Jue, 25 Abr 2024 01:59 AM

El destino de Baldiris y el caso Fujikawa

   La partida del manager Akinobu Okada, quien según anunciaron los Búfalos de Orix hace pocos días dejará su cargo apenas termine la presente temporada, coloca un signo de interrogación en el futuro del venezolano Aarom Baldiris con esa organización.
 
   No es exagerado decir que el antesalista criollo le debe su carrera japonesa al estratega de 54 años, que le permitió debutar con los Tigres de Hanshin en 2008 y le dio todas las oportunidades que necesitaba para desarrollarse como jugador.
 
   Sin embargo, Okada abandonó su puesto en Hanshin tras la culminación de esa campaña 2008 y su sola ausencia afectó duramente la carrera del latino, que se vio relegado durante casi todo el año 2009 al equipo menor por el nuevo manager.
 
   Para empeorar las cosas Hanshin decidió dejarlo en libertad tras finalizar la temporada 2009, por lo que su futuro en Japón se vio repentinamente en el limbo, pero afortunadamente para él Okada fue contratado para dirigir a Orix en 2010 y lo primero que hizo fue firmar al venezolano y devolverlo a los terrenos de juego.
 
   El antesalista no desaprovechó la oportunidad y bajo su tutela no sólo se ganó la titularidad de su posición sino que también se convirtió en el gran jugador que es hoy y también en una pieza indispensable para el club.
 
   La partida de Okada a finales de año no supone un peligro inmediato para su permanencia en el equipo ya que todavía le queda una temporada más de contrato, pero sí pone en duda su titularidad para la campaña 2013 y su continuidad en la institución en la siguiente. Ya le ocurrió una vez con Hanshin y podría pasarle otra vez ahora con Orix.
 
   Por supuesto, la diferencia es que ahora Baldiris es un jugador de probada calidad que ha demostrado saber jugar y triunfar en la NPB y lo más probable es que ninguno de los otros 11 equipos de la liga dudará en hacerle una oferta si a Orix se le ocurre dejarlo en libertad.
 
   El punto aquí es simplemente llamar la atención a lo mucho que puede afectar la situación de un jugador, en especial de uno extranjero, el cambio de manager en un equipo japonés.
 
   En lo que a Okada se refiere, su partida tiene que ver con la gran decepción que ha causado el club este año al ocupar el foso de la Liga del Pacífico casi permanentemente.
 
   El experimentado dirigente llegó al club en 2010 entre muchas expectativas luego de dirigir exitosamente a los Tigres de Hanshin entre 2004 y 2008, período en el que los llevó a una participación en la Serie de Japón y dos en la postemporada de la Liga Central.
 
   En su primera temporada al mando el conjunto terminó quinto en la tabla, pero mejoró considerablemente en la campaña siguiente al terminar cuarto tras dejar escapar el boleto a los playoffs en el último juego del año.
 
   Luego de la gran demostración de juego realizada en 2011, el club se reforzó bien para este año y desde el principio se le consideraba como uno de los principales candidatos al título de liga. No obstante, varias lesiones, sumadas a la simple falta de rendimiento de varias de las estrellas del equipo, terminaron por arrojar el resultado que vemos en este momento.
 
   Como consecuencia, el propio Okada, al igual que hizo en su momento con Hanshin, asumió la responsabilidad de lo ocurrido y le presentó su renuncia a la organización, que decidió aceptarla.
 
   Ya han empezado a correr los rumores acerca de quien será su posible remplazante y los nombres de los ex managers de los Dragones de Chunichi, Hisashi Yamada y Hiromitsu Ochiai, parecen estar en el tope de la lista. El club probablemente postergará la selección de su nuevo manager hasta el final de la temporada.
 
   Otra historia importante que se ha estado desarrollando esta campaña en la NPB es el interés de varios equipos de las Grandes Ligas en el cerrador estrella de los Tigres de Hanshin Kyuji Fujikawa, quien se convertirá en agente libre al terminar el año y podrá dar el salto a la Gran Carpa si así lo desea.
 
   Hasta 9 scouts de 6 clubes distintos lo estuvieron evaluando en la serie de 3 juegos contra los Gigantes de Yomiuri que se celebró en el Tokyo Dome entre el 14 y el 16 de este mes, pero como lo explica el columnista del diario Japan Times Wayne Graczyk en un artículo reciente, el una vez temido derecho no lució demasiado bien sobre el montículo.
 
   “Fujikawa retiró en fila a los 3 bateadores que enfrentó con un elevado a los jardines y dos roletazos al cuadro, pero no estuvo ni cerca de ponchar a un bateador, su bola de tenedor estuvo más o menos y su recta, que superaba consistentemente las 93 millas por hora hace 5 años, registró una velocidad máxima de 90 millas esa noche”, escribió en su columna.
 
   “Lo que es peor, 3 días después fue enviado a la lista de incapacitados con lo que se describió como un dolor en su músculo abductor derecho. Lo más probable es que no pueda jugar más este año, por lo que su atractivo para los equipos de las Grandes Ligas ha decaído mucho”, concluyó el veterano reportero.
 
   Poniendo la lesión de lado, este parece ser el típico caso de un jugador cuya fama supera con creces su talento. Cuando se convirtió en el cerrador regular de Hanshin en 2006, Fujikawa era sin duda un lanzador temible y efectivo. Su dura recta y la buena colocación de sus lanzamientos lo llevaron a registrar hasta 46 juegos salvados en la campaña 2007.
 
   No obstante y a pesar de que apenas tiene 32 años, su mejor momento hace rato que pasó. Como lo describe Graczyk su recta ha perdido velocidad, sus lanzamientos quebrados ya no son tan impresionantes y las lesiones siguen interrumpiendo su disponibilidad para trabajar.
 
   Más importante aún, ya ha demostrado en más de una ocasión que la presión lo puede quebrar en los momentos importantes. En la postemporada de 2010, por ejemplo, se vio en el montículo en el partido decisivo de la serie enfrentando al venezolano Alex Ramírez con dos corredores en base y su equipo en ventaja por una carrera.
 
   Si permitía un hit, los Gigantes de Yomiuri se irían adelante en la pizarra y podrían eventualmente eliminar a Hanshin de los playoffs y eso fue exactamente lo que pasó. A pesar de estar en casa y tener el apoyo de sus fanáticos, Ramírez se paró en el plato a esperar el lanzamiento apropiado y terminó por conectar una línea al jardín central que remolcó las dos carreras que decidieron el encuentro.
 
   Si fueron lo suficientemente astutos, los scouts se dieron cuenta de esto y no se molestarán en hacerle una oferta para llevárselo a las Grandes Ligas, pero no sería la primera vez que ocurriese que un equipo decida invertir en un jugador más por su nombre que por su talento.
 
   Independientemente de lo que ocurra, el simple hecho que de un lanzador que hace rato dejó de ser la estrella que alguna vez fue esté atrayendo tanta atención por parte de los clubes de las mayores sólo demuestra el largo camino que éstos aún tienen por recorrer a la hora de evaluar el talento procedente de la NPB.
 
   Por citar dos ejemplos recientes, Norichika Aoki, que está teniendo un excelente primer año en la Gran Carpa con los Cerveceros de Milwaukee, y Wei-Yin Chen, que lidera a los sorprendentes Orioles de Baltimore en victorias en su primera campaña en las mayores, nunca fueron evaluados por scouts mientras estuvieron activos en Japón, a pesar de ser ambos estrellas en sus respectivos equipos.
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