Vie, 19 Abr 2024 23:01 PM

Las tareas pendientes de la NPB

   A pesar de ser, después de las Grandes Ligas, la segunda liga de béisbol más importante del mundo tanto en calidad de juego como en términos financieros, la NPB genera grandes pérdidas monetarias cada año y si bien parte de la culpa recae en la difícil situación económica que vive el mundo actualmente, la mayor parte de ella tiene su origen en la falta de interés de la propia institución en comercializar mejor su propio producto.
 

   Como explica el escritor e historiador de béisbol japonés Robert Whiting en un viejo artículo publicado en el Japan Times, quizás el obstáculo más difícil de salvar que tiene la NPB delante de sí es su resistencia a copiar los métodos de promoción y comercialización utilizados en las Grandes Ligas simplemente porque son métodos estadounidenses.

 
   No obstante, esos métodos han probado ser tremendamente efectivos en Norte América y han generado enormes ganancias y desarrollo en la Gran Carpa. Considerando la difícil situación económica en la que se encuentra la NPB, puede que haya llegado el momento de realizar cambios drásticos o enfrentar una embarazosa bancarrota.
 
   El origen del problema proviene de la manera en la que el béisbol japonés está organizado. Los 12 clubes que conforman la liga no dependen de sí mismos, sino que simplemente representan una sección más de las compañías que los administran, que por lo general los utilizan como una excusa para justificar sus pérdidas financieras cada año.
 
   Los presidentes de los equipos son, por lo general, gerentes de las compañías dueñas que son movidos al cargo sin importar si saben algo o no del deporte, hecho que se hace evidente cuando empiezan a tomar decisiones que desafían toda lógica y terminan por perjudicar al equipo.
 
   Otra parte del problema proviene de la incapacidad de la propia liga para tomar decisiones o trabajar en beneficio de los equipos. Mientras que en los Estados Unidos la MLB es la institución que gobierna a los 30 equipos que confirman la liga, en Japón un solo equipo, los Gigantes de Yomiuri, gobierna al resto de los clubes y, en último lugar, a la NPB, que es más bien un organismo que está limitado a organizar los calendarios de juego para la temporada regular, las Serie de las Estrellas y la Serie de Japón.
 
   Mientras en los Estados Unidos la MLB trabaja en pro del progreso de la liga y de sus equipos, a los que incluso paga alrededor de 30 millones de dólares al año por concepto de derechos de transmisión en televisión, radio e Internet y de la venta de mercancías como camisas y gorras, en Japón los 12 clubes trabajan para mantener viva a la NPB, a la que tienen que pagar casi 700 mil dólares al año para mantenerla en funcionamiento. Este dinero, más las ganancias procedentes de las Series de las Estrellas y la Serie de Japón, son el único ingreso monetario que recibe la NPB cada año.
 
   Whiting menciona en su artículo el caso particular de la página de Internet de las Grandes Ligas, MLB.com, que genera ingresos de alrededor de 250 millones de dólares al año por concepto de transmisión en vivo de todos los partidos la temporada regular, además de la venta de boletos para ver los partidos, de mercancías de los equipos y de espacios publicitarios.
 
   Este es un punto en el que la NPB tiene la libertad de mejorar sin depender de lo que digan los equipos. Sin embargo, su página de Internet ofrece información limitada -y jamás en vivo- de los partidos y la liga en general.
 
   Una de las quejas que recibe la NPB todos los años es el desfase en los calendarios de ambas ligas. Mientras en la Gran Carpa la temporada regular termina el mismo día en ambas ligas, en Japón existe una diferencia que a veces es de hasta tres semanas. Esto, como consecuencia, genera un desfase en las series de postemporada y la Serie de Japón, en la que normalmente se enfrentan un equipo que jugó su último juego de la postemporada dos semanas atrás contra otro que lo jugó unos días atrás.
 
   Además, está también el problema de los horarios. Este año vimos cómo las series de postemporada de ambas ligas se sobreponían las unas a las otras, con partidos jugándose casi al mismo tiempo. Por el contrario, en las Grandes Ligas vemos como los partidos de postemporada, que a veces son tres en un mismo día, tienen todos horarios distintos para que los fanáticos puedan verlos todos completos.
 
   Otro problema que se presentó este año fue que tres partidos de la Serie de Japón no fueron transmitidos en señal abierta a nivel nacional, sino sólo a través de canales privados de televisión por cable, porque no se llegó a un acuerdo con las televisoras locales para su retransmisión. La negociación de estos derechos no es responsabilidad directa de la NPB, ya que cada equipo negocia directamente con las televisoras locales, pero es sin duda un punto en el que la NBP debería tener voz y voto, puesto que la falta de acuerdo para transmitir esos tres partidos a nivel nacional perjudicó a la liga en general.
 
   Otra cambio que la NPB tiene la potestad para realizar son las reglas de las series de postemporada. Esa regla de otorgar un juego de ventaja al campeón de liga en la segunda vuelta de la serie de postemporada le resta seriedad a la liga y debería ser eliminada.
 
   El famoso Sistema de Traspasos, que recientemente vimos en su peor versión en el caso del fracaso de las negociaciones entre el lanzador Hisashi Iwakuma y los Atléticos de Oakland, también requiere de una transformación urgente. Iwakuma vio sus sueños de jugar en las Grans Ligas rotos, mientras que Rakuten, si bien pudo mantener a su estrella en el roster, perdió la oportunidad de ganar 19 millones de dólares ya que el lanzador será agente libre el año que viene y podrá dar el salto a la Gran Carpa sin que el equipo gane nada a cambio.
 
   Bobby Valentine, quien llevó a los Marinos de Lotte a ganar la Serie de Japón en 2005, dice que lo mejor que pudiera hacer la NPB es mejorar el sistema en general, mejorar los estadios y hacer sentir a los peloteros que estas son las Grandes Ligas, de manera éstos deseen quedarse y no emigrar a Norteamérica.
 
   Como señala Whiting en su artículo, las compañías dueñas de los equipos tienen el capital y la tecnología necesarios para convertir a la NPB en una liga de primera categoría digna de competir con las Grandes Ligas, el problema es que existen muy pocos indicios de que éstas tengan interés alguno en impulsar los cambios necesarios para que la tan necesitada transformación ocurra.
 
   No obstante, la difícil situación económica que atraviesa la liga puede que provea la presión necesaria para que se empiecen a dar los cambios, así sea lentamente.
 
   Para el beneficio de todos los fanáticos del béisbol profesional japonés, esperemos que así sea.
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