Vie, 19 Abr 2024 15:04 PM

Diferencias entre los casos de Rodríguez y Colás

 

Rodríguez firmó con SoftBank a principios de este año

 

   La reciente deserción del cotizado prospecto cubano Andy Rodríguez, quien todavía tiene un contrato vigente con los Halcones de SoftBank, nos hace recordar lo ocurrido el año pasado con su compatriota Oscar Luis Colás, quien sufrió las consecuencias legales de tomar esa misma decisión.

 

   Sin embargo, ambos casos son fundamentalmente diferentes, si bien el resultado final promete ser el mismo: la libertad incondicional de los dos peloteros para que firmen con cualquier equipo de las Grandes Ligas que ellos deseen.

 

   Recordemos primero lo que sucedió con Colás, quien llegó a Japón en 2017 luego de firmar un contrato de desarrollo con SoftBank. Su inicio en las categorías menores del circuito fue lento, pero después mejoró y fue promovido al primer equipo en agosto de 2019, donde conectó un jonrón en su primer turno al bate.

 

   El club contaba con él para la campaña 2020, pero en los primeros días de enero de ese año el pelotero decidió desertar su país con la idea de irse a los Estados Unidos y tratar de firmar un contrato con un conjunto de las mayores.

 

   Aquí está la primera gran diferencia entre ambos casos. Colás estaba bajo la impresión de que ya había cumplido su contrato con SoftBank y, por lo tanto, no tenía ningún tipo de obligación legal de regresar a Japón, pero ese no era el caso.

 

   Su contrato original de liga menor era por 3 años, tal como él mismo lo indicó en una entrevista posterior, pero ese pacto culminó en agosto de 2019, momento en el que tuvo que firmar un nuevo acuerdo, esta vez de liga mayor, para poder ser promovido al primer equipo de SoftBank.

 

Colás firmó un contrato de 6 años cuando fue promovido al equipo mayor de SoftBank en 2019

 

   Ese nuevo contrato, que es estándar para todos los prospectos extranjeros que son promovidos a la máxima categoría de la NPB, dura 6 temporadas y el club tiene la opción de renovarlo o no al final de cada campaña.

 

   Así, Colás cumplió el primer año de ese pacto cuando fue subido al equipo grande en 2019, por lo que todavía tenía 5 años más por cumplir al momento de desertar. Él, como se hizo evidente luego, no estaba al tanto de eso y trató de alegar que ya se había ganado su libertad.

 

   SoftBank, para tratar de salvar su inversión, lo colocó en su lista de jugadores restringidos en febrero de 2020 con la idea de impedir que firmara con cualquier otro conjunto, al menos hasta que pudiera comunicarse con él y averiguar sus intenciones.

 

   Cuando eso ocurrió y el equipo se dio cuenta de que el jugador no quería regresar a Japón, decidió dejarlo en libertad a finales de 2020 de manera de no desperdiciar el cupo que tenía reservado para él en su roster de 70, que era mejor utilizar en un pelotero que sí estuviese presente.

 

   Aferrarse a sus derechos legales sobre el jugador con la esperanza de vender luego su contrato a un equipo de MLB no era una opción, ya que si lo hacía con Colás hubiese tenido que hacerlo también con sus estrellas japonesas que desean jugar en las mayores.

 

   La mayor diferencia que existe entre lo ocurrido con Colás y lo que está sucediendo ahora con Rodríguez es que el segundo sólo tiene un contrato de liga menor con la organización, por lo que el equipo ni siquiera tiene el derecho de colocarlo en su lista de jugadores restringidos.

 

El gerente general de SoftBank confirmó esta semana que no colocará a Rodríguez en la lista de jugadores restringidos

 

   Así lo explicó esta semana a los medios japoneses el gerente general de SoftBank Sugihiko Mikasa: “no existe una cláusula legal en la NPB que nos permita colocar a un jugador en desarrollo en la lista de peloteros restringidos, así que esa opción no está disponible con Rodríguez”.

 

   No obstante, aclaró que tampoco tiene la intención de cancelar el contrato del jugador en el futuro inmediato, al menos hasta que logre comunicarse con él. Después de todo, su deseo es que regrese a Japón a continuar jugando con el equipo.

 

   Esta es otra de las diferencias fundamentales con respecto a lo sucedido el año pasado. SoftBank dejó en libertad a Colás porque seguir esperando por él implicaba desperdiciar uno de los cupos de su roster activo, pero ese no es el caso con Rodríguez.

 

   Su contrato de liga menor, firmado a principios de este año, es por 3 temporadas y el equipo podría fácilmente esperar por él todo este tiempo porque hacerlo no afectará en lo absoluto el número de cupos que tiene disponible en su roster activo.

 

   En pocas palabras, a Softbank no le costará nada mantener vigente el contrato de Rodríguez hasta finales de 2023, por lo que si decide hacerlo éste no podrá firmar con ningún equipo de las Grandes Ligas hasta llegada esa fecha.

 

   Dudamos mucho que eso ocurra, pues esa nunca ha sido la naturaleza de los equipos japoneses, pero de tener la opción de hacerlo la tiene y puede que SoftBank se incline a tomar esa decisión para hacer respetar su nombre a nivel internacional.

 

SoftBank desea que Rodríguez regrese a Japón a cumplir su contrato

 

   Idealmente, su deseo es que Rodríguez regrese a Japón a cumplir el resto de su contrato, pero desde el punto de vista logístico parece muy difícil que eso ocurra, al menos este año.

 

   Antes que nada, la Federación Cubana de Béisbol canceló el pasaporte del joven lanzador tan pronto como fue confirmada su deserción, por lo que en este momento no tiene la libertad de viajar legalmente a ningún otro país del mundo.

 

   Segundo, para poder firmar con un conjunto de la MLB como agente libre, éste debe primero aplicar y obtener la residencia en un tercer país como México o la República Dominicana y ese es un trámite que no puede completarse en unos pocos días.

 

   Ese proceso podría tomar unos 6 meses o más y parece difícil que el pelotero pueda viajar libremente alrededor del mundo hasta que finalice el mismo, especialmente cuando no tiene un pasaporte válido para poder hacerlo.

 

   Luego, está su relación con SoftBank, que sin duda ya ha sido afectada por su decisión de desertar y por la ruptura de comunicaciones con la organización. Si por alguna razón decide regresar a Japón a continuar jugando con el club, ¿cómo podrá éste confiar en él después de lo que ya hizo?

 

   Si ambas partes llegan a un acuerdo para que regrese a la NPB lo más probable es que el conjunto, para proteger sus intereses, lo obligue a firmar el contrato estándar de 6 años que le dio a Colás en su momento y a quedarse en Japón durante todo ese tiempo, de manera de asegurarse que lo cumpla.

 

Parece difícil que Rodríguez quiera firmar un nuevo contrato con SoftBank

 

   A sus 22 años, dudamos que el joven lanzador esté dispuesto a esperar todo ese tiempo para poder cumplir su sueño de jugar en las Grandes Ligas, por lo que pase lo que pase lo más probable que ocurra es que se niegue a regresar a Japón y que SoftBank lo termine dejando en libertad.

 

   En el peor de los casos, no podrá jugar profesionalmente hasta finales de 2023, pero una vez llegada esa fecha podrá firmar como agente libre con el club de Grandes Ligas que desee. 

 

   Cuando comenzó la relación entre la NPB y las FCB en 2014, 5 equipos japoneses comenzaron a firmar jugadores provenientes directamente de la isla, pero ese número se ha reducido a sólo 2 debido a incidentes similares a los de Rodríguez y Colás.

 

   Sin embargo, varios peloteros sí han logrado tener un éxito rotundo en la liga gracias a ese convenio, por lo que parece difícil que la relación se vaya a terminar por las decisiones de esos dos jugadores de desertar su país y abandonar sus contratos en Japón.

 

   Después de todo, Alfredo Despaigne, Yurisbel Gracial y Liván Moinelo han sido claves para el éxito reciente de SoftBank, mientras que Raidel Martínez, Ariel Martínez y Yariel Rodríguez también han triunfado con los Dragones de Chunichi.

 

   Sólo por la posibilidad de encontrar joyas como esas, que siguen regresando a Japón cada año, los conjuntos nipones seguirán firmando peloteros cubanos de todas las edades en el futuro, a pesar de los riesgos que corren.