Luis Mendoza, Máximo Nelson y la mala suerte

   Un fanático escribió hace poco un comentario en nuestra página en el que se pregunta si no habrá algo más detrás de las derrotas del lanzador mexicano Luis Mendoza, quien por lo general recibe muy poco apoyo ofensivo de sus compañeros en sus aperturas.
 
   Específicamente, acotó que cada vez que Mendoza se sube a la lomita su equipo, Luchadores de Nippon Ham, rara vez anota más de 2 carreras y que de no ser por eso el derecho tuviese ahora, como mínimo, el doble de victorias (su récord actual es de 3-8).
 
   Analicemos primero sus números para confirmar si dicha afirmación es acertada o no. En las 14 aperturas que ha realizado hasta ahora, sus compañeros han producido 2 o menos carreras en 7 ocasiones y 3 o más anotaciones en las otras 7, de manera que resulta difícil establecer una tendencia, buena o mala.
 
   En cada una de sus victorias, su equipo ha anotado al menos 5 carreras, de manera que no se puede decir que sus compañeros no lo hayan apoyado en esas instancias. Ahora, en lo que respecta a sus derrotas, su club ha producido 2 carreras o menos en 6 de las 8 veces que ha perdido, por lo que en este caso sí podría hacerse una conexión entre el juego perdido y la falta de apoyo ofensivo.
 
   No obstante, debe acotarse que en 5 de esas 8 derrotas Mendoza permitió al menos 3 carreras, por lo que incluso una mayor producción ofensiva por parte de sus compañeros no le hubiese garantizado la victoria en esas ocasiones.
 
   En realidad, la clave de su récord en lo que va de temporada reside en los 6 encuentros en los que lanzó bien pero no recibió el apoyo ofensivo necesario para transformar esas actuaciones en victorias. Tres de ellos culminaron en derrotas y en los otros tres se fue sin decisión.
 
   Es probable que con un poco más de suerte hubiese podido ganar 2 o 3 de esos encuentros, pero quizás no más de eso, por lo que aquello de que, como mínimo, ahora tuviese el doble de victorias no es necesariamente cierto.
 
   Nuestra respuesta al comentario de este aficionado se concentró en tres puntos específicos. Primero, le dijimos que creíamos que no había “algo más” detrás de las derrotas del mexicano, si bien estamos de acuerdo en que ha tenido mala suerte.
 
   Segundo, le explicamos que este tipo de situaciones se ven a menudo en la NPB y le ocurren tanto a los lanzadores japoneses como a los extranjeros, y tercero, que si de mala suerte queremos hablar, la poca fortuna que ha tenido Mendoza hasta ahora no se acerca ni remotamente a la que vivió el derecho dominicano Máximo Nelson en la temporada 2011.
 
   Analicemos un poco más a fondo estos tres puntos. Es un hecho que el lanzador azteca ha contado con poca fortuna en algunas de sus salidas esta temporada. No en todas, pero sí en algunas. El hecho de que su equipo haya anotado 2 carreras o menos en 6 de sus 8 derrotas y no más de 3 carreras en los 3 juegos en los que no tuvo decisión, lo confirma.
 
   Sin embargo, resulta difícil atribuir ese hecho a una supuesta teoría conspirativa según la cual sus compañeros, a propósito, no lo respaldan ofensivamente cuando lanza. Como ya mencionamos y como él mismo nos lo comentó cuando lo entrevistamos, esas son cosas del juego y no se pueden evitar. Además, le pasan a todos los lanzadores, no sólo a él.
 
   Quizás el mejor ejemplo de ello sea la pésima temporada –en lo que a resultados se refiere– que está teniendo el zurdo estrella de los Gigantes de Yomiuri Tetsuya Utsumi, quien ha sido el líder de la rotación del equipo durante los últimos años y cuya marca actual es de 1-5, con una efectividad de 3.31.
 
   El veterano monticulista realizó 5 aperturas de calidad (3 carreras permitidas o menos en 6 o más entradas lanzadas) en los 6 encuentros en los que vio acción entre el 27 de abril y el 29 de mayo, pero sólo pudo ganar una de ellas, luego de perder tres e irse sin decisión en las otras dos.
 
   En esas tres derrotas, sus compañeros produjeron 2 carreras o menos, y en uno de los juegos en los que se fue sin decisión no anotaron ninguna, por lo que la poca fortuna parece estar democráticamente distribuida a través de la liga.
 
   Algunos podrían pensar que es posible que en el caso de Utsumi también exista una teoría conspirativa para hacerlo fracasar, pero parece poco probable que ese sea el caso cuando se trata del lanzador estelar del club más famoso y popular del país.
 
   Los derechos Kenta Maeda (7-4, 2.22) y Chihiro Kaneko (6-3, 1.76), quizás los dos mejores lanzadores japoneses de la actualidad, también han sufrido su cuota de mala suerte esta temporada y eso les ha impedido tener un mejor récord de victorias del que poseen, si bien se encuentran entre los líderes de la NPB en efectividad.
 
   Esto nos trae a la inolvidable racha de 9 derrotas consecutivas que sufrió el dominicano Máximo Nelson con los Dragones de Chunichi en la campaña 2011, que fue tan desesperantemente injusta que en su momento propusimos la intervención de un santero o de un exorcista para tratar de detenerla.
 
   Nelson comenzó el mes de julio de ese año con récord de 6-4 y una efectividad de 2.00, lo que lo colocaba entre los líderes de su circuito en ambas categorías. No obstante, el 6 de julio se fue sin decisión tras permitir 2 carreras limpias en 5 entradas y 2 tercios y a partir de entonces su campaña dio el vuelco más desafortunado del que tengamos memoria para un lanzador latino en el béisbol japonés.
 
   El 12 de julio permitió 5 anotaciones en 4 episodios y, como era de esperarse, cargó con la derrota, pero en sus 8 aperturas siguientes trabajó, como mínimo, 6 entradas y un tercio, y sólo en una ocasión permitió 4 carreras; en el resto, concedió 3 o menos.
 
   El 9 de agosto permitió sólo una anotación y abanicó a 7 rivales en 8 sólidas entradas ante los Tigres de Hanshin, pero perdió 1-0 porque su equipo sólo pudo conectar un hit en todo el partido.
 
   El 23 de agosto incluso lanzó completo, permitiendo 2 carreras y 5 hits en 8 entradas como visitante ante las Golondrinas de Yakult, pero su equipo le impidió ganar al ser blanqueado una vez más. El propio Nelson conectó un doble en el quinto episodio con un hombre en segunda y la pizarra igualada a cero, pero el corredor no anotó porque cuando pasó por tercera creyó que el coach lo estaba deteniendo cuando en realidad le estaba diciendo que siguiera a la goma.
 
   La racha terminó por fin el 11 de septiembre, cuando se anotó su séptimo triunfo del año tras no permitir anotaciones en 7 sólidas entradas y sus compañeros por fin lo respaldaron ofensivamente, si bien sólo pudieron producir una carrera.
 
   A pesar de todo y después de dos meses de derrotas mayoritariamente injustas, su efectividad apenas subió a 2.61, lo que le permitió mantener la buena forma que lo llevaría a terminar el año con una respetable marca de 10-14 y una efectividad de 2.54, la novena mejor de la Liga Central.
 
   Afortunadamente para él, su club sí celebró el hecho de que alcanzase los 10 triunfos ese año y lo recompensó con una extensión de su contrato para el año siguiente, pero no dejamos de pensar en lo mucho mejor que hubiese terminado todo si hubiese recibido un mayor aporte ofensivo de parte de sus compañeros. Quizás en lugar de haber tenido un récord de 10-14 hubiese tenido uno de 14-10.
 
   Como verán, la poca fortuna que ha sufrido Mendoza hasta ahora es, comparada con la experiencia sobrenatural de Nelson, precisamente eso, poca. Todavía falta mucha campaña por disputar y la situación podría empeorar en el futuro, pero parece poco probable que otro latino pueda poner en peligro la nefasta racha del dominicano. Al menos eso es lo que esperamos.
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