Mié, 24 Abr 2024 04:20 AM

Kiyota y la estrategia disciplinaria de la NPB

 

El caso Kiyota confirma lo acertado y eficaz que es el sistema disciplinario de la NPB

 

   El béisbol profesional japonés se vio estremecido este viernes cuando los Marinos de Lotte anunciaron la suspensión indefinida de uno de sus jugadores titulares, Ikuhiro Kiyota, por haber violado los protocolos de salud del club durante una gira del equipo el pasado mes de septiembre.

 

   Aunque no son comunes, este tipo de escándalos ocurren de vez en cuando en la NPB y nunca deja de sorprendernos la rapidez y eficacia con las que son manejados. Se trata de un ejemplo que debería seguir la MLB y el resto de las ligas deportivas del mundo.

 

   Repasemos brevemente los hechos del caso Kiyota. Cuando Lotte visitó Sapporo a finales de septiembre de 2020, el jardinero de 34 años violó la cuarentena del equipo en el hotel en el que se estaba quedando y salió a cenar con una chica con la que tuvo una aventura amorosa.

 

   Pocos días después, se desató un brote de coronavirus dentro del club que afectó a 11 personas, incluyéndolo a él mismo. Cuando la gerencia lo interrogó acerca de lo que había hecho en los últimos días, éste mintió y dijo que no había hecho nada.

 

   Ese brote no sólo puso en peligro la salud de las 11 personas afectadas sino también la buena campaña que el equipo había estado realizando hasta ese momento, ya que 4 de los mejores titulares del conjunto tuvieron que ser desactivados y colocados en cuarentena.

 

   Así, en vez de continuar peleando por el título de liga, el club empezó a perder paulatinamente su fuerza, al punto de que casi quedó fuera de la postemporada. Si bien al final logró clasificar, fue barrido rápidamente y no es una exageración decir que antes del incidente tenía buenas posibilidades de convertirse en el representante de la Liga del Pacífico en la Serie de Japón.

 

Un noticiero japonés reseña el brote de coronavirus que afectó a 11 miembros de Lotte en septiembre

 

   La gerencia culminó en ese momento su investigación sin encontrar una explicación razonable para el brote, ya que todas las personas afectadas aseguraron haber respetado los protocolos de salud que habían sido establecidos.

 

   Sin embargo, a principios de este mes una revista sensacionalista descubrió y publicó fotos del jugador con la chica con la que salió a cenar y eso permitió al equipo reabrir la investigación y descubrir finalmente la verdad de lo ocurrido.

 

   Cuando lo interrogó al respecto, éste confesó lo que había hecho y el club, sin pensarlo dos veces, lo suspendió indefinidamente y anunció que no participará en los entrenamientos primaverales de la organización, que comenzarán el primero de febrero en Okinawa.

 

   Lo astuto de esa medida es que le permite a la franquicia aplicar justicia inmediata, proteger su imagen y calmar la ira del público, a la vez que le otorga un buen margen de error y todo el tiempo necesario para tomar una decisión final al respecto.

 

   Si luego descubre que cometió un error, entonces podrá activar al pelotero de manera inmediata, y si por el contrario se da cuenta de que tenía la razón, entonces podrá cancelar su contrato y dejarlo en libertad. Como ya habrá pasado tiempo entre el incidente y la decisión final, la misma generará una reacción menos intensa por parte del público ya que los ánimos se habrán calmado para ese momento.

 

   En las Grandes Ligas, por el contrario, el jugador en cuestión sigue activo hasta que se realiza una investigación exhaustiva del incidente, que por lo general toma tiempo y nunca es pública. Mientras eso ocurre, el público se impacienta y se va molestando cada vez más por la falta de resolución, al punto de que es casi imposible que el resultado final sea satisfactorio.

 

Muchos casos de violencia doméstica en la MLB terminan sin castigo para el jugador

 

   Tomemos como ejemplo un caso de violencia doméstica en las mayores. El jugador es acusado de haber golpeado a su esposa, la liga anuncia que realizará una investigación y sólo al finalizar la misma, cosa que suele tomar bastante tiempo, es que se aplica la sanción, que por lo general no es satisfactoria.

 

   En la NPB, por el contrario, la sanción se aplica poco después de que el incidente se hace público y la investigación se realiza mientras el pelotero está suspendido. Si durante la misma se hace evidente que éste es inocente, entonces se le permite regresar al terreno de inmediato. 

 

   Si se le encuentra culpable, por el contrario, entonces se toma una decisión acorde con su crimen, que podría ser una suspensión de un año sin pago, en la cual se incluiría el tiempo que ya ha pasado inactivo, o incluso una cancelación completa de su contrato.

 

   Insistimos, se trata de un sistema más efectivo que el de la MLB porque hace evidente que la justicia se está aplicando y eso calma el temperamento del público, cuyo descontento extendido podría afectar tanto la imagen de la organización en cuestión como su éxito financiero.

 

   A eso debemos agregar que en la NPB los equipos no esperan a que la liga imponga su sanción o realice la investigación respectiva. El club afectado es el que toma la iniciativa de hacer todo antes de que la liga se lo solicite, que es algo que dañaría mucho su imagen.

 

   Recordemos otro ejemplo para visualizar mejor cómo funciona el sistema disciplinario de la NPB: el del lanzador Shun Yamaguchi, quien juega ahora con los Azulejos de Toronto en las Grandes Ligas.

 

Yamaguchi fue suspendido medio año en 2017 por participar en una pelea en un restaurante

 

   El 11 de julio de 2017, mientras celebraba su cumpleaños número 30 y bajo la influencia del alcohol, el derecho participó en una pelea en un restaurante en Tokio en la que se lesionó su mano derecha. Esa misma noche fue a un hospital a tratarse la herida y allí, para colmo, se peleó con un guardia de seguridad.

 

   El equipo para el que jugaba en ese momento, Gigantes de Yomiuri, realizó una investigación preliminar cuando se enteró del incidente y apenas 7 días después anunció la suspensión indefinida del jugador como consecuencia del mismo.

 

   Un mes después, luego de finalizada la investigación respectiva, anunció su decisión final: suspensión sin pago por el resto de la temporada, más una multa equivalente a un porcentaje de su salario por el período entre el incidente y la decisión final durante el cual recibió su pago completo.

 

   Así mismo, el jugador ofreció una rueda de prensa para disculparse públicamente por lo ocurrido, aceptar su castigo y aclarar que ya había llegado a un acuerdo legal para compensar a las personas a las que había agredido en el restaurante y el hospital.

 

   En su momento, el público había pedido su cabeza por lo que había hecho, pero para el momento en que se anunció su castigo todo el mundo quedó satisfecho con la decisión y éste pudo continuar su carrera profesional, al punto de que ahora está jugando en la Gran Carpa.

 

   Comparemos eso a los numerosos casos de diversa índole que se ven en las mayores, en los que incluso después de que el jugador ha sido castigado la sensación que prevalece es que al final se salió con la suya y que la sanción que recibió no fue suficiente.

 

El sistema disciplinario de la NPB es mejor que el de la MLB

 

   No es que la NPB sea perfecta, ni mucho menos. De hecho, hemos revelado constantemente en este espacio los muchos defectos que tiene, pero en lo que se refiere a aplicar disciplina sin duda hay que admitir que está un paso por delante de la MLB.

 

   Ahora nos toca esperar por la decisión final del caso de Kiyota, quien podría ser suspendido por media temporada sin pago, tal como ocurrió con Yamaguchi, por una temporada completa o incluso podría perder su trabajo con la organización.

 

   Personalmente, nos parece que la cancelación de su contrato sería un castigo demasiado severo, al igual que una suspensión anual. Tomando en cuenta lo que ocurrió y el hecho de que al final las 11 personas afectadas se recuperaron de la enfermedad, una suspensión sin pago por media temporada nos parece una decisión más sensata.

 

   En este momento muchos fanáticos están pidiendo su cabeza, pero si a mediados de febrero, cuando los ánimos estén más calmados, el club anuncia que ha decidido suspenderlo hasta julio sin pago, lo más probable es que todo el mundo quede satisfecho con ese castigo.

 

   El anuncio deberá estar acompañado, por supuesto, de una rueda de prensa en la que Kiyota se disculpe públicamente por lo que hizo, prometa no hacerlo de nuevo y acepte el castigo que le imponga el club. Una disculpa pública ayuda muchísimo a reconciliar las cosas, no sólo en Japón sino en todo el mundo.