¿Qué le deparará el destino a Yokohama?

   La inminente venta de las Estrellas de Yokohama promete ser uno de los temas más discutidos del descanso invernal del béisbol japonés, no sólo por todos los cambios que el traspaso de cualquier conjunto trae consigo –entre los cuales el más temido es que el equipo abandone la ciudad–, sino especialmente por las condiciones poco realistas que el dueño del club pretende imponer a la transacción.
 
   El canal de televisión Tokyo Broadcasting System (conocido mejor por sus siglas TBS), que asumió el control de la franquicia en marzo de 2002, tomó la decisión este año de vender su paquete accionario debido a la difícil situación económica que atraviesa, que no hace sino empeorar con las continuas deudas que produce el equipo con el peor récord y el menor respaldo de los aficionados de todo el béisbol profesional japonés.
 
   El grupo inversionista JS Group Corp estuvo a punto de comprarlo a finales de octubre, pero las negociaciones se cayeron a último minuto debido a la falta de acuerdo en las condiciones que Kiyoshi Wakabayashi, dueño del club, quiso imponer a la venta: que el equipo se quedase en Yokohama, que no se le cambiara el nombre y que no se cambiara al manager, Takao Obana, que apenas acaba de terminar el primero de los tres años de su contrato.
 
   “El equipo debe quedarse en Yokohama. Se lo debemos a la ciudad y a los jugadores, que viven aquí”, declaró Wakabayashi a los medios a principios de octubre cuando se iniciaron las negociaciones para la venta con JS Group Crop, para luego agregar que no porque su compañía esté en dificultades económicas el equipo se va a vender a cualquier precio. “No es bueno para el béisbol profesional en general que la gente se quede con la impresión de que TBS simplemente quiere deshacerse del equipo a cualquier precio”.
 
   No obstante, un cambio drástico es precisamente lo que necesita una franquicia que ha terminado en el foso de la Liga Central en 7 de las últimas 10 temporadas, que apenas recibe el respaldo de sus fanáticos y que este año ganó menos partidos que el año pasado, incluso después de haber realizado una inversión considerable reforzando al equipo con nuevos jugadores y un nuevo manager.
 
   La ciudad del Niigata, ubicada en la costa oeste del país junto al Mar de Japón, ha estado trabajando incansablemente en llevarse un equipo de béisbol profesional a su zona luego de construir un nuevo estadio con capacidad para 30 mil espectadores que fue inaugurado en junio de 2009 y en el que se han realizado exitosamente varias series de la temporada regular y un juego de estrellas. Con todos los problemas económicos y de asistencia que tiene el conjunto de Yokohama, una mudanza a Niigata parece ser la mejor forma de construir una nueva fanaticada y revitalizar su economía y al parecer esa era la intención que tenía el JS Group Corp, razón por la cual las negociaciones terminaron por caerse.
 
   Como bien señala nuestro colega del Japan Times, Wayne Graczyk, simplemente no es razonable tratar de imponer estas condiciones a la venta de un equipo. “Si yo te vendo mi carro, yo no puedo imponerte condiciones como obligarte a utilizar sólo un tipo específico de gasolina, limitar el tiempo que puedes tenerlo a sólo cinco años e impedirte pintarlo de cualquier otro color. Una vez que me pagas, el carro es tuyo, haz con él lo que quieras”, escribe en su columna de hoy.
 
   Si bien el club ha estado ubicado en Yokohama durante sus 60 años de historia, considerando la difícil situación económica y deportiva en la que se encuentra la mudanza a Niigata parece ser la mejor solución al problema. Los Luchadores de Nippon Ham tuvieron su sede en Tokio desde su fundación en 1945 hasta el final de la temporada 2004, cuando el conjunto decidió mudarse a Sapporo, en el norte del país, en busca de una mayor fanaticada y la movida no ha podido ser más acertada. El respaldo de los fanáticos ha sido abrumador, la economía del equipo ha mejorado considerablemente y en lo deportivo, el conjunto ha ganado 3 títulos de liga y una Serie de Japón. ¿Qué más se puede pedir?
 
   Las Águilas de Rakuten, un equipo de expansión fundado al final de la temporada 2004, representan otro buen ejemplo de los beneficios de abordar nuevos mercados en las ciudades del interior del país. En las 6 campañas que el club ha disputado hasta ahora en Sendai, al noreste de la isla, el respaldo de la fanaticada local nunca ha estado ausente y el conjunto incluso ha logrado clasificar a la postemporada en una ocasión.
 
   El cambio de nombre no parece ser un detalle de mucha importancia en las negociaciones de venta del equipo de Yokohama, pero el cambio de manager sí parece ser crucial. Si bien Takao Obana, el actual estratega del equipo, es muy respetado en los círculos beisbolísticos del país, no puede negarse que su falta de experiencia como manager –sólo ha trabajado por una temporada–, sumada al pobre rendimiento del equipo este año a pesar de todos los refuerzos adquiridos, reducen sus posibilidades de continuar al mando del club.
 
   Habrá que esperar para conocer lo que le depara el destino a las Estrellas de Yokohama, pues a pesar de la caída de las negociaciones con JS Group Corp el equipo sigue en venta y es poco probable que TBS quiera mantener su mayoría accionaria por una temporada más. ¿Cederá TBS en sus condiciones de venta y permitirá al club moverse a Niigata? ¿Aparecerá un nuevo comprador que esté dispuesto a mantener al equipo en Yokohama?
 
   Todo deberá decidirse a más tardar el 30 de noviembre, que es la fecha límite impuesta por la Liga Japonesa de Béisbol Profesional (NPB, por sus siglas en inglés) para concretar la venta de un equipo, que debe contar además con la aprobación de los dueños y los miembros ejecutivos de los 12 clubes del país.
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