Vie, 19 Abr 2024 05:53 AM

La respuesta de la NPB a las tragedias naturales en Japón

 

Imágenes del devastador efecto de las lluvias esta semana en Japón

 

   Las fuertes lluvias que se han registrado en Japón esta semana, que lamentablemente han reclamado la vida de 50 personas y han causado numerosos daños materiales, nos recuerdan la manera en la que la NPB suele responder a este tipo de tragedias naturales.

 

   Por lo general, la liga suele ser un ejemplo a seguir en este tipo de situaciones. Toma la iniciativa de donar y recaudar fondos para los damnificados y hace todo lo que esté a su alcance para ayudar a las comunidades afectadas.

 

   Dependiendo de la gravedad de la situación, los propios peloteros donan su dinero y hasta salen en grupos a las afueras del estadio para recaudar fondos directamente de los fanáticos, motivándolos así a participar también a las labores de ayuda.

 

   Sin embargo, la NPB no siempre responde de la manera correcta. El ejemplo más claro que se nos viene a la mente es el que ocurrió después del fortísimo terremoto del 11 de marzo de 2011 en el noreste del país, que fue seguido por un devastador tsunami y un peor desastre nuclear en la planta de Fukushima.

 

   Esa temporada, el calendario estaba pautado para comenzar el viernes 25 de marzo, apenas 2 semanas después de la tragedia, pero estaba claro que el país no estaba de ánimo para preocuparse por el béisbol en ese momento.

 

   La Liga del Pacífico reaccionó de inmediato y decidió posponer el inicio de su calendario hasta el 12 de abril, no sólo por respeto a todas las víctimas, sino también porque uno de sus equipos, Águilas de Rakuten, había sido afectado por el desastre.

 

Imágenes de las áreas afectadas por el terremoto y tsunami de 2011, incluyendo Sendai

 

   Sendai, la ciudad sede del club, fue severamente destruida en su zona costal y hasta el estadio del conjunto sufrió varios daños materiales, por lo que necesitaba ser reparado antes de poder ser utilizado.

 

   La Liga Central, por el contrario, no tuvo la misma sensatez y anunció que comenzaría su temporada el 25 de marzo, como estaba pautado originalmente. Su razonamiento fue el más carente de sensibilidad que se hubiese podido imaginar: “no hay razón para no hacerlo”.

 

   Como era de esperarse, tal posición desató una avalancha de críticas para el circuito. Los propios jugadores, a través de la Asociación de Peloteros, amenazaron con ir a la huelga si el día inaugural no era retrasado hasta el 12 de abril, como lo había hecho la Liga del Pacífico.

 

   Los fanáticos inundaron de llamadas las líneas telefónicas de sus respectivos clubes exigiéndoles que pospusieran el comienzo del calendario y hasta el gobierno ejerció presión para hacer entrar en razón a los dueños de esos 6 equipos.

 

   A pesar de todo, la Liga Central se aferró tercamente a su decisión. Aceptó retrasar el inicio de la campaña, pero sólo por 4 días. En ese momento, la excusa fue los fanáticos necesitaban ver béisbol para animarse después de la tragedia.

 

   Los peloteros, los fanáticos y el gobierno continuaron ejerciendo su presión hasta que finalmente el 24 de marzo, sólo un día antes del día inaugural, el circuito cedió a la presión y decidió posponer el comienzo del calendario hasta el 12 de abril y cumplir con todas las solicitudes del gobierno y los jugadores.

 

   Afortunadamente, lo que ocurrió a continuación fue un verdadero esfuerzo de conjunto para ayudar al país en todo lo que estaba a su alcance. Primero, las dos ligas comenzaron la temporada el 12 de abril, como lo habían acordado.

 

   Luego, los peloteros se comprometieron a jugar los 144 juegos del calendario, la postemporada y la Serie de Japón, incluso se hacía falta jugar hasta diciembre, y así lo hicieron. El séptimo juego de la Serie de Japón de ese año se disputó el 20 de noviembre.

 

   Así mismo, la mayoría de los equipos disputaron sus partidos durante el día por los 2 primeros meses de la campaña para ahorrar energía. Los Gigantes de Yomiuri, incluso, no jugaron en el Tokyo Dome sino hasta un mes después, y cuando lo hicieron, redujeron la iluminación lo más posible para no abusar de la escasa electricidad disponible.

 

   Los clubes de la Liga del Pacífico, fieles a su filosofía de trabajo en equipo, ofrecieron sus estadios a Rakuten para que pudiera disputar sus partidos como local hasta que su propio parque fuese reparado.

 

   La NPB aportó su granito de arena al establecer un límite de 3 horas y media a todos los partidos para ahorrar energía que no sólo se utilizó durante toda la temporada 2011 sino que también se extendió a la de 2012.

 

   Ichiro Suzuki, entre otros varios peloteros japoneses de renombre, donó un millón de dólares a las víctimas, tal como lo hizo el venezolano Alex Ramírez, quien en ese momento jugaba para Yomiuri.

 

Ramírez celebra un jonrón con su eslogan dedicado a Japón

 

   Ramírez, que era muy conocido por la particular forma de celebrar sus jonrones, modificó su rutina para alentar a las víctimas de la tragedia. Después de cada uno de sus vuelacercas, se paró frente a las cámaras de televisión para decir “we are one, gambaro nippon!” (“todos somos uno, ¡ánimo Japón!).

 

Peloteros de Rakuten visitan zonas afectadas por el terremoto y tsunami

 

   Adicionalmente, los peloteros visitaron las zonas afectadas por el desastre y realizaron varias campañas distintas para recaudar fondos de los fanáticos y ayudar así, de manera conjunta, a todos los afectados.

 

   Las fuertes lluvias que cayeron en los últimos días de Japón, por lo tanto, requieren una reacción similar de la liga, sus peloteros y sus fanáticos.

 

   Tanto en la jornada del jueves como la del viernes, 3 de los 6 juegos del día tuvieron que ser suspendidos y 2 más fueron cancelados el sábado debido a la incesante precipitación que ha causado deslaves, inundaciones y cuantiosas interrupciones al transporte público. Un total de 50 personas han perdido la vida y otras 50 todavía están desaparecidas.

 

   La serie de 3 juegos que estaba pautada a disputarse entre hoy y el miércoles en el Estadio Mazda de Hiroshima entre los Tigres de Hanshin y los Carpas de Hiroshima ya fue suspendida debido a los numerosos daños que sufrió la ciudad y sus alrededores debido a las lluvias.

 

   El norteamericano Dennis Sarfate, cerrador estrella de los Halcones de SoftBank que se encuentra en los Estados Unidos en este momento recuperándose de una operación, ya anunció en Twitter su plan para ayudar a los afectados.

 

   Está invitando tanto a los fanáticos del equipo, como a todos los habitantes de Japón y, sobre todo, a las compañías japonesas, a que donen dinero a una organización cristiana local a la que él está afiliado que está especializada en ayudar a las víctimas de los desastres naturales.

 

   Tanto Fukuoka, la ciudad sede de SoftBank, como sus alrededores, ha sido afectada también por  las lluvias, por lo que Sarfate se sintió obligado a ayudar a las víctimas a pesar de no estar allá en este momento.

 

   Todavía es temprano para que el resto de los jugadores, los equipos y la liga se comiencen a organizar para aportar su granito de arena al proceso de recuperación de todas las regiones afectadas, pero lo más seguro es que lo hagan pronto.

 

   El segundo juego de la Serie de las Estrellas de este año se disputará este sábado en el Estadio Fujisakidai de Kumamoto precisamente para recaudar fondos para las víctimas de 2 fuertes terremotos que afectaron a esa ciudad en abril de 2016.

 

   Después del terremoto de 2011, la NPB disputó un tercer juego de la Serie de las Estrellas cada año por 3 temporadas consecutivas para recaudar fondos para las víctimas de las regiones afectadas, por lo que es probable que en el año que viene lo vuelva a hacer para recolectar dinero para ayudar a las personas afectadas por el desastre actual.

 

   Lamentablemente, no contamos con los recursos económicos para ayudar a las víctimas de las regiones afectadas en esta ocasión, pero sin duda aportamos nuestro granito de arena desde este rincón informando acerca de lo que está ocurriendo y explicando qué se puede hacer para ayudar a los damnificados.