Mié, 24 Abr 2024 19:37 PM

Raidel Martínez fue el Latino del Año en 2022

   La gala anual de premios de la NPB, que tuvo lugar este viernes en Tokio, le puso el punto y final a la temporada 2022 del exigente circuito nipón, por lo que ha llegado el momento de revelar quién fue para nosotros el Latino del Año en la liga.

 

Martínez fue el mejor y más consistente latino del año en la NPB

 

   A diferencia del galardón al Jugador Más Valioso, que sólo toma en consideración los logros del pelotero durante la campaña regular, nuestro reconocimiento abarca la actuación del candidato durante todo el año, incluyendo lo que hizo durante los playoffs y si ganó algún premio individual o no.

 

   Es por esto que el premio al Latino del Año de la temporada 2022 de la NPB se lo otorgamos al cerrador cubano de los Dragones de Chunichi Raidel Martínez.

 

   El derecho de 26 años, que acaba de completar su quinta campaña con el club de Nagoya, lideró toda la NPB con 39 salvados y además registró una marca de 4-3, 9 Hold Points, 62 ponches, una efectividad de 0.97 y un WAR de 2.1 en 55 entradas y 2 tercios de labor.

 

   No logró clasificar a la postemporada porque su equipo quedó en el último lugar de la Liga Central, pero su actuación como cerrador influyó en el 59% de las victorias de su club este año y su consistencia sobre el montículo fue excepcional de principio a fin.

 

   No sólo fue con claridad el mejor cerrador de todo Japón esta campaña, sino que además demostró una consistencia envidiable a la hora de tomar la pelota y enfrentar a los bateadores rivales en situaciones de alta presión.

 

   Estas dos cualidades ya lo colocan por encima del resto de los latinos que vieron acción en el circuito en 2022, varios de los cuales registraron muy buenos números pero no llegaron a ser los mejores en sus respectivas posiciones o a generar la misma confianza que éste.

 

   Martínez se convierte así en el tercer relevista en ganar de manera consecutiva el premio al Latino del Año en la NPB, luego de que el venezolano de los Tigres de Hanshin Robert Suárez lo hiciera el año pasado y el cubano de los Halcones de SoftBank Liván Moinelo lo obtuviera en 2020.

 

   Los otros ganadores del galardón, que comenzamos a otorgar en 2010 tras el lanzamiento de nuestra página Béisbol Japonés.com, son el puertorriqueño Neftalí Soto (2019), el cubano Dayán Viciedo (2018), el venezolano José Celestino López (2015-2017), su compatriota Ernesto Mejía (2014), el dominicano Tony Blanco (2013), el venezolano Alex Ramírez (2010, 2012) y el dominicano Máximo Nelson (2011).

 

Osuna fue el bateador hispano más destacado del año

 

   El segundo lugar de la campaña 2022 se lo otorgamos al inicialista venezolano de las Golondrinas de Yakult José Osuna, quien bateó para .272, con 20 jonrones y 74 empujadas, fue campeón de liga con su equipo, clasificó a los playoffs y también jugó la Serie de Japón.

 

   Adicionalmente, fue elegido al Equipo Ideal de la Liga Central en su posición, ganó el premio al Jugador Más Valioso del playoff de ese circuito y hubiese podido repetirlo en la final, de no ser porque su equipo cayó derrotado 4-2 (1 empate) ante los Búfalos de Orix.

 

   La mayor diferencia entre Osuna y Martínez es que el primero no ofreció la misma consistencia que el segundo. Su inicio de campaña fue bastante flojo (sólo disparó 4 cuadrangulares y bateó para .215 en los 2 primeros meses del calendario), mientras que sus números finales mejoraron mucho en los últimos 9 partidos del año (cuando sonó 4 vuelacercas y remolcó 9 carreras).

 

   También hay que tomar en cuenta que el criollo no estuvo sólido a nivel defensivo, que su WAR fue más bajo que el del cubano (1.3 vs 2.1) y, más importante aún, que no fue el mejor de toda la NPB en su posición, como sí lo fue el pinareño.

 

   El cubano Dayán Viciedo, por citar un ejemplo, lo superó en promedio (.294 vs .272), WAR (3.9 vs 1.3) y porcentaje de fildeo (.996 vs .991), mientras que Yusuke Oyama, por mencionar otro, le ganó la partida en jonrones (23 vs 20) y empujadas (87 vs 74).

 

   Sin embargo, el haber sido elegido al Equipo Ideal de la Liga Central, sumado a su brillante actuación en la postemporada y al hecho de que se coronó campeón de su circuito por segundo año consecutivo, elevaron su candidatura al segundo lugar.

 

   El tercer puesto se lo damos a su compatriota y compañero de equipo en los Dragones de Chunichi Yariel Rodríguez, cuya actuación fue muy similar a la de su colega en la mayoría de los departamentos.

 

Rodríguez tuvo una campaña casi tan exitosa como la de Martínez

 

   El derecho de 25 años terminó colíder de la Liga Central en Hold Points con 45 y además registró un récord de 6-2, con 60 ponches, una efectividad de 1.15 y un WAR de 2.1 en 54 episodios y 2 tercios de labor como el especialista del octavo episodio.

 

   Su consistencia y eficiencia sobre el montículo fueron tan impresionantes como las de Martínez, pero tal como ocurrió con Osuna, él no fue el mejor de su posición este año en la NPB. Ese reconocimiento va para el derecho de los Tigres de Hanshin Atsuki Yuasa, con quien compartió el liderato de HP.

 

   Yuasa lo superó en efectividad (1.09 vs 1.15), ponches (67 vs 60) y entradas lanzadas (58.0 vs 54.2), si bien al final ambos quedaron igualados con 45 Hold Points.

 

   También hay que tomar en consideración que un título de salvados tiene más peso y prestigio que un título de Hold Points, si bien el aporte de ambas posiciones es igualmente crucial a la hora de ganar partidos.

 

   El cuarto lugar lo reservamos para el inicialista cubano de los Dragones de Chunichi Dayán Viciedo, quien lideró a todos los latinos en promedio ofensivo (.294), hits (142), dobles (27), porcentaje de embasado (.355) y WAR (3.9).

 

   Sus bajos totales de jonrones (14) y empujadas (63) le restan brillo a su actuación, pero el hecho de que su WAR fue, por mucha ventaja, el más alto del año para un latino confirma que sigue siendo uno de los bateadores más consistentes de toda la NPB y también uno de los mejores defensores.

 

   El hecho de no haber ganado ningún título individual y no haber participado en los playoffs lo deja fuera del podio en esta ocasión, pero eso no quiere decir que su actuación no haya sido debidamente apreciada, no sólo por nosotros sino también por su equipo y sus fanáticos.

 

Moinelo sigue siendo uno de los mejores relevistas de la NPB

 

   La quinta posición se la otorgamos al cerrador cubano de los Halcones de SoftBank Liván Moinelo, quien registró este año una de las mejores campañas que ha tenido desde que debutó en la NPB con ese conjunto en 2017.

 

   El zurdo de 26 años dejó un récord de 1-1, con 24 salvados, 9 Hold Points, 87 ponches y una efectividad de 1.03 en 52 entradas y 2 tercios de labor y su promedio de ponches por cada 9 entradas (14.87) fue el más alto de toda la NPB.

 

   Tal como ocurre en el caso de Viciedo, su candidatura quedó fuera del podio debido a que no pudo ganar ningún título individual (quedó quinto en rescates en la Liga del Pacífico). Su equipo sí logró clasificar a los playoffs, pero al final no pudo avanzar a la Serie de Japón.

 

   Como sus números generales no fueron tan impresionantes como los de Viciedo y su WAR tampoco se acercó al de éste (2.4 vs 3.9) decidimos colocar al villaclareño en el cuarto peldaño y reservar el quinto para el pinareño.

 

   Un total de 37 jugadores latinos vieron acción esta temporada en la NPB. Como es costumbre y tradición, dedicaremos nuestra última columna del año, que publicaremos el lunes 26 de diciembre, a presentarles un resumen detallado de lo que hicieron y todos y cada uno de ellos durante la campaña.

 

   Comenzaremos con los que arrojaron las actuaciones más destacadas, continuaremos con aquellos cuyos números fueron más o menos regulares y terminaremos con los que por alguna u otra razón apenas pudieron demostrar su talento sobre el terreno. 

 

   Adicionalmente, revelaremos la situación contractual de cada uno, incluyendo aquellos que ya tienen su regreso a la liga asegurado, los que todavía están negociando una posible renovación y los que ya se sabe que no volverán en el futuro.