Jue, 25 Abr 2024 01:03 AM

El inminente adiós del Clásico Mundial de Béisbol

 

   Varios reportes publicados por los medios norteamericanos a finales de noviembre advirtieron que la edición 2017 del Clásico Mundial de Béisbol podría ser la última, salvo que el torneo produzca considerables ganancias económicas.

 

   Al parecer, las ediciones anteriores sí lograron generar dinero, pero no tanto como se esperaba y como después de todo MLB ve al torneo como un negocio y no como una celebración mundial del béisbol, entonces la idea es cancelarlo si no mejora su desempeño financiero.

 

   Otra señal importante de que el evento podría estar acercándose a su fin es la negativa reciente de distintos equipos de las Grandes Ligas de permitir que sus jugadores asistan al mismo, algo que no había ocurrido antes debido a que las reglas del mismo lo prohíben.

 

   Bud Selig, ex comisionado de MLB y creador del Clásico, ya hubiese ejercido su poder para obligar a esos clubes a ceder a sus jugadores si todavía estuviese al mando de ambas organizaciones, pero como ese ya no es el caso las cosas han empezado a cambiar.

 

   Arturo Marcano, columnista de ESPN Deportes que ha entrevistado en varias ocasiones al actual comisionado de MLB Rob Manfred, nos explicó que, en su opinión, éste va a cambiar la estrategia de globalización de la liga y se va a concentrar más en tratar de abrir una franquicia en México o realizar juegos en Europa que en conservar el Clásico Mundial.

 

   Esto no quiere decir que el torneo esté destinado a desaparecer. La Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol (CMBS), que hasta ahora siempre ha contribuído a la organización del mismo, así como otras organizaciones como la NPB, podrían tratar de tomar la batuta para mantenerlo vivo, pero resulta obvio que nunca será lo mismo.

 

   El Clásico Mundial de Béisbol fue creado en 2005 con la intención de, entre otras cosas, convertirse en el equivalente del Campeonato Mundial de Fútbol de la FIFA. Es decir, constituirse el torneo de béisbol más importante del mundo.

 

   La Copa Mundial de Béisbol y el torneo de béisbol olímpico ya tenían décadas de existencia para ese momento, pero la gran diferencia era que el Clásico contaría con la presencia de los mejores jugadores profesionales del planeta.

 

   Por estar organizado por MLB, liga en la que la gran mayoría de los mejores jugadores del mundo ven acción, la presencia de éstos en el torneo estaba garantizada y ese poder de convocatoria jamás estuvo al alcance de la CMBS o el béisbol olímpico.

 

   En ese sentido, el Clásico ha sido, desde su primera edición en 2006, un éxito. Ningún otro organismo mundial que no sea MLB cuenta con el poder suficiente como para convencer a los clubes de las mayores de ceder a sus jugadores para que participen en el torneo.

 

   Es por esto que afirmamos que si los mejores peloteros del planeta dejan de asistir al evento, ya sea por decisión propia o porque sus equipos les niegan el permiso, entonces éste perderá toda importancia y ya no será mejor que la Copa Mundial de Béisbol, el béisbol olímpico, o más recientemente, el torneo Premier 12.

 

   En ese aspecto, el Clásico ha sido una bendición no sólo para Japón, que ganó las dos primeras ediciones con unos equipos de muy buena categoría, sino especialmente para Latinoamérica, que por primera vez en casi 80 años ha podido asistir a un campeonato mundial de béisbol con sus mejores jugadores.

 

   La mejor prueba la constituye la final de la edición de 2013, cuando Puerto Rico, que realizó un gran torneo, cayó en la final ante República Dominicana, que dominó el evento de tal manera que lo ganó invicto.

 

   Como ya explicamos al principio, el torneo sí ha generado ganancias, en especial gracias a la participación de los patrocinadores japoneses, quienes han sido desde el primer momento los principales promotores del mismo.

 

   No obstante, MLB no está satisfecha con el nivel de las mismas, ya que esperaba, probablemente con mucha ingenuidad, alcanzar los márgenes de ingresos que registra el Mundial de la FIFA cada 4 años.

 

   Si ese es el caso, MLB está pecando de ignorancia, o por lo menos de impaciencia. Es cierto que el Mundial de Fútbol de la FIFA es un negocio multimillonario en este momento, pero ese no fue siempre el caso.

 

   A su primera edición, celebrada en 1930, sólo asistieron 13 países y varios candidatos de importancia se negaron a asistir porque pusieron en duda la calidad del encuentro. Su éxito económico, si es que existió, fue sin duda muy modesto.

 

   Uruguay, el primer campeón, se negó a asistir a los dos torneos siguientes como protesta por la ausencia de las grandes potencias europeas en la edición inaugural, mientras que Inglaterra, el país que se autodenomina creador del fútbol, no debutó en el evento sino hasta 1950.

 

   A pesar de todos estos inconvenientes y el devastador efecto de la Segunda Guerra Mundial, el torneo siguió adelante con el apoyo incondicional del público y los medios, si bien todavía no generaba demasiadas ganancias.

 

   Cuando el brasileño Joao Havelange asumió el cargo de presidente de la FIFA en 1974, la oficina del organismo quedaba en un apartamento de un modesto edificio de Zúrich, Suiza. Hoy día, constituye un moderno edificio valorado en 240 millones de francos suizos.

 

   No cabe duda de que si MLB continúa realizando el torneo, permitiendo que los mejores jugadores del mundo participen en él, las grandes ganancias económicas que tanto desea llegarán en algún momento. Por el contrario, si decide cancelarlo ahora, como parece inclinado a hacerlo, las mismas nunca llegarán.

 

   Puede que lo del tema financiero no sea más que una excusa y que, tal como lo explicó Marcano al principio, la verdadera razón del cambio que estamos notando sea el deseo del comisionado Manfred de cambiar la estrategia de globalización de MLB.

 

   Es decir, en lugar de incrementar la popularidad del torneo a través del Clásico, la idea es hacerlo ahora a través de la apertura de más franquicias fuera de los Estados Unidos (en especial en México y Canadá) y de la realización de juegos de la temporada regular en Europa y otras regiones del planeta.

 

   Sea como fuere, los principales perdedores de la posible desaparición del torneo seríamos los latinoamericanos, quienes nunca más podremos ver a nuestras selecciones nacionales participar en un torneo internacional con nuestros mejores jugadores sobre el terreno.

 

   Japón, Corea del Sur y Taiwán quedarían mejor parados, ya que la mayoría de sus mejores jugadores todavía juegan en sus ligas locales. Sin embargo, los latinoamericanos no contamos con esa suerte, ni siquiera en el caso de Cuba, que ha perdido en la última década a la mayoría de sus grandes estrellas.

 

   Quizás la moraleja de todo esto sea que un torneo como el Clásico Mundial no debería depender de una sola organización, ya que la existencia del mismo estará directamente ligada al desempeño o la filosofía de ésta. Si el evento no genera ganancias, o dicha organización determina que ya no lo necesita, entonces desaparecerá.

 

   Es por esto que insistimos en la necesidad de crear una Liga Profesional de Béisbol del Caribe. Hasta que el Clásico no se convierta en un torneo que esté organizado y supervisado conjuntamente por las ligas profesionales de varios países o regiones distintas, entonces nunca podrá equipararse con un evento como el Mundial de Fútbol de la FIFA.