La paridad al tope de las tablas de clasificación tanto de la Liga Central como de la del Pacífico promete un final de temporada lleno de emociones que tanta falta ha hecho en los últimos años en el béisbol profesional japonés. A la fecha de hoy, sólo tres juegos separan a los tres primeros clubes de la Central, mientras que sólo seis separan a los cinco primeros equipos del Pacífico.
Un cuarto título de liga consecutivo para los Gigantes de Yomiuri en la Liga Central parece cada vez más improbable gracias a la extraordinaria exhibición ofensiva que los Tigres de Hanshin han realizado este año y a la imperturbable constancia de los Dragones de Chunichi, cuyos esfuerzos han relegado a Yomiuri al tercer puesto de la tabla.
Gracias a su nombre, su presupuesto y la innegable calidad del plantel de estrellas que posee, Yomiuri comenzó el año como el favorito indiscutible para ganar su circuito y así se mantuvo durante la primera mitad del año, pero una caída estrepitosa de la calidad de su cuerpo de lanzadores ha relegado al equipo a un segundo –en este caso tercer– plano en la recta final del año.
La tercera plaza aún permitirá a los Gigantes clasificar a la postemporada y pelear por revalidar el título de la Serie de Japón ganado el año pasado, pero sin duda disminuirá sus posibilidades de éxito y hará las cosas más difíciles para un club en el que el fracaso está prácticamente prohibido.
Aún así, no puede darse el lujo de dormirse en sus laureles ya que las cosas podrían tornarse mucho peor si las Golondrinas de Yakult culminan el milagro en el que han estado trabajando desde mediados de la campaña. Luego de pasar la primera mitad en el foso de la tabla, el club ha realizado una remontada épica que le ha permitido colocarse a sólo cuatro juegos y medio de Yomiuri y de un puesto en los playoffs. Con un poco más de 20 partidos por jugar, es más que posible que Yakult desbanque a Yomiuri del tercer puesto.
Pero las cosas tampoco están decididas en la lucha por el título del circuito. Hanshin está viviendo un momento ofensivo extraordinario, pero su cuerpo de lanzadores es viejo y no siempre consistente. El club podría alzarse con el título de liga, pero de ahí a clasificar a la Serie de Japón hay un gran trecho que sólo puede superarse si se cuenta con un grupo de lanzadores confiables que además esté en un buen momento.
Chunichi es quizás el equipo más balanceado entre los tres primeros de la Central. Su cuerpo de lanzadores es tan efectivo y confiable como su ofensiva y con sólo medio juego de por medio para alcanzar el liderato luce como el candidato más fuerte para alzarse con el título. No obstante, tiene el problema de que ha jugado 4 partidos más que Yomiuri y 7 más que Hanshin, por lo que cualquier ventaja que se gane ahora se podría perder en los últimos días de la campaña.
En resumen, cualquier cosa es aún posible en la recta final del año en la Liga Central. Hanshin no se corona campeón del circuito desde 2005, mientras que Chunichi no lo hace desde 2006. Yomiuri ha ganado los últimos tres en fila.
En la Liga del Pacífico las cosas están aún mejor, con hasta cinco equipos peleando por el título y un puesto en la postemporada. Los Leones de Seibu comenzaron el año al mismo estilo de Yomiuri: dominando con comodidad el liderato durante la primera mitad de la campaña pero cediéndolo en la segunda. En el caso de Seibu, la debacle llegó debido a una epidemia de lesiones que afectó a varias de las figuras más destacadas del club, tanto en el plano ofensivo como en el de pitcheo.
No obstante, el equipo encontró la forma de mantenerse en la pelea y gracias a su garra y a la ayuda de un refuerzo importante que ha marcado la diferencia, el dominicano José Fernández, ha vuelto a apoderarse del liderato, al menos temporalmente. Sólo juego y medio lo separa de los Halcones de SoftBank y los Marinos de Lotte, clubes que han tenido un año extraordinario.
Después de terminar quinto en 2009, a 18,5 juegos de la punta, Lotte se ha convertido en la gran revelación de este campeonato. Alcanzó incluso el liderato del circuito por algunas semanas a principios de año y desde entonces se ha mantenido constantemente entre los primeros puestos. Un cuerpo de lanzadores confiable y una ofensiva de gran calidad le han permitido mantenerse en la pelea y todo parece indicar que clasificarán a la postemporada por primera vez en tres años.
SoftBank posee a dos de los mejores lanzadores de la liga y una buena alineación ofensiva, pero no siempre mantiene la constancia que se requiere para capturar un título. Aún así, es probable que se quede con uno de los boletos que llevan a la postemporada.
Los Luchadores de Nippon Ham, campeones del circuito en 2009, han sido la gran decepción de esta campaña. Su cuerpo de lanzadores fue apaleado a placer durante la primera mitad del año y su ofensiva perdió poder con respecto a la campaña pasada debido a la partida de algunos refuerzos importantes. Sin embargo, el club encontró la forma de resurgir de sus cenizas y ha remontado hasta apoderarse del cuarto puesto y colocarse a sólo 3,5 juegos de la clasificación.
Una historia similar han vivido los Búfalos de Orix, últimos clasificados en 2009. Gracias a la llegada de uno de los mejores managers de Japón, Akinobu Okada, el resurgimiento de un cuerpo de pitcheo que prácticamente estuvo ausente el año pasado y la respuesta ofensiva de una alineación que mezcla bien el poder local con el importado, el equipo ha logrado meterse en la pelea por la clasificación. Con 17 partidos por jugar y una ventaja de 4,5 juegos por superar para apoderarse de un puesto en la postemporada, aún todo es posible para un club que, pase lo que pase, ya ha superado con creces lo hecho la temporada pasada.
El título de la Liga del Pacífico debería decidirse entre Seibu, SoftBank y Lotte, pero Nippon Ham y Orix aún tienen buenas posibilidades de colarse en el tercer puesto y clasificar a los playoffs.
Aún queda mucho por decidir y muchas emociones por vivir en la recta final del campeonato 2010 del béisbol profesional japonés.
