Sáb, 20 Abr 2024 03:25 AM

Consejos para los latinos que jugarán en la NPB en 2017

 

   A apenas 30 días del inicio de los entrenamientos primaverales de la NPB, que arrancarán el primero de febrero en distintas localidades de Okinawa y Kyushu, el momento no podría ser más propicio para darles algunos consejos a los latinos que verán acción en la liga en 2017.

 

   Siendo la cultura japonesa tan distinta a la nuestra, es muy importante conocer de antemano la información que les ofrecemos a continuación, ya que ésta los ayudará mucho a adaptarse rápido al sistema de trabajo nipón y a tener un desempeño exitoso dentro del mismo.

 

   Cada consejo está acompañado de uno o varios ejemplos que ilustran el peligro de no prestarle atención al mismo y las graves consecuencias que eso podría acarrear tanto para el jugador como para su carrera en Japón.

 

   1. Reportarse a tiempo. No existe nada más descortés, irrespetuoso, ni que genere tanto pánico en Japón como reportarse tarde a los entrenamientos primaverales. Si bien en Latinoamérica llegar 20 minutos tarde a una cita es algo común y hasta es considerado como “llegar a tiempo”, en Japón representa una enorme muestra de indisciplina que podría convertirse, por sí sola, en causa de despido de un empleado de una compañía normal. El ejemplo más claro de lo mal que la puede pasar un pelotero latino que se reporta tarde a los entrenamientos de su equipo es lo que le ocurrió al dominicano Mauro Gómez en enero de 2015. La noche antes de volar a Japón para reportarse a los Tigres de Hanshin, alguien le robó un bolso que dejó en su carro que contenía su pasaporte, por lo que de pronto se vio imposibilitado de viajar. Tramitar un nuevo pasaporte no le tomó mucho tiempo, pero la nueva visa de trabajo para ingresar a Japón sí se tardó más de lo esperado, por lo que al final no pudo aterrizar en Tokio el 28 de enero, como lo había planeado originalmente, sino el 7 de febrero. Los medios japoneses causaron un escándalo a raíz del hecho y eso obligó al jugador a disculparse ante todos ellos y ante la gerencia de su equipo al mismo momento de su llegada al país. De manera que les aconsejamos a todos los latinos que se preparan para jugar en la NPB en 2017 que no sólo se reporten a tiempo a los entrenamientos de sus equipos sino que incluso lleguen más temprano de lo esperado, si es posible.

 

   2. No cargar balas en el equipaje de mano. Aunque parezca insólito, dos dominicanos han sido detenidos hasta ahora en el Aeropuerto de Naha, Okinawa, con balas en su equipaje de mano, razón por la cual ambos fueron arrestados de manera inmediata. La Ley de Control de Espadas y Armas de Fuego que posee Japón es tremendamente estricta y cualquier indicio de violación de la misma acarrea graves consecuencias. El primero de ellos fue el lanzador Máximo Nelson, quien en febrero de 2010 fue detenido en ese aeropuerto con una bala en su equipaje de mano. No sólo estuvo preso por 2 días en la comisaría de Naha sino que su apartamento en Nagoya fue allanado en busca de armas. Como no se encontró ninguna y al final se determinó que no cargaba la bala con intenciones criminales, fue dejado en libertad, pero su equipo Dragones de Chunichi lo suspendió por los primeros 3 meses de la temporada y estuvo a punto de despedir al supervisor de los jugadores extranjeros del club, por no haber tenido el cuidado suficiente como para evitar el problema. El segundo fue el toletero Yamaico Navarro, a quien en febrero de 2016 se le encontraron dos balas en su equipaje de mano en el mismo aeropuerto. Tal como le ocurrió a Nelson, fue arrestado por dos días y luego dejado en libertad una vez que se determinó que no tenía intenciones criminales con esas municiones. Sin embargo, su club Marinos de Lotte le impuso una multa de 4.400 dólares y lo suspendió durante el primer mes de la temporada. Nelson no sólo sobrevivió su suspensión, sino que al año siguiente del incidente registró la mejor temporada de su carrera en la NPB. Navarro, por el contrario, fue dejado en libertad a finales de año y lo más probable es que no regrese a Japón. De cualquier forma, les recomendamos a todos los latinos y en especial a los dominicanos que van a ver acción en la NPB en 2017 que se aseguren de dejar todas las balas en su casa. Pasar por todo lo que pasaron Nelson y Navarro no es nada recomendable.

 

   3. No reportarse con sobrepeso. Los japoneses son muy detallistas y se dan cuenta muy rápido de cualquier cosa que esté fuera de lugar. Como consecuencia, reconocen de inmediato cuando un jugador se reporta a los entrenamientos con sobrepeso y esa falta también acarrea graves consecuencias. Eso fue lo que le ocurrió en febrero de 2015 al venezolano Ernesto Mejía, quien llegó a las prácticas de los Leones de Seibu con 8 kilos de más y fue inmediatamente castigado por sus entrenadores, quienes decidieron expulsarlo de la práctica general y colocarlo en un plan de trabajo individual para recuperar su forma anterior. Mejía tuvo la suerte de no ser bajado al conjunto filial de la organización, pero eso hubiese podido ocurrir con facilidad. Un caso similar ocurrió en 2014 con el cubano Michel Abreu, quien no sólo llegó tarde a la concentración de los Luchadores de Nippon Ham sino que además lo hizo en un muy pobre estado físico. Su manager estaba tan molesto por eso que le pidió a los periodistas que no le hicieran preguntas relacionadas al cubano. Al final, Abreu no sólo fue bajado al equipo menor sino que además vio su actuación con el conjunto mayor limitada a apenas 6 juegos esa temporada, que además terminó temprano para él cuando el club decidió dejarlo en libertad en agosto. De manera que eso de descansar durante todo el invierno y llegar a Japón fuera de forma pensando que habrá suficiente tiempo para ponerse a tono durante la pretemporada no es una buena idea. Los japoneses esperan que todos los jugadores, tanto nacionales como extranjeros, estén en plena forma desde el primer día de los entrenamientos y que además muestren compromiso y entrega durante las prácticas. De lo contrario, no dudan en imponer su disciplina, sin importar si el jugador en cuestión en la máxima estrella del club o no.

 

   4. No dormirse en sus laureles. Un error común que cometen los jugadores extranjeros que tienen un exitoso debut en la NPB en su primer año en la liga es relajarse y tomarse las cosas con calma en su segunda campaña en el circuito. El precio que se suele pagar por tal error es bien alto. Dichos peloteros no sólo terminan rindiendo muy mal en ese segundo año sino que además pueden ver terminadas sus carreras en la liga. En Japón, no existe eso de que a las estrellas se les deben dar tiempo y confianza para que ellas mismas corrijan sus errores, incluso si se habla del mejor lanzador o el mejor bateador del equipo. No, en Japón la disciplina tiene prioridad y ningún jugador, por muy bueno que sea, puede estar por encima del resto. Si acaso, la expectativa es todo lo contrario, los mejores jugadores son los que deben llegar a los entrenamientos en mejor forma y servir de ejemplo a los jugadores más jóvenes. Un claro ejemplo de esto es lo que le ocurrió al lanzador dominicano de los Marinos de Lotte Carlos Rosa, quien pasó de registrar una efectividad de 2.08 en 62 apariciones como relevista en su debut en el circuito en 2011 a jugar sólo 16 partidos y dejar una efectividad de 6.00 la temporada siguiente. El propio jugador nos comentó en una entrevista que él pensó en ese momento que luego del gran primer año que tuvo le iban a dar más oportunidades de lanzar en el segundo, incluso si no le estaba yendo bien, pero que después se dio cuenta de que las cosas no funcionan así en Japón. Afortunadamente para él, el club decidió darle otra oportunidad y terminó extendiendo su carrera en la NPB a 5 campañas, pero su club fácilmente hubiese podido dejarlo en libertad luego de ese segundo año. La mayoría de los jugadores extranjeros que ven acción en la NPB concuerdan en que el segundo año siempre es el más difícil, no sólo por el error de dormirse en sus laureles, sino especialmente porque el resto de los equipos pasan todo el invierno estudiando al jugador en cuestión para encontrarle sus debilidades de cara a la próxima temporada. De manera que nuestro consejo es que no se confíen, sino que enfrenten cada año como si fuera el primero y dando cada día lo mejor de sí para triunfar.

 

   5. Trabajar duro en las prácticas. Tal como lo mencionamos anteriormente, los japoneses esperan que todos los jugadores lleguen a los entrenamientos primaverales en plena forma desde el primer día y que se esfuercen cada vez que participen en una práctica. No hacerlo, como ya se imaginarán, acarrea graves consecuencias. El lanzador dominicano Daniel Cabrera puede dar fe de ello, luego de fuese bajado al conjunto menor de los Dragones de Chunichi en febrero de 2014 por perezoso. Luego de sentir molestias en su espalda durante los primeros días de los entrenamientos, decidió tomarse las cosas con calma en los días posteriores y eso molestó mucho a sus entrenadores, quienes esperaban que éste fuese aumentando poco a poco la intensidad de sus ejercicios pero al final nunca lo hizo. Como consecuencia, el coach principal del club no sólo lo bajó al conjunto filial sino que además le explicó a los medios locales que el equipo no necesita jugadores que no deseen participar en las prácticas. Esa terminó siendo la última campaña que jugó el dominicano en Japón, por lo que no está demás recordarles a todos los latinos que se preparan para jugar en la NPB este año que no reserven sus energías sino que trabajen duro en todas las prácticas en las que participen. Bueno, si es que desean continuar jugando en Japón en el futuro.

 

   6. No hacer falsas promesas. El lanzador dominicano Juan Jaime, quien fue firmado para jugar con los Dragones de Chunichi en 2016, declaró en la rueda de prensa en la que fue presentado como nuevo jugador del equipo que su recta llegaba a las 103 millas por hora. No sabemos si lo dijo bromeando o, peor aún, tratando de impresionar a los reporteros presentes, pero el cuento es que éstos se lo creyeron y empezaron a observar sus prácticas con mucho detenimiento para tratar de ver la recta prometida. No obstante, ésta nunca llegó y no sólo eso, sino que además el caribeño se negó a lanzar durante las prácticas bajo la excusa de que estaba sintiendo molestias en su hombro. Eso causó tantas molestias a sus entrenadores, que éstos decidieron bajarlo al conjunto filial, donde terminó pasando todo el año. El club intentó en algún momento hacerlo debutar con el equipo mayor, pero éste nunca mostró la forma suficiente como para hacerlo y por eso decidió dejarlo en libertad a finales de año. Por lo tanto, absténganse de hacer falsas promesas, porque eso podría llevarlos a irse de Japón sin haber debutado nunca en la liga, tal como le ocurrió a Jaime.

 

   7. Obedecer órdenes. Los entrenadores japoneses dan órdenes, no consejos. En ciertas ocasiones, llegarán a un acuerdo con el jugador para decidir qué rumbo tomar, pero en líneas generales ellos esperan que todos los peloteros hagan exactamente lo que se les dice, sin importar si la orden tiene sentido o no. Eso de tratar de hacer las cosas “a mí manera” es altamente contraproducente. Recuerden, la sociedad japonesa está basada en la armonía, la disciplina y el trabajo en equipo y cualquier intento de romper esa rutina es muy mal visto. Tal como dice el popular dicho, “el clavo que sobresalga será vuelto a clavar”. El venezolano Oscar Salazar cometió ese error durante su debut en la NPB en la temporada 2012 y, como consecuencia, le puso el punto final a su carrera en la liga ese mismo año. Cosas tan sencillas como no utilizar los spikes ni el casco durante las prácticas de bateo, bajo la excusa de que él ya tenía 15 años jugando béisbol profesional y que eso no hacía falta, a pesar de que el equipo se lo había solicitado, terminaron sellando su destino. Al final, sólo jugó 13 partidos con el equipo mayor de las Estrellas de DeNA, en los que bateó para .222 y no conectó ni un solo jonrón. Si todos los latinos que se preparan para debutar en la NPB en 2017 no quieren tener un año similar, nuestro consejo es que obedezcan las órdenes que reciban y que traten de adaptarse lo más pronto posible al sistema de trabajo japonés.