Los asaltos de Blanco y Luna a la historia

   Todavía queda mucho camino por recorrer, pero el extraordinario arranque que han tenido los dominicanos Tony Blanco y Héctor Luna en la campaña 2013 de la NPB los coloca en inmejorable posición para romper varias marcas históricas del béisbol japonés.
 
   Al momento de escribir esta nota, Blanco proyecta 66 jonrones y 174 empujadas para finales de año, cifras que superan cómodamente los actuales récords de 55 y 161 que se han mantenido vigentes desde 1964 y 1950, respectivamente.
 
   Luna, por su parte, proyecta 232 hits y amenaza con terminar la temporada con un promedio ofensivo superior a .400. La marca actual de más imparables en una campaña es de 214 y ningún bateador ha logrado jamás terminar el año con un promedio superior a .400 en la historia de la NPB. La cifra más alta registrada hasta ahora es .389.
 
   Blanco tiene muchas cosas a su favor para imponer un nuevo registro de cuadrangulares, pero como ya explicamos en una columna anterior (¿Podrá Blanco superar el récord de jonrones de la NPB?) el principal obstáculo que deberá superar para lograrlo será el recelo de los equipos rivales, que podrían intentar sabotear su asalto a una marca que todavía está en posesión de un ícono del deporte local, Sadaharu Oh.
 
   Quizás la mejor oportunidad que tenga de romper el récord sea repetir la fórmula que utilizó el norteamericano Mark McGwire en 1998 en las Grandes Ligas, cuando superó la cifra de 61 estacazos registrada por Roger Maris en 1961: colocarse a un paso del récord a principios de septiembre.
 
   Si el poderoso inicialista logra llegar a 54 vuelacercas a principios de ese mes, cuando todavía tendrá un mes más por disputar en el calendario, no importará cuánto quieran los equipos rivales defender el récord de Oh, simplemente no podrán evitar de manera continua hacerle buenos lanzamientos hasta que termine la temporada.
 
   Este tipo de problema promete no hacerse presente en su camino a un nuevo registro de carreras empujadas, pero en su lugar el caribeño deberá enfrentar uno aún mayor: las bajas probabilidades de éxito que tiene.
 
   Desde que Makoto Kozuru implantó el récord de 161 remolques en 1950 sólo un jugador se ha acercado a esa marca, el norteamericano Bobby Rose, quien sumó 153 impulsadas en 1999 defendiendo los colores del mismo equipo para el que milita Blanco en este momento, las Estrellas de DeNA.
 
   De hecho, sólo 3 jugadores más en los últimos 63 años han logrado superar la barrera de las 140 empujadas en una campaña: Makoto Imaoka (147), Hiromitsu Ochiai (146) y Tyrone Woods (144).
 
   Entre los latinos, el venezolano Alex Ramírez posee el registro de remolques más alto para una temporada (129) y el récord personal del propio Blanco es de apenas 110 (obtenido en 2009), por lo que todo indica que le será muy difícil siquiera acercarse a la marca de Kozuru.
 
   No obstante, el excelente momento de forma que está demostrando este año muy probablemente le permitirá superar su récord personal, imponer un nuevo registro para los latinos y quizás convertirse en el quinto miembro del club de las 140 impulsadas.
 
   Con el segundo promedio de bateo más alto de la NPB (.359) y los lideratos absolutos de jonrones (20) y remolcadas (52) en su haber, Blanco tiene incluso la posibilidad de luchar por la triple corona ofensiva de la Liga Central, que es una hazaña que ningún latino ha logrado con anterioridad.
 
   Sin embargo, parece difícil que su buen promedio, que es algo raro en él, logre superar el extraordinario momento de juego que está atravesando su compatriota Héctor Luna, que en este momento es el líder bate de toda la NPB con un registro estratosférico: .413.
 
   A pesar de estar debutando este año en Japón, Luna ha demostrado que se puede adaptar fácilmente a cualquier escenario y desde el mismo inicio de la temporada ha dejado claro su talento. Si sus 17 partidos consecutivos conectando hits para empezar la campaña no fueron lo suficientemente sorprendentes, en este momento suma 20 encuentros en fila con al menos un imparable y nada parece indicar que esa seguidilla vaya a detenerse pronto.
 
   De continuar bateando como lo ha hecho hasta ahora, el isleño tendrá mucho chance de superar el récord de 214 hits implantado por el norteamericano Matt Murton en 2010 y convertirse así en el sexto pelotero y el segundo latino en superar la barrera de los 200 imparables en una temporada en la historia del béisbol japonés.
 
   En su momento, Murton rompió la marca de 210 indiscutibles que había impuesto el famosísimo Ichiro Suzuki en 1994, pero a pesar de ello no fue víctima de ningún tipo de saboteo por parte de los equipos rivales, por lo que el latino debería tener el camino libre hacia una nueva marca en ese departamento.
 
   Al igual que le ocurre a Blanco con las carreras empujadas, el intento de Luna de convertirse en el primer bateador en la historia de la NPB en registrar un promedio de .400 en una temporada promete ser muy difícil de concretar por el simple hecho de que nunca nadie ha estado siquiera cerca de lograrlo.
 
   El norteamericano Randy Bass, en su camino a alzarse con su segunda triple corona consecutiva de la Liga Central en 1986, mantuvo su promedio en .400 hasta mediados de septiembre, pero víctima de una campaña mediática destinada a sabotear su intento de lograr la hazaña vio caer esa cifra a .389 en los últimos días de la campaña. No obstante, ese registro le fue suficiente para imponer una marca que todavía se mantiene como la más alta en la historia de la liga.
 
   Debido a esto, cualquier intento de Luna de terminar el año con un promedio de .400 promete ser bien recibido ya que el récord no pertenece a un jugador japonés y, por lo tanto, no hay nada que los equipos rivales necesiten “proteger”.
 
   Incluso si no lo logra, el isleño tiene muchas posibilidades de imponer un nuevo registro para la NPB, su propio club o quizás para los jugadores latinos.
 
   Hasta la fecha de hoy, sólo dos jugadores caribeños han podido alzarse con un título de bateo en la NPB, el puertorriqueño Félix Millán (.346 en 1979) y el venezolano Alex Ramírez (.322 en 2009), por lo que Luna podría convertirse en el tercer pelotero de la región en llevarse el galardón.
 
   Como mencionamos en la apertura de este artículo todavía queda mucho camino por recorrer, pero lo que han demostrado hasta ahora Blanco y Luna nos hace pensar que vamos rumbo a una temporada histórica tanto para los jugadores latinos como para el béisbol japonés en general.
 
   Les deseamos la mejor de las suertes a ambos en sus respectivos asaltos a la historia y de antemano les damos las gracias por poner tan en alto el nombre del béisbol latino en la NPB.
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