Mar, 23 Abr 2024 11:47 AM

El fracaso de las importaciones de Corea a Japón

 

Ningún latino que ha tenido éxito en Corea ha podido mantener su buen rendimiento en Japón

 

   El portal japonés Full Count publicó esta semana un artículo que ofrece una explicación al fracaso de las importaciones de peloteros de la liga surcoreana de béisbol a la NPB, que es un tema que siempre nos ha llamado la atención y que ya hemos mencionado con anterioridad en este espacio.

 

   Hasta la fecha de hoy, ningún latino que ha tenido éxito en la KBO (como se denomina el circuito coreano, por sus siglas en inglés) ha podido mantener su buen rendimiento después de llegar a Japón y los ejemplos de esa maldición se siguen acumulando con el pasar de los años.

 

   En 2016, por ejemplo, el dominicano Yamaico Navarro firmó con los Marinos de Lotte por 1,2 millones de dólares después de destrozar a batazos a los lanzadores surcoreanos. Sin embargo, una vez que llegó al circuito nipón todo le salió mal y fue dejado en libertad después de sólo una campaña.

 

   Su compatriota Wilin Rosario repitió esa historia en 2018, cuando firmó con los Tigres de Hanshin por 3 millones de dólares después de registrar números ofensivos espectaculares en Corea del Sur. No obstante, su decepcionante desempeño convenció a la gerencia de dejarlo en libertad a finales de año.

 

   Desde entonces, otros 3 dominicanos han llegado a la NPB con el mismo perfil de estrellas de la KBO y ninguno ha podido triunfar hasta ahora en Japón: los lanzadores Ángel Sánchez y Raúl Alcántara y el jardinero Mel Rojas Jr.

 

Sánchez tuvo números decentes en 2020, pero no pudo mantenerlos en 2021

 

   Sánchez firmó con los Gigantes de Yomiuri en diciembre de 2019 por 2 años y 3,1 millones de dólares anuales y registró números decentes en 2020 (8-4, 3.08 en 15 aperturas), pero no pudo repetirlos en 2021 (5-5, 4.68 en 14 salidas) y fue dejado en libertad.

 

   Tanto Alcántara como Rojas Jr. arrojaron resultados decepcionantes en su debut con los Tigres de Hanshin en 2021. El primero dejó una marca de 3-3 y una efectividad de 3.49 luego de ser convertido de abridor a relevista, mientras que el segundo apenas bateó para .217, con 8 jonrones y 21 empujadas, en 60 partidos.

 

   Afortunadamente para ellos ambos firmaron contratos por dos temporadas, por lo que los veremos regresar al equipo esta campaña, pero está claro que si no mejoran su rendimiento considerablemente los dos quedarán en libertad a finales de año.

 

   El artículo de Full Count cita las declaraciones de Sung-Keun Kim, ex coach de los Marinos de Lotte y uno de los managers más exitosos en la historia de la KBO, quien explicó al diario KyungHyang Sports en su país su punto de vista con respecto a este problema.

 

   “La manera en que los bateadores coreanos y los bateadores japoneses evalúan los pitcheos es distinta. Los primeros son más vulnerables a los lanzamientos rápidos y a las pelotas que caen sobre el plato, por lo que suelen ser engañados con facilidad, pero los segundos no tienen ese problema”, declaró.

 

   “Así mismo, en Japón la parte baja de la zona de strike suele ser ambigua, mientras que en Corea siempre se considera como un lanzamiento malo, por lo que los coreanos rara vez le hacen swing a las pelotas que caen en esa zona”, añadió.

 

Alcántara bajó considerablemente su rendimiento después de llegar a la NPB

 

   Esa fue la explicación que Kim ofreció con respecto al caso de Alcántara, quien después de dejar una marca de 20-2 y una efectividad de 2.54 como abridor con los Osos de Doosan en 2020, en 2021 tuvo que ser convertido a relevista en la NPB porque no pudo tener éxito como abridor.

 

   De acuerdo al artículo publicado por KyungHyang Sports, entre el 80 y el 90 por ciento de los jugadores que se mudan de la KBO a la NPB terminan fracasando en el intento, sin importar su nacionalidad.

 

   Esa dificultad para adaptarse al circuito japonés afecta también a los bateadores y la razón de ello sigue siendo la diferencia entre las zonas de strike de ambos circuitos, según señala Kim, quien apunta al caso de Rosario como ejemplo.

 

   “En Japón, Rosario estuvo persiguiendo constantemente los lanzamientos en la zona de afuera y pasando trabajo con las pelotas adentro, por lo que al final sus resultados fueron muy modestos. En Corea, por el contrario, hizo lo opuesto y tuvo mucho éxito”, comentó.

 

   Otra diferencia importante entre ambas ligas es la velocidad de los lanzamientos y la ubicación de la pelota en la zona de strike.

 

   “En Japón, es normal que la recta de los lanzadores supere las 94 millas por hora, pero ese no es el caso en Corea. Los lanzadores japoneses tienen la ventaja en términos de velocidad, tipos de lanzamientos y la calidad de sus pelotas quebradas. Sus colegas coreanos tienen buen control, pero todavía no son muy buenos ubicando sus lanzamientos en la zona de strike”, explicó.

 

Woods es uno de los pocos peloteros que han triunfado en Japón después de haberlo hecho en Corea

 

   Por supuesto, no todas las transferencias de la KOB a la NPB han terminado en fracaso. Los dos ejemplos más claros de casos exitosos hasta ahora son los del lanzador holandés Rick van den Hurk y el inicialista estadounidense Tyrone Woods.

 

   El primero registró una marca de 13-4 y una efectividad de 3.18 en 25 aperturas con los Leones de Samsung en la KBO en 2014 antes de mudarse a la NPB con los Halcones de SoftBank en 2015 y dejar un récord de 9-0 y una efectividad de 2.52 en 15 aperturas.

 

   El espigado derecho terminó jugando 7 temporadas en la NPB, en las que acumuló una marca de 43-20, 547 ponches y una efectividad de 3.78 en 86 juegos, incluyendo 40 aperturas. Adicionalmente, ganó 5 Series de Japón y 3 títulos de la Liga del Pacífico.

 

   Woods, por su parte, disparó 174 jonrones y remolcó 510 carreras en 5 campañas con los Osos de Doosan en la KBO antes de firmar con las Estrellas de Yokohama en 2003 y disparar de inmediato 40 vuelacercas y remolcar a 87 compañeros.

 

   El poderoso inicialista, que luego firmó con los Dragones de Chunichi en 2005, terminó quedándose 6 temporadas en Japón, en las que registró un promedio de por vida de .289, con 240 jonrones, 115 dobles, 616 empujadas, 496 anotadas y un OPS de .965.

 

   Kim explicó su éxito en Japón de la siguiente manera. “Woods era un jonronero que no se limitaba a halar la pelota sino que también podía batear los lanzamientos afuera. Los bateadores que sólo se limitan a halar la pelota nunca podrán tener éxito en Japón”, concluyó.

 

Siempre ha sido evidente que los peloteros que triunfan en la KBO no repiten ese éxito en la NPB

 

   Las evidencias de que existe un problema en la transición de los peloteros que llegan a Japón procedentes de la liga surcoreana siempre han sido claras, pero lo que no se sabía hasta ahora era la razón por la cual casi todos los jugadores que la hacen terminan fracasando en el intento.

 

   La explicación proporcionada por Kim tiene mucho sentido. La mayoría de los lanzadores japoneses dependen de la parte baja de la zona de strike. Si repentinamente los umpires dejan de aprobar las pelotas que caen en esa zona entonces su efectividad se vería muy afectada.

 

   Es por eso que Alcántara ha pasado tanto trabajo adaptándose a la NPB. En Corea no tenía que preocuparse por la parte baja de la zona de strike, pero si en Japón se rehúsa a utilizarla lo único que está haciendo es mejorar las probabilidades de que sus rivales le hagan contacto.

 

   Con respecto a los bateadores, la zona de strike japonesa también determina su nivel de éxito. Los umpires de la NPB suelen poncharlos con lanzamientos en la zona de afuera, por lo que es común ver a los bateadores persiguiendo ese tipo de pelotas. Si ese no fuera el caso, éstos podrían concentrarse más en las pelotas adentro y mejorar así su promedio ofensivo.

 

   Eso fue precisamente lo que ocurrió con Rosario, quien, como explicó Kim, cuando llegó a Japón se puso a perseguir pelotas afuera que en la KBO solía dejar pasar y, como consecuencia, terminó siendo más vulnerable a las pelotas adentro.

 

   A pesar de todo, los equipos japoneses siguen apostando cada año por jugadores que han tenido éxito en la liga surcoreana, sin importar su nacionalidad.

 

   Lamentablemente, ningún latino ha podido hacer la transición con éxito hasta ahora, pero si las contrataciones continúan ocurriendo lo más probable es que en el futuro podamos ver a alguno de ellos triunfar en su adaptación al estilo de juego de la NPB.