La intrascendencia de la renuncia de Ryozo Kato

   La renuncia presentada el pasado jueves por el actual comisionado de la NPB, Ryozo Kato, ha causado cierta controversia en el mundo del béisbol internacional, pero en realidad su ocurrencia no podría ser más intrascendente para la liga nipona.
 
   A diferencia de lo que ocurre en las Grandes Ligas, el cargo del comisionado en el béisbol japonés es prácticamente nominal y su existencia responde más a necesidades de imagen y relaciones públicas que a necesidades gerenciales.
 
   Sus responsabilidades no incluyen crear y ejecutar políticas, sino simplemente supervisar 3 cosas: la pelota oficial de la liga, el calendario de juego y la Serie de las Estrellas, y por lo que hemos visto hasta ahora no hace un trabajo demasiado bueno en ninguna de esas áreas.
 
   El cargo de comisionado, como tal, ni siquiera es de tiempo completo. La persona que lo ocupe sólo debe presentarse en la oficina 2 o 3 veces por semana.
 
   Adicionalmente, la NPB, como organismo, no genera ganancias, sino que subsiste gracias al subsidio que recibe de los equipos que lo conforman, y aun así genera pérdidas todos los años.
 
   Negociar un convenio general de trabajo con los jugadores y los dueños no está entre sus responsabilidades, ni tampoco comercializar los derechos televisivos de los partidos o las mercancías que llevan los logos de sus clubes.
 
   En resumen, la NPB se limita a obedecer y cumplir las órdenes que recibe de los equipos, en especial de los más poderosos. Su trabajo no es guiar ni administrar al béisbol japonés.
 
   Es por esto que la partida de Kato no representa el más mínimo peligro para el estatus de la liga, ya que ésta podrá continuar funcionando sin ningún problema, incluso si el nuevo comisionado no es electo sino hasta el año que viene.
 
   El hecho de que tanto los dueños de los equipos como los jugadores estén solicitando que el nuevo comisionado sea electo entre todas las partes involucradas y que además el proceso de elección se haga más claro y transparente, pone al descubierto la arbitrariedad con la cual el cargo ha sido designado hasta ahora.
 
   El deseo general es que el nuevo comisionado sea alguien con buen conocimiento del mundo de los negocios y que sea capaz de llevar la liga hacia adelante, pero salvo que se le dé el poder y la libertad que necesita para poder realizar cambios realmente favorables para el béisbol japonés, nada ocurrirá.
 
   La prensa norteamericana hizo mucho énfasis en la razón de la renuncia de Kato: la alteración secreta de la pelota oficial, hecho que conecta directamente al incremento de jonrones conectados esta temporada y al récord impuesto recientemente en esa categoría por el curazoleño Wladimir Balentien.
 
   Existe algo de verdad en todo eso, pero la realidad es muy distinta a como se la está describiendo en esta parte del mundo. Primero, no existe nada de siniestro o tramposo en la alteración realizada a la pelota, simplemente se le corrigieron varios defectos de fabricación que tenía desde que fue adoptada en la temporada 2011 y que hasta este año había afectado muy negativamente la producción ofensiva de la liga.
 
   Antes de 2011, cada equipo podía utilizar la pelota que más le gustase y la mayoría de ellos tenían convenios con distintas compañías fabricantes para abastecerse de pelotas a lo largo de la temporada. Sin embargo, en 2011 la NPB decidió adoptar el uso de una pelota única para ponerse a tono con los estándares internacionales.
 
   La idea era que la nueva pelota tuviese características casi idénticas a la utilizada en las Grandes Ligas, pero el resultado final fue realmente decepcionante. El nuevo producto volaba mucho menos que los utilizados con anterioridad y rompía de una manera distinta en su camino al plato, por lo que la ofensiva de todos los equipos disminuyó dramáticamente.
 
   Los jugadores, los medios y los fanáticos presentaron sus quejas de inmediato, pero los dueños de los equipos se rehusaron a corregir o modificar la nueva pelota. Como consecuencia, el problema persistió durante toda la temporada 2012 y las críticas continuaron.
 
   Como ya hemos escrito anteriormente, las correcciones realizadas a la pelota eran más que bienvenidas y la NPB hubiese quedado muy bien parada si hubiese anunciado el cambio a principios de este año. No obstante, por alguna razón decidió hacerlo en secreto y por eso tuvo que enfrentar el escándalo que se desató cuando la modificación se hizo pública.
 
   Luego de dos años de escasez ofensiva debido a una pelota que no volaba mucho sin importar lo duro se le pegara, la producción de todos los equipos repuntó notoriamente esta campaña con la nueva versión de la pelota única.
 
   Esto, sin duda, ayudó al curazoleño Wladimir Balentien a conectar más jonrones este año y a romper el récord de la categoría en la liga, pero hay que tener en cuenta que el cambio ayudó también al resto de los jugadores de la NPB, no sólo a él.
 
   Además, lo más importante a tener en cuenta aquí es que el nivel de producción ofensiva, a pesar de la mucho que ha aumentado, no llega todavía a los niveles en los que estaba antes de 2011, por lo que la idea de que el récord de Balentien se debe al uso de una pelota “alterada” carece de validez.
 
   Lo clarificamos una vez más, la pelota no fue alterada ilegalmente para hacerla volar más sino que fue corregida para que volara de la manera que ha debido hacerlo desde el principio, que todavía es menos de lo que lo hace en los Estados Unidos.
 
   No se trata de que la pelota esté volando más este año, sino de que voló exageradamente poco en las dos últimas temporadas.
 
   Kato explicó que decidió renunciar a su cargo para asumir responsabilidad por el escándalo ocurrido a raíz de la alteración de la pelota, a pesar de que, según él, todo fue hecho a sus espaldas y sin su consentimiento.
 
   Su renuncia ya había sido solicitada por los jugadores y es, hasta cierto punto, necesaria. Sin embargo, la razón para abandonar su cargo no es la correcta. Si es cierto que los cambios a la pelota fueron ordenados a sus espaldas, entonces ha debido hacer una de dos cosas al momento en que el secreto se hizo público: despedir al secretario general por haber dado la orden sin su permiso o renunciar a su cargo inmediatamente debido a la falta de respeto mostrada por parte de sus subordinados.
 
   En aquel entonces se reusó a renunciar, pero ahora lo hace en el momento menos apropiado, cuando la temporada regular está por terminar y están por conocerse los 6 equipos que participarán en los playoffs. Varios representantes de la Asociación de Peloteros manifestaron su descontento al respecto.
 
   De cualquier forma, reiteramos lo que dijimos anteriormente. La partida de Kato no afectará en lo más mínimo a la NPB, así como la llegada del nuevo comisionado tampoco cambiará mucho las cosas.
 
   El gran cambio de rumbo que todos los equipos están esperando no va a llegar gracias a la acción de un individuo carismático que empiece a dar órdenes tan pronto como asuma el cargo, sino a la habilidad de los 12 clubes de poner de lado sus diferencias y alcanzar un acuerdo que les permita a todos moverse en la misma dirección.
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