Vie, 19 Abr 2024 20:43 PM

El caso de la pelota que no vuela

   Un fanático me preguntaba hace poco mi opinión acerca de la nueva pelota que se está utilizando en la NPB este año y sus efectos negativos en el rendimiento de los bateadores, cuyos promedios ofensivos y en especial los batazos de larga distancia han disminuido dramáticamente en comparación con la campaña pasada.
 
   Son varias las cosas deben tomarse en cuenta al analizar este tema, pero antes de pasar a discutirlo a fondo debemos hacer un breve resumen de los hechos que rodean a la pelota en cuestión, que son claros e innegables según lo confirman las estadísticas.
 
   Tradicionalmente, todos los partidos de la NPB se disputaban utilizando varios tipos distintos de pelotas (4 tipos se utilizaron en 2010) debido a los diversos convenios comerciales que los equipos de la liga tenían con varias compañías fabricantes de artículos deportivos.
 
   Básicamente, cada equipo firmaba un convenio con la compañía de su preferencia para suplirse de los materiales necesarios para trabajar, incluyendo las pelotas, y luego utilizaba esos materiales durante toda la campaña. En el caso de las pelotas, el uso estaba limitado a los partidos que jugaba como local.
 
   En pocas palabras, cada equipo jugaba en casa con sus pelotas preferidas y debía adaptarse a las pelotas seleccionadas por los equipos rivales cuando jugaba como visitante. Naturalmente, esto representaba un gran reto para todos los jugadores, tanto lanzadores como de posición, que debían ajustarse a una nueva pelota cada vez que disputaban una serie fuera de casa.
 
   Este año, como parte de los esfuerzos que está llevando a cabo la NPB para equiparar el nivel de su juego con los estándares internacionales, se decidió introducir la utilización de una pelota única para ambas ligas –como ocurre en cualquier otra parte del mundo– con el fin de evitar los constantes ajustes que tenían que realizar los jugadores.
 
   Mizuno, la famosa compañía fabricante de artículos deportivos, fue la encargada de crearla y por alguna razón decidió hacerla más pesada y con las costuras más grandes que las anteriores. Tras hacer varias pruebas anunció que en promedio volaba un 2,3% menos que las utilizadas anteriormente, por lo que los medios la bautizaron de inmediato como “la pelota que no vuela”.
 
   En lo que va de la temporada 2011 y luego de la introducción de la misma, es un hecho que los promedios de bateo en ambas ligas han disminuido un 20%, los jonrones en un 26% y las carreras anotadas un 23%.
 
   En el Tokyo Dome, que siempre ha sido considerado como un paraíso para conectar cuadrangulares, el número de batazos de cuatro esquinas ha caído a más de la mitad y, en general, el número de partidos con escazas anotaciones es mayor que el del año pasado.
 
   En este momento, un total 10 lanzadores en ambas ligas tienen una efectividad inferior a 2.00, mientras que sólo 8 bateadores tienen un promedio superior a .300.
 
   Muchos ven esta situación como algo negativo que está afectando el interés de los fanáticos en el deporte y no puede negarse que ver constantemente partidos de béisbol en los que se anotan pocas carreras no es lo más entretenido del mundo.
 
   ¿Cuál es mi opinión acerca de esta situación? Para empezar, mi posición es que se trata de un sacrificio que debe hacer la NPB para ganarse el respeto del mundo del béisbol. Si uno quiere tener la mejor liga del planeta uno debe adaptarse a los estándares internacionales para que después no existan excusas acerca de los resultados que uno produce.
 
   Por años, la NPB ha estado ignorando ciertos parámetros internacionales con el fin de darse a sí misma una ventaja competitiva. Uno de ellos es la pelota, que tradicionalmente ha sido siempre más pequeña y más liviana que la que se utiliza en las Grandes Ligas. Ya va siendo hora de que utilicen una similar, porque de lo contrario todos podrán decir que en Japón se batean tantos jonrones porque allá se utiliza una pelota más pequeña.
 
   Así mismo, ya era hora de que se hiciera justicia con los lanzadores, que tenían que ajustarse a una pelota distinta cada vez que jugaban como visitantes. ¿Cómo se puede ser eficiente con las condiciones de juego cambiando constantemente? Es como jugar un partido en el que se modifiquen las reglas del terreno después de cada entrada.
 
   Estoy definitivamente de acuerdo con lo que dicen los bateadores y lo que confirman las estadísticas: la nueva pelota ha afectado negativamente la producción ofensiva de todos los equipos. ¿Es necesario cambiarla? En mi opinión, sí, sería mejor cambiarla para el bienestar del béisbol japonés en general, pero no estoy de acuerdo con que se regrese a las pelotas más livianas que se utilizaban antes.
 
   Lo único que hace falta es crear una pelota que tenga exactamente las mismas características que la que se utiliza en las Grandes Ligas, ni más ni menos. De nuevo, el objetivo aquí es eliminar la posibilidad de cualquier excusa relacionada con la misma.
 
   ¿Aceptará la NPB la solicitud de los jugadores de cambiar la pelota después de los claros efectos negativos que ha tenido la que se ha estado utilizando hasta ahora? Eventualmente, sí, pero es muy probable que esto no ocurra pronto.
 
   Como en tantas otras cosas en Japón, la creación de la nueva pelota fue decidida unilateralmente por Mizuno a petición de la NPB y sin consultarlo antes con los jugadores. Aceptar que se ha cometido un error es lo más difícil que existe en la sociedad japonesa, de manera que es probable que pasen varios años antes de que se realice algo al respecto.
 
   No obstante, el cambio llegará tarde o temprano porque la NPB y los diversos fabricantes deportivos tienen precisamente un largo historial de experimentos con distintas pelotas que ha producido una gran cantidad de cambios en las mismas a lo largo de los años.
 
   Lo que sí estimo que ocurrirá antes de que cambie la pelota será una adaptación masiva a jugar con la misma. Luego de un período inicial de ajustes, los bateadores empezarán a conocerla mejor y a hacer mejor contacto con lo misma. Puede que el número de cuadrangulares no aumente demasiado, pero los promedios ofensivos sí deberían mejorar considerablemente.
 
   Después de todo, así como hay bateadores que lucen perdidos ante la nueva pelota, también hay otros que siguen rindiendo tanto como siempre. El norteamericano Matt Murton, quien en 2010 impusiera un nuevo récord de imparables para una campaña con 214, es actualmente el líder bate de la Liga Central y va camino a otra temporada de 200 hits.
 
   Seiichi Uchikawa, el jardinero que pasó de las Estrellas de Yokohama a los Halcones de SoftBank durante el invierno, mantuvo el mejor promedio de toda la NPB a pesar de haber cambiado de liga hasta que una lesión lo obligó a pasar a la lista de incapacitados.
 
   Incluso el jonronero de los Leones de Seibu, Takeya Nakamura, está otra vez liderando la NPB en vuelacercas con 28, luego de ver acción limitada el año pasado debido a una lesión, de manera que no son todos los jugadores los que se han visto afectados por la nueva pelota.
 
   En resumen, es un hecho que la nueva pelota ha afectado negativamente a los bateadores y que es necesario cambiarla, pero también lo es que ya es tiempo de que la NPB deje de ignorar los estándares internacionales del deporte y los adopte para su propio beneficio. Que no se diga más que en Japón todo es más fácil porque las reglas son menos estrictas.
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