Lo mejor y lo peor del talento latino en 2010

   El reciente final de la temporada regular del béisbol profesional japonés nos invita a hacer un balance de la actuación de los peloteros latinos en la liga este año.
 
   Lo mejor fue, sin duda y dejando a un lado momentáneamente las actuaciones individuales, el boom de talento latino que presenciamos este año en la NPB. Hasta 22 jugadores provenientes de Latinoamérica vieron acción en al menos un partido, lo que significó un incremento considerable con respecto a los 15 que estuvieron presentes el año pasado.
 
   Si bien esta cifra aún no logra igualar el tamaño de la importación norteamericana, que históricamente ha sido siempre la más numerosa y que este año rebasó la treintena de jugadores, sí convierte a la importación latina en una presencia tan importante como la primera y, sin duda, la segunda más importante de la liga ya que supera con creces las provenientes de Taiwan y Corea del Sur.
 
   Además, en términos de premios individuales, los latinos han superado a los norteamericanos tanto en número como en importancia en los últimos cinco años.
 
   En el plano individual, lo mejor fue sin duda el gran año que tuvo, una vez más, el venezolano Alex Ramírez de los Gigantes de Yomiuri. No sólo ganó la doble corona ofensiva de la Liga Central con 49 jonrones y 129 remolcadas –ambas marcas personales y las más altas en ambas ligas–, sino también impuso nuevos récords en su carrera tanto personales como para el béisbol japonés en general.
 
   En abril, llegó a los mil remolques de por vida en Japón. En mayo, superó la barrera de los 300 jonrones, convirtiéndose en apenas el tercer extranjero en lograrlo. En agosto, impuso una nueva marca para la NPB al sumar 100 carreras empujadas por octavo año consecutivo. En septiembre, llegó a los 900 partidos disputados de forma consecutiva, lo que representa la octava racha más larga de la historia de la pelota nipona. Por si fuera poco, tiene además la oportunidad de ganar el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Central por tercer año consecutivo, con lo que igualaría la marca japonesa que comparten Ichiro Suzuki y Hisashi Yamada.
 
   Por cualquier lado que se le quiera ver, no cabe duda de que el popular Rami-chan fue la figura latina del 2010 en el béisbol japonés.
 
   No obstante, otros caribeños tuvieron actuaciones destacadas este año que vale la pena resaltar aquí. El veterano Alex Cabrera, de los Búfalos de Orix, fue uno de ellos. No conectó tantos jonrones como nos tiene acostumbrados y se vio afectado por un par de lesiones que lo apartaron del terreno por casi un mes, pero sí peleó por el título de bateo de la Liga del Pacífico hasta los últimos días de la campaña y terminó cuarto en la clasificación con promedio de .331. Además, sus 24 vuelacercas lo dejaron como el quinto mejor de su circuito y sus 82 remolcadas lo colocaron como el octavo mejor en ese departamento.
 
   Un resultado similar tuvo el dominicano José Ortiz, de los Halcones de SoftBank. Tras un comienzo prometedor en el que estuvo liderando la Liga del Pacífico en cuadrangulares sufrió una lesión a principios de julio que casi lo deja fuera por el resto de la temporada. No obstante, logró recuperarse para terminar la campaña con 24 jonrones (5to en la liga, empatado con Cabrera), 81 remolcadas (9no), .270 de promedio y un anillo de campeón de liga con su equipo.
 
   El también dominicano José Fernández, de los Leones de Seibu, tuvo una campaña de ensueño. Traído de vuelta a Japón a mediados de julio para tratar de rescatar a un equipo mermado por las lesiones, bateó para .339, con 11 estacazos y 45 remolques en los 57 partidos en los que vio acción y en más de una ocasión produjo el batazo decisivo que le permitió a Seibu ganar partidos claves y pelear el título de su circuito hasta el último momento.
 
   El joven venezolano Aarom Baldiris también merece una mención especial en lo que fue el año de su consagración en el béisbol japonés. Después de un par de años en los que no recibió demasiadas oportunidades con los Tigres de Hanshin, tuvo la suerte de ser rescatado por su primer manager en esa organización, Akinobu Okada, quien tomó las riendas de los Búfalos de Orix esta campaña y decidió traerse a Baldiris consigo. Le dio la oportunidad y la confianza que le hacían falta y el criollo respondió con creces. Se ganó la titularidad de la tercera base y bateó para .301, con 14 jonrones y 50 empujadas en 118 partidos, un progreso extraordinario comparado con los números que acumuló en sus dos previas campañas: .205, 4 y 17, respectivamente, en 100 encuentros.
 
   El dominicano Tony Blanco, de los Dragones de Chunichi, bajó su rendimiento comparado con el excelente debut que tuvo el año pasado, cuando conquistó los títulos de jonrones (39) y remolcadas (110) de la Liga Central, pero aún así logró producir números destacados esta campaña: 32 vuelacercas (6to), 86 impulsadas (11mo) y .264 de promedio.
 
   El venezolano José Castillo tuvo un debut más que digno en la NPB con las Estrellas de Yokohama. Bateó para .273, con 19 estacazos y 55 remolques en 131 partidos, números que muy probablemente le valgan una invitación para regresar a Japón en 2011.
 
   Un caso similar fue el del mexicano Edgar González, de los Gigantes de Yomiuri, que funcionó como refuerzo de lujo para el equipo y ganó varios encuentros con batazos decisivos. Si bien no se ganó la titularidad, sí produjo números lo suficientemente buenos como para ser invitado de nuevo al equipo el año que viene.
 
   Otra historia destacada de esta campaña fue la del veterano venezolano Roberto Petagine, que fue prácticamente sacado del retiro por los Halcones de SoftBank a finales de mayo. A sus 39 años, no logró producir los mismos números que logró durante su previo paso por Japón 6 años atrás, pero sí demostró que aún sabe como jugar en esta liga. En los 81 partidos que disputó, bateó para .261, con 10 estacazos y 41 remolques y ganó además el título de campeón de liga con su equipo.
 
   También merece una mención especial el debut del novato venezolano Francisco Caraballo con los Búfalos de Orix. Sin prácticamente ninguna experiencia en ligas menores, ya sea de los Estados Unidos o Japón, fue sacado de una liga industrial nipona a mediados de campaña y puesto a jugar de un golpe en el primer equipo de Orix. La movida no lo amedrentó y respondió con 7 estacazos y 18 empujadas en 36 partidos, números que probablemente le valgan una invitación a regresar con el equipo el año que viene.
 
   Las decepciones del año en el plano ofensivo fueron sin duda las del dominicano Dionys César, de los Dragones de Chunichi, y el panameño Fernando Seguignol, de los Búfalos de Orix. El primero tuvo un inicio prometedor con su equipo tras conectar batazos decisivos en algunos partidos, pero simplemente no pudo sostener el ritmo ofensivo necesario para mantenerse en el equipo. El segundo, al igual que Petagine y Fernández, regresó a Japón a mediados de año como refuerzo de emergencia, pero apenas vio acción y cuando la vio, simplemente no produjo nada destacable.
 
   Entre los lanzadores, lo mejor fue el debut del boricua Giancarlo Alvarado, de los Carpas de Hiroshima, que si bien terminó la campaña en nota baja sí gozó de un período de esplendor a mediados de año cuando acumuló una racha de victorias y mantuvo su efectividad alrededor de 2.00. Aún así, su récord final de 8-8, con 4.07 de efectividad, lo dejó como el segundo mejor abridor de su club y muy posiblemente le valgan una extensión de su contrato para 2011.
 
   El dominicano Máximo Nelson también tuvo una actuación destacada luego de perderse la primera mitad de la campaña por sanción. Terminó el año con récord de 4-3 y 3.16 de efectividad en 15 apariciones.
 
   Lo peor fue, sin duda, la caída del boricua Dicky González, de los Gigantes de Yomiuri. Luego de un año excepcional en 2009, que terminó con récord de 15-2 y 2.11 de efectividad, en 2010 prácticamente hizo lo contrario: 5-13, con 5.29 de efectividad. Por supuesto, todo el cuerpo de lanzadores de Yomiuri tuvo un año para el olvido, pero habrá que ver si este resultado afecta las posibilidades del isleño de jugar de nuevo en Japón la próxima temporada.
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