Mar, 23 Abr 2024 10:13 AM

Los méritos de Baldiris para el Jugador Más Valioso

   Cuando todo esté dicho y hecho una vez culminada la temporada 2011 de la NPB es muy probable que el venezolano Aarom Baldiris no se alce con el galardón del Jugador Más Valioso de la Liga del Pacífico, pero el rendimiento que ha tenido hasta ahora, especialmente en las últimas 3 semanas, sin duda le amerita al menos la candidatura.
 
   Al momento de escribir esta nota, el criollo acumula 16 cuadrangulares y 55 empujadas en 115 partidos, números que ya son los mejores de su carrera y que lo colocan como el segundo latino más productivo del año, sólo detrás de su compatriota Alex Ramírez (18 JR y 63 CE).
 
   Adicionalmente, es tercero en vuelacercas y octavo en remolques en un circuito en el que ven acción toleteros de tanto renombre como Alex Cabrera, José Fernández, Hiroyuki Nakajima y Seiichi Uchikawa, los dos últimos titulares de la selección japonesa que ganó el Clásico Mundial de Béisbol de 2009.
 
   Por si esto fuera poco, el caribeño está teniendo una mejor temporada que el cuarto bate regular de su equipo, el joven Takahiro Okada, quien ganara el año pasado el título de estacazos de la liga con 33, y que el surcoreano Seung Yeop Lee, quien fuera contratado durante el invierno como un refuerzo importante para la parte fuerte de la alineación del club.
 
   El aspecto más importante a tener en cuenta es que el caraqueño de 28 años no es un bateador de poder natural, sino que normalmente ocupa el sexto o el séptimo puesto de la alineación. No obstante, su rendimiento ha sido tan ejemplar que su manager lo ha utilizado ocasionalmente como tercer y quinto bate, de acuerdo a las necesidades del momento.
 
   No cabe duda de que varios otros jugadores del circuito tienen mejores números que Baldiris en este momento, pero éste los supera precisamente en el aspecto que estamos analizando en este artículo: el de “más valioso”.
 
   En las últimas tres semanas el venezolano ha producido la carrera del triunfo en varios partidos que han sido claves para que su equipo se apoderara y se estableciera con comodidad en el tercer lugar de la clasificación de la liga, que da acceso a la postemporada.
 
   El antesalista de los Leones de Seibu, Takeya Nakamura, por citar un ejemplo, está teniendo una campaña inverosímil al acumular a esta altura 40 cuadrangulares y 98 remolques, pero su club apenas logró salir del foso de la tabla hace unos días para ascender apenas al quinto puesto.
 
   El criollo, por su parte, tiene números más modestos, pero ha dado batazos importantísimos, como el jonrón que dejó en el terreno a las Águilas de Rakuten en el cierre de la décima entrada el pasado 13 de septiembre, que puso fin a una racha de tres derrotas consecutivas de su club, o el vuelacercas que marcó la diferencia en el triunfo de 3-2 de Orix sobre los Marinos de Lotte el 17 de septiembre, que a su vez concretó el tercer triunfo en fila de su conjunto.
 
   El joven antesalista representa el perfecto ejemplo del jugador desconocido que es capaz de convertirse en una estrella si logra obtener la confianza y el tutelaje de un buen manager. Esto es exactamente lo que le ha ocurrido bajo la sabia dirección del actual estratega de los Búfalos de Orix, Akinobu Okada.
 
   El experimentado dirigente fue el responsable de la llegada de Baldiris a Japón en 2008, tras reconocer en él el potencial necesario para triunfar en la liga. Al frente del banquillo de los Tigres de Hanshin en aquel momento, le dio al venezolano pocas pero continuas oportunidades para adaptarse a la liga y éste respondió mostrando excelentes cualidades defensivas pero modestas aptitudes ofensivas.
 
   No obstante, estaba claro que con buena preparación el joven talento podría triunfar también en ese departamento. Lamentablemente, un colapso histórico del club al final de la campaña llevó a Okada a renunciar a su puesto y esto dejó al criollo sin las herramientas necesarias para poder triunfar.
 
   Hanshin lo mantuvo en su roster en 2009, pero apenas le permitió ver acción, por lo que la continuidad de su carrera en la NPB pareció llegar a su fin. Al terminar la temporada, el equipo incluso lo dejó en libertad.
 
   Pero la fortuna volvió a sonreírle cuando durante ese mismo invierno Okada fue contratado para tomar las riendas de los Búfalos de Orix y su primera orden al mando del club fue firmarlo. Apenas llegó a los entrenamientos primaverales al año siguiente, lo primero que hizo fue ir a ver a Okada para agradecerle personalmente su contratación y desde entonces no ha parado de crecer como jugador y de producir como una estrella.
 
   Terminó la campaña 2010 con 14 jonrones, 50 empujadas y un promedio ofensivo de .301, que lo hubiese colocado entre los líderes de bateo de su circuito si hubiese podido tomar unos 15 turnos más, y en lo que va de 2011, salvo por su promedio, ya ha superado esos números con 22 juegos aún por disputar.
 
   Si al momento de finalizar la temporada regular Orix logra mantenerse en el tercer lugar de la tabla y clasificar a la postemporada, su nombre se perfilará sin duda como la elección más lógica a la hora de determinar al Jugador Más Valioso del equipo.
 
   A este honor podría sumársele el del Jugador Latino Más Valioso del año, que a esta altura sólo Alex Ramírez y José Fernández podrían disputarle, e incluso una candidatura al Jugador Más Valioso de la Liga del Pacífico, para el que tiene bastante competencia pero no menos méritos.
 
   Habrá que esperar hasta mediados de octubre para saber cómo termina su campaña, pero lo visto hasta ahora ya supera todos los pronósticos para este año. Desde esta columna le deseamos la mejor de las suertes y le ratificamos nuestro apoyo a su candidatura al Jugador Más Valioso.
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