Al momento de escribir esta nota el venezolano Alex Ramírez suma 93 carreras empujadas en lo que va de campaña y salvo tragedia de proporciones bíblicas llegará en los próximos días a la centena por octavo año consecutivo. Esto constituiría una nueva marca para el béisbol profesional japonés.
Por supuesto, comparada con las 13 campañas en fila en las que Lou Gehrig y Jimmie Foxx remolcaron 100 o más carreras, esta marca no parece ser muy importante, pero este no es necesariamente el caso.
La marca actual de temporadas consecutivas con 100 o más remolcadas en la pelota nipona la comparten Ramírez y el legendario Sadaharu Oh con siete. Para los que no están familiarizados con su nombre, Oh es el hombre del récord mundial de jonrones de por vida con 868 en 22 campañas disputadas entre 1959 y 1980 y es también el líder de por vida en Japón de impulsadas (2170), anotadas (1967) y boletos recibidos (2390). Quebrar una marca de Oh, de 41 años de vigencia, es el equivalente a quebrar una marca de Babe Ruth o Hank Aaron.
De hecho, el propio Aaron nunca pudo acumular 8 temporadas seguidas con 100 o más empujadas y las marcas personales en ese departamento de Ruth, Mel Ott y Ted Williams son precisamente de ocho. Si a esto le sumamos el hecho de que la marca de Ramírez sería única en Japón, es decir, que no la compartiría con ningún otro jugador, es entonces innegable la importancia de la gesta que está a punto de concretar.
Lo mejor de todo para el venezolano es que a sus 35 años aún tiene la oportunidad de mejorar su propia marca y seguir acumulando números para una posible elección al Salón de la Fama del béisbol japonés, al que sólo un extranjero ha logrado ingresar hasta el momento, el hawaiano Wally Yonamime.
En sus 10 años de carrera en Japón, Ramírez batea para .304, con 325 vuelacercas, 1073 remolcadas, 754 anotadas y 1662 indiscutibles en 1375 partidos disputados. Además, acumula dos títulos de Japón, tres de liga, dos de Jugador Más Valioso (es el único extranjero que lo ha ganado en más de una ocasión), tres de impulsadas, tres de indiscutibles (es uno de sólo tres jugadores y el único extranjero en batear 200 o más hits en una temporada), uno de jonrones y uno de bateo.
Por si esto fuera poco, este año va camino a sumar nuevos títulos de jonrones y empujadas y hasta repetir el galardón al Jugador Más Valioso, que de concretarse sería su tercero consecutivo, lo que le permitiría igualar la marca japonesa que comparten Ichiro Suzuki y Hisashi Yamada.
Un posible ingreso del venezolano al Salón de la Fama nipón, si bien parece cada vez más posible, pasa por ver qué le ocurre al norteamericano Karl “Tuffy” Rhodes, que recién se retiró la temporada pasada y debe esperar 5 años para ser elegible a tal honor. Rhodes conectó 464 jonrones, 1792 hits, empujó 1269 carreras y anotó 1100 veces en sus 13 años en la pelota nipona, números más que suficientes para ganar un espacio en el Salón de la Fama, pero falta por ver si logrará convencer a los votantes japoneses que hasta ahora sólo le han permitido el ingreso a un extranjero.
De cualquier forma, el récord que Ramírez está por alcanzar no hará sino reforzar su candidatura y confirmar su estatus como uno de los extranjeros –y sin duda el latino – más exitosos de la historia del béisbol japonés.