Vie, 19 Abr 2024 22:54 PM

Darvish y compañía confirman el talento japonés

   A falta de un poco más de 2 semanas para que termine la temporada regular de las Grandes Ligas, el cotizado lanzador Yu Darvish y los otros 4 jugadores que llegaron este año procedentes de la NPB ya han confirmado con sus actuaciones y sus buenos resultados la gran calidad del béisbol que se juega en la liga profesional japonesa.
 
   Muchos miraron con escepticismo la gigantesca inversión de 112 millones de dólares que hicieron los Vigilantes de Texas al contratar a Darvish durante el invierno (pagaron 52 millones por el traspaso y 60 millones por su salario por los próximos 6 años), pero el joven talento de 26 años no los ha defraudado.
 
   A pesar de que su efectividad no ha sido tan impresionante como lo fue durante las 7 temporadas que jugó en Japón, sus 15 victorias y 205 ponches lo convierten en apenas el sexto lanzador en la historia de las Grandes Ligas en recopilar esos números en su primera campaña.
 
   Así mismo, ya ha igualado el récord de victorias y ponches (15 y 201) para un serpentinero japonés en su primera temporada en la Gran Carpa que impuso Daisuke Matsuzaka en 2007, pero con la ventaja de que todavía le quedan al menos 3 aperturas para superar con creces esos números.
 
   Por si esto fuera poco, es tercero en ponches y sexto en victorias en la Liga Americana, mientras que dentro de su club es primero (con una amplia ventaja de 73) y segundo en esas dos categorías.
 
   Si ha podido registrar estos números en un difícil año de transición a las ligas mayores, en lo que logre dominar por completo su control se convertirá en un candidato perenne al premio Cy Young. De mantenerse sano, el espigado derecho no sólo será uno de los principales pilares del cuerpo de lanzadores de Texas en la postemporada 2012 sino también en las próximas 5 campañas.
 
   El caso del jardinero Norichika Aoki es quizás más sorprendente aún. Firmado entre dudas por los Cerveceros de Milwaukee con la desalentadora misión de ser el quinto jardinero del club, el habilidoso jugador se ha convertido en una de las principales fuerzas ofensivas de su equipo y también en uno de sus defensores más seguros.
 
   Al momento de escribir esta nota el triple campeón de bateo en la NPB ha visto acción en 134 juegos, en los que ha conectado 8 jonrones, ha empujado 42 carreras, se ha robado 24 bases y ha registrado un respetable promedio de .286.
 
   Más importante aún, su aporte ha sido muy apreciado por su manager y sus compañeros de equipo, que no han parado de alabar su juego durante toda la temporada.
 
   Con un salario anual de apenas 1,5 millones de dólares, su caso es el perfecto ejemplo de que se pueden obtener jugadores de gran talento provenientes de la NPB sin tener que pagar las sumas exorbitantes que se vieron en los casos de Darvish y Matsuzaka.
 
   La increíble temporada que ha tenido hasta ahora el taiwanés Wei-Yin Chen ha sido quizás la sorpresa más agradable de todas. Luego de registrar 5 sólidas campañas con los Dragones de Chunichi en la Liga Central firmó con los Orioles de Baltimore en medio del anonimato, ya que por no ser japonés no llegó a las Grandes Ligas escoltado por una horda de periodistas siguiéndolo a todas partes.
 
   Libre de las cadenas del Sistema de Traspasos, pactó con Baltimore por 3 años y 12 millones de dólares y de inmediato se convirtió en uno de los pilares de un equipo que, contra todo pronóstico, todavía pelea con los Yanquis de Nueva York por el título de la División Este de la Liga Americana.
 
   A la fecha de hoy, ha realizado 29 aperturas (2 más que Darvish) en las que ha dejado récord de 12-9 y ha abanicado a 145 rivales. Si bien su efectividad de 4.00 no es la mejor, sus 12 triunfos sí lo colocan como el líder indiscutible de la categoría dentro de su equipo y como el décimo quinto mejor de la Liga Americana.
 
   Si tomamos en cuenta que el cotizado zurdo C. J. Wilson, que firmó por 5 años y 15,5 millones anuales con los Angelinos de Los Ángeles, ha arrojado hasta ahora casi los mismos números que el taiwanés (12-9, 159 ponches y 3.73 de efectividad), está claro que Baltimore ha realizado en su caso la mejor contratación de su historia reciente.
 
   El derecho Hisashi Iwakuma, que firmó por un año y apenas 1,5 millones de dólares con los Marineros de Seattle en medio de dudas debido a su propensión a lesionarse, tampoco ha defraudado.
 
   Su inicio fue lento, pues las dificultades que tuvo para adaptarse al ritmo de trabajo de la Gran Carpa lo relegaron al bullpen durante la primera mitad de la campaña. No obstante, desde que fue movido a la rotación de abridores después del descanso del Juego de las Estrellas ha recuperado su mejor versión, que en su momento le valió el Premio Sawamura en 2008 (el equivalente japonés al Premio Cy Young) y ser el abridor de Japón en la final del Clásico Mundial 2009.
 
   Al día de hoy, el experimentado derecho de 31 años posee un récord de 6-5 en 13 aperturas, con 87 ponches y una muy buena efectividad de 3.39 que supera con creces las registradas hasta ahora por Darvish y Chen.
 
   La gerencia de Seattle no podría estar más satisfecha con su actuación y lo más probable es que termine extendiéndole su contrato por algunos años más, ya que él mismo ha declarado que le gustaría quedarse en el equipo y la ciudad.
 
   Por último está el caso especial del campo corto Munenori Kawasaki, quien durante el invierno abandonó a los recién coronados campeones Halcones de SoftBank para declararse agente libre y tratar de cumplir su sueño de jugar junto a su ídolo Ichiro Suzuki.
 
   Como Suzuki jugaba con los Marineros de Seattle en ese momento, el veloz pelotero declaró que sólo firmaría con ese equipo en las Grandes Ligas. Seattle se sintió alagado, pero debido a sus modestos números sólo pudo ofrecerle una invitación a los entrenamientos primaverales para tratar de ganarse un puesto en el roster del club.
 
   A pesar de la falta de garantías, el ansioso jugador aceptó la oferta y dejó el alma sobre el terreno en los entrenamientos primaverales para ganarse el ansiado puesto en el roster y cumplir su sueño de ser compañero de equipo de su ídolo.
 
   Sus números hasta ahora son bien modestos: batea para .190, con apenas 7 carreras empujadas y una sola base robada en 55 partidos, pero considerando el riesgo que tomó y las dificultades que tuvo que superar para llegar a las ligas mayores, su actuación no puede sino considerarse como exitosa.
 
   Aún si termina regresando a la NPB después de que se acabe la actual temporada, siempre podrá decir que por al menos media campaña cumplió su sueño de jugar en las Grandes Ligas y de hacerlo junto a su ídolo Ichiro Suzuki.
 
   Muchas fueron las dudas que mostraron los clubes estadounidenses durante el mercado invernal en lo referente a la firma de jugadores japoneses debido a los pobres resultados que éstos habían arrojado en los últimos años, pero el éxito demostrado hasta ahora por la clase de 2012 podría muy bien despertar una nueva ola de interés en el talento proveniente de la NPB.
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