Jue, 18 Abr 2024 23:08 PM

Disciplina de Hara sigue siendo un arma de doble filo

 

El regreso de Hara a Yomiuri puede que no tenga el efecto deseado

 

   Tatsunori Hara, el respetado y laureado manager de los Gigantes de Yomiuri, causó revuelo esta semana al anunciar que tiene planeado prohbirle a sus jugadores que utilicen las redes sociales a partir de la temporada 2019.

 

   Tal medida, aplicada a un club que ya tiene tiempo impidiéndole a sus peloteros que lleven cualquier tipo de vello facial y que mastiquen goma o tabaco, no hará sino aumentar la presión en los vestuarios y eso es algo que no es necesariamente bueno.

 

   El sacrificio individual en pro del beneficio común es una de las mayores virtudes de la cultura japonesa, por lo que para la mayoría de los peloteros de la NPB no existe honor más grande que sacrificar sus intereses personales para ayudar a sus equipos.

 

   Es por eso que muchos de ellos brilan más cuando trabajan bajo presión en un ambiente estrictamente disciplinado que cuando lo hacen en uno relajado en el que las reglas a seguir no están claras.

 

   Sin embargo, incluso los japoneses tienen un límite. Cuando la presión se hace demasiado grande, muchos de ellos terminan rompiéndose y arrojando resultados muy por debajo de sus habilidades. En el mundo corportativo, por ejemplo, no es extraño que algunos apelen al suicidio como una manera honorable de acabar con esa presión.

 

Hara llevó a Yomiuri al título de liga en 2014

 

   Hara, quien este año asumirá el mando de Yomiuri por tercera vez en su carrera, ya ha llevado a sus jugadores a ambos extremos en el pasado, por lo que nos parece que su nueva medida disciplinaria sigue representando una peligrosa arma de doble filo.

 

   Por una parte, el estratega de 60 años se mantiene como el tercer manager más exitoso en la historia del club, luego de capturar 7 títulos de la Liga Central y 3 de la Serie de Japón en las 12 campañas que lleva sentado en el banquillo.

 

   Debido a eso, y también al hecho de que el equipo ya tiene 5 años sin clasificar a la Serie de Japón y 4 sin coronarse campeón de su circuito, la gerencia lo trajo de vuelta como una medida de emergencia para acabar con la vergonzosa sequía de títulos.

 

   No es que se trate de una mala idea. Su exitoso récord, sumado a los numerosos refuerzos que el club ha firmado para esta temporada, ya colocan al conjunto como el principal favorito para finalizar en el liderato de la clasificación de la liga este año.

 

   No obstante, por el otro, fue él mismo el que dio inicio a la sequía de títulos que el conjunto está atravesando en este momento, luego de presionar tanto a sus jugadores que éstos terminaron colapsando sobre el terreno.

 

Sakamoto brilló y decepcionó bajó el mando de Hara

 

   Tomemos, por ejemplo, el caso del campo corto Hayato Sakamoto, quien es una de las principales estrellas del club y saltó a la fama bajo el mando de Hara, pero también sufrió un bajón de forma notorio en los últimos 3 años que trabajó con él.

 

   En 2009, lideró la Liga Central en carreras anotadas (87) y bateó para .306. En 2010, volvió a comandar el circuito en anotadas (107), conectó 31 cuadrangulares y remolcó 81 carreras, y en 2011, lideró la liga en anotadas (87), hits (173) y dobles (35) y además registró un promedio de .311.

 

   Sin embargo, en 2013 su promedio cayó a .265 y sus totales de jonrones y empujadas a 12 y 54, respectivamente. En 2014, esas cifras mejoraron ligeramente a .279, 16 y 61, pero volvieron a caer en 2015 a .269 y 12 estacazos, si bien sumó 68 remolques.

 

   La causa principal de ese bajón fue la presión que Hara vivía imponiendo sobre él, ya que debido a su estatus de estrella éste debía mantenerse siempre como un modelo de rendimiento para sus compañeros y eso algo que no estaba logrando.

 

Abe también brilló y decepcionó bajo el mando de Hara

 

   Él no fue la única víctima de esa tensa situación. El veterano Shinnosuke Abe fue electo Jugador Más Valioso de la Liga Central en 2012 tras liderar el circuito en promedio (.340), empujadas (104), porcentaje de bases alcanzadas (.429) y porcentaje se slugging (.565).

 

   Pero apenas 2 años después su promedio cayó a .248, su total de remolques a 57 y sus porcentajes de bases alcanzadas y slugging a .340 y .425, respectivamente. Además, perdió su titularidad como receptor y pasó a ser un inicialista a medio tiempo.

 

   Tal fue la debacle del equipo en esos años que cuando en 2014 Hara lideró al equipo a su tercer título de liga consecutivo, no dudó en declarar que ese fue el triunfo que más orgullo le dio debido a lo difícil que fue conseguirlo.

 

   No es para menos, ese año ninguno de sus bateadores regulares superó los .300 de promedio; de hecho, sólo 2 superaron la barrera de los .252 puntos y el equipo terminó con el peor registro ofensivo del circuito (.255).

 

   Su mejor jonronero apenas disparó 22 vuelacercas y su remolcador más destacado tan sólo sumó 65 empujadas. Incluso sus lanzadores tuvieron números muy modestos, con el mejor de ellos cosechando apenas 12 victorias.

 

   Para 2015, la situación había decaído tanto que cuando finalmente el equipo no pudo revalidar su título de liga el veterano estratega decidió renunciar a su cargo para asumir la responsabilidad de lo ocurrido.

 

   Obviamente, Hara no sólo es capaz de fundir a sus jugadores con las toneladas de presión que coloca sobre ellos, sino también de organizarlos de una manera muy productiva y de motivarlos a dar lo mejor de sí para ganar campeonatos.

 

   Después de todo, fue él quien le dio la oportunidad de convertirse en titulares a muchas de las estrellas actuales del club y quien comandó a sus peloteros a ganar los 6 títulos de liga que han ganado en las últimas 12 temporadas.

 

Takahashi creó un ambiente mucho más relajado en el vestuario, pero esa estrategia no tuvo éxito

 

   Yoshinobu Takahashi, su reemplazo en el banquillo después de su renuncia en 2015, cambió inmediatamente la atmósfera del vestuario al crear un ambiente más relajado y darle toda la confianza a sus jugadores, de manera que éstos no se sintieran presionados.

 

   Esa estrategia tuvo un efecto muy positivo en Sakamoto, quien libre de la presión de Hara recuperó su mejor versión en 2016 al alzarse con el título de bateo (.344) del circuito. No obstante, ese éxito no se extendió al resto del conjunto, que no pudo ganar ni un título ni clasificar a la Serie de Japón en los 3 años en los que éste estuvo al mando.

 

   De manera que el regreso de la disciplina de Hara al club puede que tenga un efectvo muy positivo en un grupo de jugadores que básicamente no se ha visto presionado en las últimas 3 campañas. Puede, incluso, que lo convierta en campeón otra vez.

 

   Pero al mismo tiempo, es posible que esa misma disciplina vuelva a alienar a sus peloteros de una manera tal que éstos no encuentren la manera de satisfacer sus deseos y terminen estrellándose en su intento por revivir glorias pasadas.

 

   Cuando Hiromitsu Ochiai, el mejor manager que han tenido los Dragones de Chunichi en su historia, fue dejado en libertad luego de la campaña 2011, el rendimiento del club sufrió un bajón notable.

 

   Y cuando desesperada por la falta de resultados positivos la gerencia decidió traerlo de vuelva en 2014, esta vez como gerente general y con su pupilo Motonobu Tanishige como manager, las cosas mejoraron un poco, pero sólo para empeorar mucho más al año siguiente.

 

   El regreso de Hara, por lo tanto, podría acabar con la exasperante sequía de títulos que atraviesa Yomiuri en este momento, pero al mismo tiempo podría convertirse en un espejismo que después de una temporada revelará que la terrible situación aún se mantiene.