Dicky González, que ya ha disputado 8 temporadas en esta liga?
Yo he hablado mucho con él, porque ya lleva muchos años aquí y tiene mucha experiencia. Yo le he pedido consejos y él siempre me dice que sea agresivo todo el tiempo, que no me ponga vago en la loma ni baje la cabeza, que no importa si estoy enfrentando al cuarto o al noveno bate, que sea igual de agresivo con todos los bateadores porque aquí cualquiera puede darte la sorpresa.
Luego de la corta experiencia que has tenido hasta ahora, ¿cómo ves tu futuro en esta liga? ¿Te gustaría quedarte más tiempo aquí?
Sí, seguro, para eso es que me vine para acá. Yo quiero demostrarles que yo puedo hacer el trabajo y por supuesto me gustaría continuar mi carrera aquí hasta que me retire. Yo ya no tengo planes de regresar a los Estados Unidos, este es ya mi tercer año en la pelota asiática y ya estoy acostumbrado a jugar aquí. Para eso me vine, para trabajar fuerte y tratar de jugar otra vez aquí el año que viene y seguir teniendo trabajo después de eso.