Mié, 24 Abr 2024 18:14 PM

La grandeza de la carrera de Ichiro Suzuki

 

   Ichiro Suzuki agregó este sábado una nueva marca a su ya extraordinario curriculum al anotar la carrera número 1.968 de su trayectoria profesional y superar así el total que registró el legendario Sadaharu Oh durante las 22 campañas que jugó en la NPB.

 

   Esa cifra lo convierte ahora en el jugador japonés con más anotadas de por vida, si bien tal marca también toma en cuenta los números que cosechó en Japón antes de irse a las Grandes Ligas en 2001, pero ese hecho no disminuye para nada la importancia de su logro.

 

   Por el contrario, no hace sino confirmar la grandeza de un jugador que ha sido capaz de triunfar en las dos mejores ligas de béisbol del mundo y que, como ya hemos comentado en ocasiones anteriores, va camino a ser admitido por méritos propios en el Salón de la Fama de ambos circuitos.

 

   Es decir, los números que obtuvo en las 9 temporadas en las que vio acción en la NPB bastan, por sí solos, para ganarle la elección al panteón de los inmortales de Japón, así como las cifras que ha acumulado hasta ahora en las 15 campañas que ha disputado en la Gran Carpa son más que suficientes para merecerle su ingreso a Cooperstown.

 

   Hagamos un breve resumen de los registros que ha cosechado en su carrera para que tengamos una mejor idea de su magnitud e importancia.

 

   En los 951 partidos que disputó en la NPB, bateó para .353, con 658 anotadas, 1.278 hits, 211 dobles, 23 triples, 118 jonrones, 1.889 bases alcanzadas, 529 empujadas, 199 robos, un porcentaje de embasado de .421 y un porcentaje de slugging de .522.

 

   Por si eso fuera poco, ganó 7 títulos de bateo, 7 Guantes de Oro y fue electo 7 veces al Equipo Ideal de la temporada por 7 temporadas consecutivas entre 1994 y 2000, además de ganar 3 galardones al Jugador Más Valioso de la campaña entre 1994 y 1996.

 

   Como mencionamos anteriormente, estos números ya lo convierten en un miembro seguro del Salón de la Fama del béisbol japonés.

 

   Veamos ahora las cifras que ha acumulado hasta ahora en las Grandes Ligas, circuito en el que debutó en 2001 a la edad de 27 años.

 

   En los 2.222 partidos en los que ha visto acción al momento de escribir estas líneas, batea para .317, con 1.310 anotadas, 2.856 hits, 336 dobles, 86 triples, 112 jonrones, 3.700 bases alcanzadas, 718 empujadas, 487 robos, un porcentaje de embasado de .359 y un porcentaje de slugging de .411.

 

   Esos números le han valido 2 títulos de bateo, 7 de imparables y uno de bases robadas, además de 10 Guantes de Oro, 10 participaciones en el Juego de las Estrellas, un premio al Novato del Año y un galardón al Jugador Más Valioso de la temporada regular.

 

   Esto sin contar las dos marcas históricas que ha logrado registrar en las mayores: más hits en una temporada (262, en 2004) y más campañas consecutivas con 200 o más indiscutibles (10, entre 2001 y 2010).

 

   Volvemos al punto original, estas cifras ya le garantizan su acceso al Salón de la Fama de Cooperstown.

 

   Pero veamos ahora lo que ocurre cuando sumamos los números que obtuvo en Japón a los que ha acumulado hasta ahora en las mayores.

 

   En 3.173 partidos, batea para .327, con 1.968 anotadas, 4.134 hits, 547 dobles, 109 triples, 230 jonrones, 5.589 bases alcanzadas, 1.247 empujadas, 686 robos, un porcentaje de embasado de .378 y un porcentaje de slugging de .443.

 

   Estos números lo colocarían en los siguientes puestos de todos los tiempos en las Grandes Ligas: 27 en promedio, 8 en anotadas, 3 en hits, 28 en dobles, 128 en triples, 253 en jonrones,  8 en bases alcanzadas, 133 en empujadas, 12 en robos, 124 en porcentaje de embasado, 279 en porcentaje de slugging y 4 en partidos disputados.

 

   Resaltemos estos 5 renglones: 3ero en hits (detrás de Pete Rose y Ty Cobb), 4to en partidos disputados (detrás de Pete Rose, Carl Yaztrzemski y Hank Aaron), 8vo en anotadas, 8vo en bases alcanzadas y 12mo en robos.

 

   En la NPB, esas cifras lo dejarían en las siguientes posiciones de por vida: 1 en promedio, 1 en anotadas, 1 en hits, 1 en dobles, 2 en triples, 75 en jonrones, 2 en bases alcanzadas, 21 en empujadas, 2 en robos y 1 en partidos disputados (lamentablemente, los porcentajes de embasado y slugging no están disponibles).

 

   Habrá quienes le resten importancia a estos registros por el hecho de haber sido obtenidos en dos ligas distintas, pero no cabe duda de que Ichiro representa uno de los más grandes jugadores de béisbol de todos los tiempos.

 

   Obviamente, su producción ofensiva no puede compararse a la de Babe Ruth, Hank Aaron o Willie Mays, pero tampoco lo hacen las de Pete Rose o Rickey Henderson y a pesar de ello éstos son considerados dos de los mejores jugadores de todos los tiempos.

 

   Con la humildad que lo caracteriza, Ichiro no dejó de restarle importancia a su logro tras su juego del sábado con los Marlins de Miami.

 

   “Es un honor (el haber roto el récord de anotadas de Sadaharu Oh), pero no creo que se puedan comparar ambas marcas porque cuando él jugaba sólo se disputaban 130 juegos por temporada y él anotó 868 de esas carreras gracias a sus propios jonrones. Su récord es mucho más grande que el mío”, comentó el pelotero, según una nota de la agencia Kyodo.

 

   No obstante, es evidente que su carrera es ya inmortal y, por si eso fuera poco, todavía tiene espacio para engrandecerse aún más.

 

   Ichiro está a 13 robos de sumar 500 en la Gran Carpa, cifra que lo colocaría en el puesto 38 de la historia. Incluso ahora, su total de 487 lo convierte en el pelotero activo con más robos de por vida en las mayores.

 

   Adicionalmente, está a 144 hits de llegar a los 3.000 en las Grandes Ligas, a 122 de igualar el total de 4.256 de Pete Rose, que se mantiene como la cifra más alta a nivel mundial, y a 57 de igualar el registro de 4.191 de Ty Cobb, que representa el segundo total más alto del planeta.

 

   Es cierto que, de superar esas marcas, ninguna de ellas contaría en lo que refiere a los registros de la Gran Carpa, pero sin duda sería algo extraordinario de presenciar.

 

   Una vez que el legendario jardinero cuelgue las botas y se retire como jugador activo, algo que podría ocurrir a finales de este año o quizás a finales del año que viene, la única pregunta que quedará en el aire será si impondrá o no otra marca extraordinaria al ser electo al Salón de la Fama de la NPB y al Salón de la Fama de Cooperstown el mismo año (los criterios de elegibilidad de ambos organismos son casi idénticos, comenzando 5 años después del retiro del jugador).

 

   Los japoneses, tomando en consideración que MLB representa la mejor liga del mundo, no tienen problemas en tomar en cuenta los números que acumulado en los Estados Unidos a la hora de determinar su elegibilidad para el Salón de la Fama local, lo que quiere decir que su admisión ya es un hecho.

 

   Las Grandes Ligas, por el contrario, no prestarán atención a sus números en Japón al momento de evaluar su candidatura a Cooperstown, pero en realidad no hace falta porque sus registros en las mayores ya son lo suficientemente impresionantes como para despejar cualquier duda acerca de su ingreso al panteón de los inmortales, algo que lo convertirá en el primer japonés en recibir tal honor.