¿Qué le deparará el destino a las Estrellas de DeNA?

   Cuando la compañía tecnológica DeNA compró a las entonces Estrellas de Yokohama en diciembre de 2011 sus dueños se impusieron una meta muy ambiciosa: salir del último lugar de la tabla en un año y ganar un título en las próximas 5 campañas.
 
   Lo primero que hicieron para tratar de alcanzar ese objetivo fue contratar al toletero venezolano Alex Ramírez, entonces uno de los bateadores más temidos de Japón, y al manager Kiyoshi Nakahata, quien le proveería una imagen fresca y popular al club.
 
   De Ramírez se esperaba que se convirtiese en la principal fuerza ofensiva del club y que sirviese de guía y consejero a los jugadores más jóvenes del roster, y el criollo no defraudó. Lideró al equipo en la mayoría de las categorías ofensivas en su primera campaña y también estuvo entre los 10 mejores de esos departamentos en la Liga Central.
 
   Adicionalmente, ayudó a varios de los peloteros más jóvenes del conjunto a mejorar sus mecánicas de bateo y también sus niveles de confianza, de manera de que pudieran rendir mejor sobre el plato.
 
   De Nakahata, que no tenía experiencia previa como manager, se esperaba que animara un dugout que había permanecido sombrío durante los años previos y que guiase a sus jugadores a la senda del triunfo.
 
   Gracias a su alegre y carismática personalidad, el primer objetivo lo logró de inmediato, pero en el segundo fracasó de la misma manera que lo habían hecho los estrategas anteriores. De hecho, su récord en 2012 fue peor que el del manager anterior: ganó apenas 46 juegos, perdió 85 y empató 13 para un porcentaje de triunfos de .351, con lo que quedó en el último lugar de la tabla, 41 juegos por detrás del primero.
 
   En 2011, el club registró un récord de 47-86-11 y un promedio de .353, con lo que también ocupó la última posición, pero con la diferencia de que apenas quedó a 27,5 juegos del líder.
 
   Gracias a la contratación de los dominicanos Tony Blanco y Jorge Sosa y del norteamericano Nyjer Morgan, el equipo ha mejorado bastante este año y con 44 partidos todavía por disputarse ya tiene 42 victorias en su haber, por lo que con casi toda seguridad superará sus números de 2011 y 2012.
 
   Sin embargo, esta mejoría podría no ser suficiente para salir del último lugar de la tabla, por lo que la continuación de Nakahata al frente del conjunto está en entredicho, e incluso la del venezolano Ramírez.
 
   Todo lucía muy prometedor hace un par de semanas. DeNA llegó al 30 de julio con una racha de 8 triunfos y una derrota en sus últimos 9 juegos y ocupando el tercer lugar de la clasificación de la Liga Central, que es el último que da acceso a la postemporada.
 
   Su ventaja sobre los 3 rivales que estaban por debajo en la tabla no era muy grande, pero la racha de triunfos le había dado confianza y con 5,5 juegos de diferencia sobre el colista al menos le quedaba el consuelo de que este año no volvería a ser, como le había ocurrido en las cinco temporadas anteriores, el último de la clasificación.
 
   El dueño del club, Makoto Haruta, estaba tan complacido con la marcha del equipo que le comentó a la prensa que era muy posible que le extendiera el contrato a Nakahata porque estaba muy satisfecho tanto con su desempeño sobre el terreno como con su rol de imagen de la organización.
 
   Pero al parecer todo no fue más que una ilusión. A partir del 31 de julio el equipo perdió 9 juegos en fila y el 2 de agosto cayó, en apenas una jornada, del tercer al quinto lugar de la tabla. El 10 de agosto estaba apenas medio juego por encima del último lugar, por lo que los fantasmas del pasado volvieron a aparecer en el horizonte.
 
   Como mencionamos anteriormente, el club sin duda tendrá un mejor récord este año del que tuvo en 2011 y 2012, pero si a pesar de ello vuelve a quedar en el último lugar es un hecho que Nakahata será despedido.
 
   Ramírez, cuyo contrato se vence esta campaña, podría correr la misma suerte debido a su modesto rendimiento y al hecho de que el club ni siquiera lo ha dejado jugar con el equipo grande, sino que lo ha relegado al conjunto menor.
 
   Otros jugadores podrían verse afectados también si el equipo termina en el último lugar por sexto año consecutivo e incluso la compañía DeNA podría replantearse la idea de continuar administrando un equipo profesional de béisbol.
 
   El dominicano Blanco, que está amenazando con imponer un nuevo récord de carreras empujadas en la NPB y que además está peleando por ganar la triple corona de la Liga Central, ha sido una de las pocas alegrías que han tenido los fanáticos de Yokohama este año.
 
   Sosa y Morgan también han tenido buenas actuaciones y los veteranos Norihiro Nakamura y Hitoshi Tamura han realizado aportes muy importantes, pero el cuerpo de lanzadores, a pesar de haber mejorado un poco, sigue dejando mucho que desear.
 
   El veterano de 40 años Daisuke Miura, a pesar de tener un récord negativo, lidera al club con 7 triunfos, seguido del también experimentado Shugo Fujii con 6 y el novato Kazuki Mishima con 4. El resto de los abridores no ha podido aportar consistencia sobre el montículo, por lo que los problemas del club están destinados a prolongarse hasta que este diezmado grupo de abridores sea reforzado.
 
   Nuestro colega y amigo de la versión inglesa del Diario Yomiuri John Gibson nos comenta que, en su opinión, la clave de la racha de triunfos de DeNA a finales de julio fue la efectividad de los abridores, quienes lograron enlazar una buena apertura con otra durante ese período.
 
   Lamentablemente, esa constancia desapareció de la noche a la mañana, por lo que el club está de vuelta a la pobre forma que ha mostrado en los últimos 5 años.
 
   Todavía faltan por disputarse 44 juegos del calendario y, en realidad, todo es posible. Con lo cerrada que está la pelea por el tercer puesto de la Liga Central, DeNA podría recuperar ese peldaño si logra registrar otra racha de triunfos como la de julio, pero al mismo tiempo podría caer al último lugar si continúa perdiendo de la manera que lo está haciendo ahora.
 
   Al momento de escribir estas líneas, se encuentra a apenas juego y medio del foso de la tabla, por lo que regresar a esa posición parece ahora más probable que recuperar el tercer puesto.
 
   De clasificar a la postemporada a finales de año o de quedar incluso en el cuarto lugar, es probable que el proyecto mantenga su rumbo actual, pero de quedar en la quinta posición o el último lugar, al club no lo quedará otro remedio que hacer cambios drásticos.
 
   Nakahata será el primero en ser despedido, pero la cosa podría no detenerse ahí. Ramírez podría seguirle, otros jugadores también y, en caso extremo, DeNA podría decidir vender al equipo y quitarse de sus hombros la responsabilidad de administrarlo.
 
   Estos dos meses que quedan de la temporada regular serán decisivos para el futuro de un club al que nadie parece poder sacar del abismo deportivo en el que se encuentra.
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