Vie, 19 Abr 2024 08:08 AM

El buen comienzo del manager Kiyoshi Nakahata

   Cuando la compañía de juegos de video para celulares DeNA compró a las desvalorizadas Estrellas de Yokohama el pasado mes de diciembre lo hizo con la promesa de sacar al equipo del abismo deportivo en el que se encuentra y uno de los primeros pasos que dio en dirección a ese objetivo fue contratar a un nuevo manager.
 
   Después de entrevistar a varios candidatos y casi firmar a uno de ellos, tomó la decisión de apostar por el extrovertido Kiyoshi Nakahata, un popular ex jugador de los Gigantes de Yomiuri cuya alegre personalidad se pensó ideal para asumir el reto de transformar el sombrío ambiente del vestuario del club.
 
   A pesar de que su única experiencia como manager ocurrió durante los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, cuando remplazó a última hora al legendario Shigeo Nagashima que no pudo asistir por problemas de salud y llevó a la selección japonesa a ganar la medalla de bronce, su buen conocimiento del juego convenció a los dueños de DeNA de darle la oportunidad.
 
   Si bien los resultados de los juegos de pretemporada no cuentan, el éxito obtenido en los mismos (el club registró el tercer mejor récord de la liga, 11-6) y el notorio cambio en la actitud de los jugadores han despertado las esperanzas de los fanáticos, que ya agotaron las entradas para el primer encuentro de la campaña en el Estadio de Yokohama, que tendrá lugar este martes 3 de abril.
 
   No olvidemos que el equipo ha terminado último en la clasificación de la Liga Central en las últimas cuatro campañas y 8 veces en los últimos 10 años, por lo que la misión de Nakahata de cambiar su destino no es nada sencilla.
 
   Luego de dirigir apenas 3 partidos de la temporada regular y compilar un récord de una victoria, un empate y una derrota, es muy temprano para sacar conclusiones acerca de su éxito como manager, pero varios detalles que notamos en esos tres encuentros nos confirman que el rumbo que ha tomado es el adecuado.
 
   Lo que más le aplaudimos es su renuncia a utilizar el toque de sacrificio en la primera entrada de los juegos, que es una estrategia de la que abusan el resto de los estrategas de la liga. En su lugar, ha apostado por explotar la velocidad de sus dos primeros bateadores apelando al robo de base y al bateo y corrido.
 
   En su primer triunfo del año, conseguido este domingo ante los Tigres de Hanshin en el Kyocera Dome de Osaka (el resultado final fue 6-2), si bien se manejó con el tono conservador que utilizan la mayoría de los dirigentes del país también dio muestras de una agresividad poco común en el rally de 5 carreras del séptimo episodio que terminó por darle la victoria.
 
   Luego de que el primer bateador de la entrada conectara un jonrón al jardín izquierdo y el segundo ligara un doble hacia el mismo lugar, ordenó el tradicional toque se sacrificio para tratar de avanzar al corredor a la tercera base, sin importar que el hombre de turno, Sho Aranami, estaba bateando para .500 de promedio.
 
   Aranami falló el toque en dos intentos y en lugar de obligarlo a seguir tocando, como hacen tantos dirigentes japoneses a pesar de las altas probabilidades de fallar de nuevo y poncharse sin haber logrado nada, le permitió batear libremente y éste respondió con un sencillo corto al jardín central.
 
   Con hombres en primera y tercera y sin outs en la pizarra, tuvo el acierto de sacar al octavo bate, que promediaba .125, y traer a su emergente de lujo, el venezolano Alex Ramírez, quien respondió con una dramática línea al centro en cuenta de 3-2 que remolcó al corredor de tercera y puso el 3-0 en el marcador.
 
   Nuevamente con hombres en primera y tercera y sin outs, se dejó llevar esta vez por el conservadurismo y permitió batear al abridor Daisuke Miura, quien ya había blanqueado a Hanshin durante seis entradas completas, en lugar de traer a otro emergente para tratar de extender el rally. Miura recibió la orden de tocar para avanzar el hombre de primera a segunda, pero falló en tres intentos y se ponchó, regalando así el primer out de la entrada.
 
   El primer bate Takayuki Kajitani conectó un sencillo al jardín central en el turno siguiente para poner la pizarra 4-0 y dejar una vez más hombres en primera y tercera y cuando el segundo bate Takehiro Ishikawa se paró en el plato ordenó sorpresivamente un squeeze play que se concretó con éxito y puso el marcador 5-0.
 
   Un squeeze play en esa situación no parecía la mejor opción porque de fallar hubiese puesto fina al rally al producir el segundo out y eliminar al corredor de tercera, pero considerando que Ishikawa apenas bateaba para .100 de promedio y que la estrategia tuvo éxito, no podemos sino aplaudirle la decisión.
 
   Con un hombre en segunda y dos outs el tercer bate Masaaki Koike conectó un sencillo corto al jardín izquierdo que no pareció suficiente para remolcar al corredor, ya que el jardinero izquierdo tomó la pelota un poco antes de que éste pisara la tercera base.
 
   No obstante, el coach de tercera base mostró su astucia al enviar al corredor a la goma sabiendo que el veterano de 44 años Tomoaki Kanemoto estaba en el jardín izquierdo y que su brazo hace tiempo que dejó de tener fuerza. El corredor anotó sin problemas para aumentar la ventaja a 6-0.
 
   La situación se repitió al turno siguiente, pero esta vez el coach aguantó al corredor en tercera base debido a su escasa velocidad y a que Kanemoto esta vez estaba cubriendo más cerca del cuadro.
 
   Luego de terminada la maratónica media entrada, Kanemoto se desquitó en el cierre de la misma al conectarle un jonrón de 2 carreras al ya frío Miura, quien bien hubiese podido ser sustituido para darle paso a un bullpen fresco y asegurar la victoria.
 
   En resumen, si bien Nakahata se vio frenado en varias situaciones por el instinto súper conservador que tanto predomina en la NPB, en otras mostró una agresividad y una inteligencia refrescantes que de mantenerse a lo largo de la temporada podrían llevar al equipo a cumplir su objetivo de salir del foso de la tabla de la Liga Central y quizás hasta convertirlo en un candidato a clasificar a la postemporada.
 
   Todavía falta mucho camino por recorrer, pero los primeros indicios de su gestión son esperanzadores.
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