Algo muy curioso ocurrió durante el presente descanso invernal de la NPB. Dos estrellas consagradas, Chihiro Kaneko y Takashi Toritani, anunciaron sus intenciones de irse a las Grandes Ligas sólo para arrepentirse luego y quedarse en Japón.
Ambos tuvieron la oportunidad de dar el salto a las mayores si así lo hubiesen querido, pero por razones desconocidas cambiaron de parecer y decidieron continuar sus carreras en su país y con sus equipos de toda la vida.
La mayoría de los jugadores japoneses que han decidido irse a jugar a los Estados Unidos han declarado que ese era su sueño desde que eran niños y que deseaban probar su talento en la mejor liga del mundo.
Como profesionales que son, Kaneko y Toritani también comparten ese deseo y a pesar de que, como ya mencionamos, tuvieron en sus manos la oportunidad de irse, ambos decidieron no hacerlo.
¿Qué les habrá pasado? ¿Habrán sido forzados a quedarse por los altos mandos de sus respectivos clubes? ¿Habrán sentido que no estaban a la altura del reto? ¿Habrán preferido la estabilidad de la NPB sobre la incertidumbre de comenzar desde cero en la Gran Carpa?
Analicemos primero el caso de Kaneko. Al derecho de 30 años le faltaba disputar una campaña más para poder convertirse en agente libre internacional y negociar con todos los clubes de las mayores que quisiese, por lo que la única forma de dar el salto en este momento era a través del llamado Sistema de Traspasos.
Apenas terminada la temporada 2014, en la que lideró la NPB en triunfos y efectividad, además de alzarse con el Premio Sawamura, el galardón al Jugador Más Valioso de la Liga del Pacífico y ser electo al Equipo Ideal del torneo, el cotizado lanzador anunció a los medios su deseo de probar su suerte en las Grandes Ligas.
Sin embargo, como esa movida no dependía sólo de él sino que requería también del consentimiento de los Búfalos de Orix, su club de siempre, los medios deportivos japoneses comenzaron a especular acerca de si la gerencia de la organización aceptaría ponerlo a la venta o no.
Desde el punto de vista teórico, todo estaba a favor de que eso ocurriese. Su campaña 2014 fue extraordinaria: sus números fueron excelentes, ganó casi todos los premios individuales posibles y estuvo a punto de darle a su equipo el título de liga y además llevarlo a la Serie de Japón. No se le podía pedir nada más.
Adicionalmente, si hubiese decido esperar hasta el año que viene y declararse agente libre internacional, el club lo hubiese perdido sin recibir ningún tipo de compensación a cambio, por lo que colocarlo a la venta en este momento era algo que también beneficiaba a su equipo.
Algunos analistas calcularon incluso que su traspaso este año a las mayores le hubiese generado al club una ganancia de entre 7 y 10 millones de dólares, que resultaría mucho mejor que verlo partir el año que viene sin recibir nada a cambio.
No obstante, nada ocurrió. Kaneko nunca le pidió a Orix que lo colocara a la venta y a pesar de recibir ofertas muy generosas de otros conjuntos de la NPB, que tenían su mira en él debido a que éste se había ganado el derecho a ser agente libre a nivel nacional, el experimentado derecho decidió quedarse con su club de siempre.
Resulta curioso que durante los dos meses que se tardó en tomar la decisión, los representantes de Orix declararon en todo momento que el lanzador nunca les había hablado antes de querer ser puesto a la venta a los equipos de las Grandes Ligas y que salvo que el propio jugador trajese el tema a la mesa ellos ni siquiera lo tomarían en consideración.
El manager Hiroshi Moriwaki incluso hizo un comentario a la prensa que probó ser profético. “Nunca hablamos de las Grandes Ligas. Yo creo que él va a ser nuestro abridor en el primer juego del año que viene. No tengo ninguna duda al respecto, ni siquiera un uno por ciento”.
Esto nos lleva a preguntarnos si algo habrá pasado entre el lanzador y el club que posteriormente obligó al primero a cambiar de opinión y quedarse. Es posible que la gerencia se haya molestado con él por haber hecho público un tema que nunca antes les había mencionado y lo haya puesto en su lugar diciéndole que no solicitase ser puesto a la venta porque no iba a aprobar su petición.
El periodista norteamericano de la agencia de noticias Kyodo Jim Allen declaró a través de su cuenta en Twitter que, en su opinión, el problema fue que Kaneko no estaba totalmente decidido a irse, por lo que cuando empezó a tener dudas acerca de la movida simplemente decidió abandonar la idea.
El propio lanzador explicó algo similar a través de su blog personal. Su intención era simplemente estudiar sus opciones y al darse cuenta de lo mucho que lo apreciaban los clubes en Japón decidió quedarse para tratar de ayudar a su equipo a ganar un título.
Todo eso suena muy coherente, pero no despeja la noción de que algo debe haber ocurrido entre él y Orix porque al final no sólo decidió quedarse con su mismo equipo, sino que además renovó por otras cuatro temporadas y sin opción a ser vendido a los clubes de las mayores durante ese período.
Esa cláusula, básicamente, elimina sus esperanzas de irse a las mayores luego, porque entonces ya tendrá 35 años y lo más probable es que no esté en la gran forma en la que está ahora.
El caso de Toritani, aunque similar en varios aspectos, presenta algunas diferencias importantes. El campo corto de los Tigres de Hanshin se declaró agente libre internacional y, como tal, tenía la opción de negociar con todos los clubes de las Grandes Ligas que quisiera y, sobre todo, de irse a los Estados Unidos sin tener que pedirle permiso a su equipo.
El hecho de que contrató al famoso Scott Boras como su agente pareció indicar que tenía todas las intenciones de dar el salto a la Gran Carpa y que el anuncio de su firma con algún club norteamericano ocurriría en cualquier momento.
Sin embargo, al igual que pasó con Kaneko, nada ocurrió. Hanshin anunció hace pocos días que el experimentado pelotero decidió abandonar su plan de irse a los Estados Unidos para continuar su carrera con el club.
Los medios locales especulan que es probable que, a pesar de que varios clubes de las Grandes Ligas manifestaron su interés en el jugador, ninguno de ellos se vio en capacidad de garantizarle la titularidad o de ofrecerle un contrato multianual.
Por el contrario, Hanshin le debe haber ofrecido renovar su contrato por cuatro campañas o más e incluso prometido un trabajo dentro de la organización después de retirarse como jugador activo.
Se piensa incluso que Toritani puede no haber quedado del todo satisfecho con el trabajo de Boras y que, debido a eso, al final decidió abandonar por completo su plan de irse a las mayores.
Sea como fuere, el hecho es que no sólo continuará jugando en la NPB en 2015, sino que además, a su edad, ya prácticamente le dijo adiós a su deseo de jugar algún día en la Gran Carpa.
En su caso, Hanshin no tenía manera de presionarlo debido a que éste era agente libre, por lo que lo más probable es que la explicación de Allen con respecto a Kaneko también tenga validez en esta ocasión. Al final, Toritani no estaba totalmente decidido a irse y por eso fracasó en el intento.
El exitoso jardinero Norichika Aoki, quien se fue a las Grandes Ligas en 2012, representa el ejemplo perfecto de un jugador que está totalmente comprometido con el plan de dar el salto a las mayores.
Al igual que Kaneko, Aoki no era todavía agente libre al momento en que decidió probar su suerte en Norteamérica, por lo que tuvo que pedirle a su equipo que lo pusiera a la venta a los clubes de la Gran Carpa.
Su club aceptó y casi por error los Cerveceros de Milwaukee ganaron los derechos exclusivos de negociación con el jugador a través del Sistema de Traspasos. Luego, en una embarazosa movida que reveló las diferencias internas de la gerencia del equipo, se le pidió que hiciera una prueba para evaluar sus condiciones como pelotero, como si se tratase de un prospecto desconocido y no de un jugador consagrado en la NPB.
Por si eso fuera poco, el club sólo le ofreció un puesto como jardinero suplente y un modesto contrato que apenas representaba el 25 por ciento de lo que ganaba en Japón. No obstante, decidido por completo a lograr su objetivo de jugar en las mayores, Aoki aceptó todas las condiciones que se le impusieron, sin importar lo injustas o desfavorables que pareciesen.
Pasó con éxito la prueba que le pidieron que hiciera, se ganó después un puesto como titular en el equipo y luego de ser traspasado a los Reales de Kansas City en 2014 llegó incluso a jugar en la Serie Mundial.
Ni Kaneko ni Toritani mostraron esa determinación de alcanzar su objetivo, por lo que al final no sólo se quedaron jugando en Japón sino que además, como ya mencionamos, también le dijeron adiós a sus deseos de jugar algún día en las Grandes Ligas.
Esto sin duda es bueno para la NPB, que ahora podrá mantener a dos peloteros muy populares jugando en casa, pero no deja de ser decepcionante para todos aquellos a los que nos hubiese gustado verlos probar su suerte en las mayores.