Mié, 24 Abr 2024 15:27 PM

¿Qué hacer con mucho tiempo libre y varios millones?

   La versión inglesa del Diario Asahi publicó la semana pasada los resultados de una interesante encuesta en la que el 70 por ciento de los jóvenes peloteros japoneses afirmó sentir preocupación por su futuro luego de terminadas sus carreras. La razón es muy sencilla, no saben qué harán con sus vidas después de ese momento.
 
   A simple vista, el retiro de un beisbolista profesional pareciera ser la situación ideal para cualquier persona. Con apenas 40 años, o quizás menos, el jugador se encuentra repentinamente con mucho tiempo en sus manos y varios millones para invertir, suponiendo que no desperdició todo el dinero que ganó durante su carrera.
 
   No obstante, cuando el pelotero en cuestión no ha tenido ningún tipo de educación post secundaria o entrenamiento formal en cualquier otra disciplina que no sea el béisbol, dicho escenario se transforma en una pesadilla. El dinero y el tiempo están disponibles, pero no el conocimiento, y éste no puede obtenerse de la noche a la mañana.
 
   Lo ideal es conseguir un trabajo relacionado con el deporte. Convertirse en entrenador, buscador de talentos, agente deportivo, intérprete, miembro de la gerencia de un equipo, manager o incluso comentarista de radio o televisión, pero obviamente no hay suficientes puestos de ese tipo disponibles para otorgar al alto número de peloteros que se retira cada año, por lo que lo mejor será intentar hacer algo distinto.
 
   Un ejemplo reciente que ilustra lo maravillosa que puede ser la vida después de retirarse del béisbol es el del lanzador norteamericano Curt Schilling. Durante los 20 años que duró su carrera con Filadelfia, Arizona y Boston, entre otros equipos, fue uno de los derechos más dominantes de las Grandes Ligas y cosechó 3 títulos de la Serie Mundial, pero en su tiempo libre fue también un adicto a la tecnología y los juegos de video.
 
   Luego de retirarse, se encontró con mucho tiempo libre en sus manos y varios millones en su cuenta de ahorros, por lo que decidió invertir ambas cosas en la otra pasión de su vida: los juegos de video. Formó una compañía para producirlos y contrató a varios de los mejores programadores del área para ayudarlo, varios de los cuales conoció jugando en línea.
 
   Casi cuatro años después, su compañía 38 Studios (en honor al número de su camiseta) acaba de lanzar al mercado su primer producto, un juego de rol llamado “The Kingdoms of Amalur: Reckoning”, que no sólo se está vendiendo muy bien sino que también ha recibido excelentes críticas por parte de los expertos en la materia.
 
   Un nuevo juego apodado “Copernicus” está en camino y para el futuro, tal como lo hizo durante su carrera en el béisbol, Schilling no espera otra cosa que convertir a su compañía en una exitosa corporación que genere millones cada año y sea líder en su ramo.
 
   Por supuesto, no podemos esperar que todos los jugadores retirados logren establecer una carrera en otra disciplina de manera tan rápida y que además lo hagan con tanto éxito, pero sí que aprendan del ejemplo e inviertan su tiempo y dinero en algo que les guste y que además sea productivo.
 
   Varios peloteros profesionales han completado carreras universitarias después de retirarse y han logrado trabajar en sus respectivas especialidades. El también norteamericano Gail Hopkins, quien fuera la figura fundamental del primer título de liga que ganaron los Carpas de Hiroshima en 1975, obtuvo un doctorado en biología y luego estudió medicina y se convirtió en un exitoso cirujano ortopédico.
 
   Entre los jugadores latinos, el cubano Roberto “Chico” Barbón, que fue el primer pelotero de la región en jugar en Japón, se convirtió en intérprete de los Bravos de Hankyu (hoy Búfalos de Orix) después de retirarse como jugador, pero también abrió y operó exitosamente una pizzería por un período de 10 años. Hoy día, a pesar de estar retirado, sigue colaborando con el club al ayudar a los nuevos latinos que llegan al mismo a acostumbrarse al ritmo de trabajo y de vida en el país.
 
   Otro cubano, Orestes Destrade, quien ganara tres títulos de jonrones con los Leones de Seibu entre 1990 y 1992, se convirtió en un exitoso comentarista de radio y televisión que colaboró con ESPN durante las transmisiones de los dos clásicos mundiales de béisbol que se han disputado hasta ahora.
 
   El venezolano Alex Ramírez, al que todavía le faltan 3 o 4 temporadas para retirarse como jugador, ya está sentando las bases para convertirse en el primer manager latino en Japón y muy probablemente logre su objetivo, ya que cuenta con el apoyo de todos los que lo rodean para hacerlo.
 
   El también criollo Alex Cabrera, que posiblemente disputará en 2012 su última temporada como jugador, ha dicho que le gustaría convertirse en coach de bateo y ya ha demostrado que sabe cómo hacerlo tras haber ayudado a su compatriota Aarom Baldiris y al japonés Hiroyuki Nakajima a mejorar sus rendimientos ofensivos.
 
   En el caso de los japoneses hay que tomar en cuenta que los sueldos de muchos de ellos, a diferencia de las Grandes Ligas, son muy reducidos, a veces inferiores a los 100 mil dólares al año. Es por esto que al momento de su retirada no sólo necesitan un trabajo para mantenerse ocupados sino también para cubrir sus necesidades básicas.
 
   En el sondeo realizado por el Diario Asahi, el 43 por ciento de los encuestados dijo sentirse preocupado por su situación financiera después de su retirada. Un 60 por ciento dijo tener apenas unos 100 mil dólares en ahorros y hasta un 10 por ciento afirmó no tener ningún tipo de ahorros.
 
   En Japón todavía es muy común que un empleado trabaje toda su vida para una misma compañía, por lo que no es extraño que las corporaciones dueñas de los equipos les ofrezcan a sus jugadores trabajos dentro de las mismas. Por ejemplo, un pelotero de los Luchadores de Nippon Ham que se retire podría conseguir un puesto como vendedor del jamón que produce esa empresa, o uno retirado de los Halcones de SoftBank podría convertirse en vendedor de teléfonos celulares producidos por esa compañía.
 
   El problema está en que, muy probablemente, el jugador no esté interesado en realizar ese tipo de trabajo. Un 74 por ciento de los encuestados afirmó querer seguir trabajando dentro del mundo del béisbol, especialmente a nivel colegial. Tanto el béisbol colegial como el universitario gozan de mucha popularidad en Japón y en esos casos son muchas las opciones para obtener un puesto ya que existen miles de colegios y universidades en todo el país que necesitan entrenadores o managers.
 
   No se trata de puestos que paguen muy bien, pero sí lo suficiente para cubrir las necesidades básicas y mantener a los retirados dentro del campo que más les gusta. Con un poco de suerte, podrían ganar fama en los súper populares torneos colegiales si sus equipos tienen éxito en los mismos e incluso regresar al béisbol profesional como entrenadores o managers.
 
   Si usted fuese un jugador latinoamericano retirado con algunos millones en su cuenta de ahorros y mucho tiempo libre disponible, ¿qué haría?
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